“Hay que hacer un máster para comprar un cochecito para el bebé”. La frase se escucha en boca de padres que han pasado o atraviesan la etapa de elegir el vehículo más conveniente para llevar al niño. La oferta es tan variada y abundante, y son tantas las características y detalles que se deben tener en cuenta, que en muchos casos el resultado de las múltiples averiguaciones es uno solo: el agobio. Por eso, lo importante es no enredarse en las mil y una especificaciones de los carritos y centrarse en las necesidades concretas que hay que satisfacer en cada caso.
¿Cuál es el principal factor al que se debe prestar atención? Sobre todo, al uso que se le dará. Eso dependerá de cuáles son las actividades cotidianas de los padres, el tipo de vivienda y los lugares frecuentes donde llevarán al niño, si tienen coche o no y, en caso de que lo tengan, cuáles son sus características, etc. En función de estos aspectos, y de las posibilidades económicas, se deberá elegir el cochecito que más conviene comprar o bien se podrá pedir prestado a amigos o familiares. Esta opción representa una excelente manera de ahorrar dinero y maximizar recursos: por obvio que suene, en ocasiones, olvidamos que la mejor manera de aprovechar los artículos que uno compra es usarlos tanto como sea posible.
Claves para elegir el cochecito más conveniente
El siguiente listado reúne los principales factores que se deben considerar al elegir el carrito para el bebé:
Urbano o todoterreno. Lo más importante es tener en cuenta el uso que se le dará y por dónde se llevará. Si se empleará sobre todo en la ciudad, por las aceras y calles, conviene que tenga facilidad de conducción, que sea versátil (con posibilidad de cambiar las posiciones de la sillita sin complejidad), ligero y no demasiado grande. Si en cambio se usará de manera mayoritaria en un entorno rural, la prioridad deberá buscarse en que tenga ruedas más grandes y resistentes, con un buen sistema de suspensión, para tolerar toda clase de terrenos. El tamaño y el peso no representan, en estos casos, un asunto de importancia vital.
Hogar dulce hogar. Las características de la vivienda constituyen otro de los elementos centrales. Las personas que viven en un edificio sin ascensor, en especial quienes no viven en la planta baja, deben priorizar un cochecito ligero y fácil de plegar y transportar con una sola mano, para que el otro brazo quede libre para sostener al bebé. En el caso de quienes sí tienen ascensor, deberán prestar especial atención al espacio: el cochecito ha de caber en el cubículo o, en su defecto, ser fácil de plegar con una sola mano. Además, ha de entrar plegado, ya que algunos ascensores son extremadamente pequeños.
¿Dónde lo metemos? Ni siquiera hay que pensar en ello si se cuenta con un trastero o espacio suficiente en la casa. Si no es así, puede resultar un problema. Habrá que mantenerlo (plegado, si es necesario) en un lugar cerca de la entrada, para dejarlo allí al llegar a casa y cogerlo justo antes de salir. Una alternativa -que exige la autorización de la comunidad de vecinos- es guardarlo en la entrada del edificio. Esto puede ser práctico también cuando se carece de ascensor.
De aquí para allá. Quienes tienen coche deben elegir un carrito que, plegado, quepa en el maletero. En el mejor de los casos, no debe solo caber, sino también dejar hueco para guardar otras cosas. Si se llevará en el maletero con frecuencia, habrá que priorizar también que el cochecito sea ligero y que se pueda plegar con facilidad. Esto último será también fundamental si se usará con mayor asiduidad en el transporte público.
Seguridad y accesorios. El cochecito tiene que estar provisto de los accesorios necesarios para proteger al niño contra las inclemencias del tiempo: sol, viento, lluvia, nieve, etc. En caso de que estos adminículos no se incluyan al adquirir el producto, habrá que prestar atención no solo a las posibilidades de añadirlos, sino también a su coste, ya que pueden encarecer demasiado el precio final. También es importante que el carrito cuente con un sistema de frenado fácil de activar y desbloquear, a ser posible, con la punta de un pie.
¿Quién lo llevará? Se deben considerar dos factores.
- Por un lado, es una cuestión de estatura: los cochecitos se fabrican en general con una medida estándar, pero las personas no. Los padres de estatura baja o muy altos pueden tener problemas para maniobrar cochecitos que les queden a alturas inconvenientes. Por lo tanto, deberán tener en cuenta que la altura de los manillares y la sillita sea la adecuada o se pueda regular, una opción idónea cuando la diferencia de altura entre quienes lo llevarán sea considerable (padre muy alto y madre baja, entre otros).
- Por otro lado, también se da la posibilidad de que las personas que lleven a menudo el cochecito sean adultos mayores, como los abuelos. En ese caso, también habrá que pensar de manera especial en la facilidad de conducción, que sean ligeros y sencillos de plegar y transportar.
Versatilidad y tiempo de uso. A medida que el bebé crece, se modifican las condiciones de transporte. En los primeros dos o tres meses, solo puede estar acostado en posición horizontal, para lo cual es idóneo el capazo, una especie de canastilla donde el bebé va acostado y bien protegido (si hace falta, con el cobertor corredizo en la parte superior). Cuando el bebé asuma otras posturas, inclinado y recostado sobre el respaldo, se dejará de lado el capazo y se utilizará la sillita de paseo. Algunos cochecitos cuentan con reposapiés regulables: esto permite adaptar la sillita al tamaño del niño y, de ese modo, ampliar el periodo útil del vehículo. Los cochecitos más prácticos reúnen todas estas características (capazo y sillita regulable), mientras que los más completos, y por lo tanto más aprovechables, incluyen además la sillita para el coche.
Un factor central al hacer cualquier compra es el precio. Y en el mundo de los cochecitos para bebés la enorme variedad también se aplica para este campo. Los cochecitos más baratos rondan los 300 euros, e incluso menos, si se aprovechan ofertas en “outlets” o rebajas. Los más caros pueden costar 1.200 euros o más.
En este campo, no solo influyen los factores enumerados, sino también las diferentes marcas y el aspecto estético. Una vez que se tienen claros los requisitos que se deben cumplir, la tarea consiste en evaluar si compensa y es posible pagar más para adquirir un carro más bonito.
También hay casos especiales. Para ellos, el mercado ofrece alternativas. No solo es el caso de los vehículos múltiples para mellizos, trillizos, cuatrillizos, etc., sino también los cochecitos para salir a correr, especiales para deportistas. Son resistentes, ligeros y con una cuidada suspensión, especial para los ajetreos del footing, si bien por muy preparados que estén, hay que buscar la comodidad del niño. No se recomienda salir con bebés muy pequeños e, incluso cuando sean mayores -más de un año y medio, como mínimo-, se debe tener la garantía de que viajan seguros y los vaivenes del camino no les originarán ninguna lesión, sobre todo, en el cuello.