Cada año, al iniciar el periodo escolar, cerca de un 15% de los menores, sobre todo de 3 a 12 años, se infesta con piojos. No obstante, hay épocas o ambientes susceptibles de contagio, como la temporada de calor o los medios húmedos. La primera pauta ante la infección es muy clara: mantener la calma, ya que puede perjudicar a la autoestima de quien padece la infestación. No debe ser un motivo de vergüenza, puesto que no está ligado a la higiene y es algo habitual. En este artículo se expone cuáles son los mitos sobre la infestación de piojos, qué aspectos hay que tener en cuenta para prevenirla y cómo eliminar a este molesto insecto en tres pasos.
Una nueva encuesta llevada a cabo por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y el Centro de Información de la Pediculosis ha constatado con datos el daño que generan los mitos en el tratamiento de las infestaciones por piojos. La «Encuesta Filvit sobre Pediculosis» se ha realizado entre más de 2.000 personas y, según las conclusiones, una lista de falsedades provoca que casi uno de cada cinco españoles asegure que se sentiría avergonzado en el caso de que su hijo estuviera afectado.
El sondeo también ha revelado que, aunque se haga pocas veces, en caso de acudir a un profesional sanitario para tratar las infestaciones por piojos, más de la mitad de los españoles (71%) escogería al farmacéutico, frente al 29% que confiaría antes en el médico.
Piojos y mitos, cuántos más, peor
En cuanto el niño comience a sentir picor en el cuero cabelludo, hay que confirmar o descartar la infección
El trabajo ha revelado diversos mitos que deberían desbancarse para mejorar el tratamiento de la infestación por piojos:
1. Solo se pueden combatir cortando el pelo. Falso (dos tercios de los encuestados están convencidos). En realidad, esta medida solo sería eficaz si se rasura la cabeza del afectado por completo. Este método no se recomienda, ya que podría afectar a la autoestima.
2. La suciedad del pelo aumenta el riesgo de contagio. Falso (seis de cada diez encuestados lo afirman). Es algo que desde hace años está desmentido por los expertos. Por el contrario, los piojos no tienen nada que ver con la higiene, el nivel socioeconómico o los hábitos de vida. Es más, a menudo prefieren el pelo limpio porque les facilita alcanzar antes el cuero cabelludo para comenzar a alimentarse y depositar las liendres.
2. Los piojos solo afectan a los más pequeños. Falso. La infestación también puede afectar a adultos, cuidadores, profesores e, incluso, a los médicos que les atienden.
3. El vinagre es un método eficaz para combatir los piojos. Falso (algo que la mitad de los encuestados confiesa haber practicado). En realidad, solo es un remedio eficaz para desprender las liendres (huevos), pero no tanto para eliminarlos. Además, los niños lo rechazan debido a la intensidad de su olor. Hay productos en las farmacias tanto para la prevención como para el tratamiento de la pediculosis. Todos ellos, además, tienen un olor agradable.
4. Los piojos pueden contraerse por el aire porque saltan. Falso. El contagio ocurre por contacto directo, bien con una persona infestada o por compartir utensilios de uso para la cabeza, como gorras, diademas o peines.
Primer paso para erradicarlos: comunicar la infección
Los mitos en torno a los piojos provocan que solo una de cada diez personas acuda al farmacéutico en busca de consejo. Los expertos recomiendan que se comunique la infección, ya que puede provocar contagios y complicar el tratamiento. Por tanto, cuando el niño comience a sentir picor en el cuero cabelludo, sobre todo si tiene menos de dos años, hay que confirmar o descartar la infección y, en caso de ser necesario, consultar al pediatra o al dermatólogo. Si se corrobora, hay que avisar cuanto antes al colegio.
Ante los resultados de la encuesta, los expertos han elaborado también una serie de consejos básicos de buenas prácticas, entre los que se incluyen: revisar de manera esporádica el cabello de los niños y personas cercanas o usar lendreras, peines especiales de púas finas, para deshacerse de los piojos, con el pelo humedecido.
Los expertos avisan de lo que no hay que hacer:
- Aplicar los productos sobre el cabello mojado, ya que podrían diluirse sus efectos.
- Utilizar aire caliente como el que procede de los secadores, porque podría inactivar el efecto del tratamiento.
- Usar los pediculicidas para evitar el contagio: no solo no sirven para nada, sino que su efecto puede ser perjudicial.
Eliminar piojos en tres pasos
La eliminación completa de los piojos se basa en tres pasos. En primer lugar, se debe aplicar una loción pediculicida sobre el cabello seco. Es preferible que esté sucio. Debe cubrirse la cabeza con un gorro y, tras 10 o 15 minutos, aclarar el cabello. El paso siguiente se basa en utilizar champú pediculicida sobre el pelo mojado, que se debe dejar actuar otros 10 o 15 minutos. Por último, con una liendrera se arrastran los piojos y liendres muertas adheridas al cabello.
Para concluir las recomendaciones, los expertos aseguran que ante una infección es importante evitar el uso de peines, sombreros, bufandas o cualquier otro objeto con el que la persona afectada haya estado en contacto. Estos objetos, además, deberán lavarse a más de 60 °C o, si no es posible, introducirlos en una bolsa cerrada durante tres días. Los peluches y algunos objetos de los niños se guardan de forma hermética en bolsas de plástico durante unos días y después se aspiran. Incluso se recomienda pasar la aspiradora por toda la casa y, después, tirar la bolsa utilizada.
El piojo es un insecto que se alimenta de otros seres vivos. Tiene el tamaño de una semilla de sésamo y es de color gris. Necesita aspirar una pequeña cantidad de sangre para sobrevivir. Para ello, inyecta su saliva llena de anticoagulante, que facilita la salida de sangre del huésped, a lo que los humanos reaccionan con picor. Ansía el calor humano, por lo que a menudo vive en la cabeza de las personas y pone huevos en el cuero cabelludo, sobre todo en la parte posterior del cuello o detrás de las orejas. Vive entre 20 y 30 días. Tras madurar durante dos semanas, las hembras fertilizadas ponen cada día de 4 a 10 huevos, denominados liendres, que son como pequeños cuerpos ovales grises y brillantes que se pegan al pelo cerca del cuero cabelludo. Pasados unos siete días, eclosionan. Después, las ninfas (piojos jóvenes) tienen 24 horas para empezar a alimentarse de sangre humana.