Varios motivos justifican el diseño y realización de un nuevo estudio sobre la situación de la obesidad infantil en España. Además de la necesidad de evaluar un número más elevado de niños y de actualizar los datos, las limitaciones metodológicas de los trabajos previos son un argumento de peso. ALADINO, acrónimo de ALimentación, Actividad física, Desarrollo INfantil y Obesidad, es un nuevo estudio llevado a cabo en el marco de la Estrategia NAOS con el objetivo de proporcionar información actual y precisa sobre la magnitud del problema de la obesidad infantil. Ha contado con la evaluación de 7.923 niños entre 6 y 10 años de todo el territorio nacional.
Hasta el momento, los datos de prevalencia de obesidad infantil en España provenían de la Encuesta Nacional de Salud y, sobre todo, del estudio enKid. En el primer caso, se evalúa el peso y la talla de los niños a partir de una encuesta realizada a los padres, de modo que se obtienen datos autoreferidos y, por lo tanto, menos precisos. Respecto al estudio enKid, se desarrolló entre los años 1998 y 2000 e incluyó datos referentes a una muestra de 3.534 niños y jóvenes de 2 a 24 años (423 niños para la franja de edad que evalúa el estudio Aladino).
Los números de la obesidad infantil
Los datos que ha dado a conocer el estudio Aladino constituyen, sin duda, un grave problema de salud pública. Casi la mitad de los niños evaluados (45,2%) alcanzan un exceso de peso. Entre ellos, el 26,1% registra sobrepeso y un preocupante 19,1%, obesidad.
Las clases sociales más desfavorecidas son las más afectadas por esta enfermedad
Por género, los niños son los más afectados, con un 26,3% de casos de sobrepeso y un 22% de obesidad, frente al 25,9% y 16,2% en las chicas, respectivamente. Las clases sociales más desfavorecidas, con niveles de renta y de estudios más bajos, son las más afectadas por esta enfermedad, que también guarda relación con el hecho de tener elementos de ocio pasivo como la televisión o el ordenador en la habitación o con comer en casa en lugar de hacerlo en la escuela.
¿Por qué unas cifras de obesidad tan elevadas?
En España se desarrollan múltiples programas de prevención de la obesidad infantil que han estudiado esta prevalencia, como Perseo, Thao o las encuestas de salud nacionales y autonómicas, entre otros. Todos ellos aportan datos similares. La novedad del estudio Aladino radica en la metodología aplicada en el establecimiento de los puntos de corte para el diagnóstico del sobrepeso y la obesidad, justificada por el hecho de que uno de los principales objetivos de los estudios de prevalencia es la comparación entre territorios y países, lo cual no es posible si no se utilizan los mismos criterios.
Para ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de una iniciativa para la vigilancia de la obesidad infantil en Europa, insta a los Estados miembros a disponer de estudios basados en mediciones objetivas y realizados a partir de una misma metodología (como el diseño, las fechas de realización del estudio o grupos de edad, entre otros).
Los datos del estudio Aladino son mucho más elevados que los proporcionados por el estudio enKid, debido a la utilización de diferentes definiciones para el diagnóstico de sobrepeso y obesidad en la infancia y adolescencia. Hasta la actualidad, los criterios más utilizados en las investigaciones tenían su origen en los establecidos por la Fundación Faustino Orbegozo, en 1988. El estudio Aladino, en cambio, ha tenido en cuenta los estándares de crecimiento y desarrollo infantil publicados en 2006 por parte de la OMS.
Si se analizan los datos de este estudio con las tablas de Orbegozo, los porcentajes de afectación dan unos resultados muy parecidos a los del estudio enKid: 31,4% de exceso de peso en Aladino, frente al 30,4% en enKid. Se puede deducir que la tendencia al aumento de los casos de obesidad infantil que se detectaba desde hace años se estabiliza en la actualidad.
Los riesgos de la obesidad infantil
La obesidad se define como una acumulación excesiva de tejido graso que determina el desarrollo de enfermedades asociadas o constituye un factor de riesgo para estas. Se ha constatado una relación entre un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado en la infancia y mayores concentraciones de colesterol total, colesterol LDL («malo») y triglicéridos, así como concentraciones más bajas de colesterol HDL («bueno»).
Se ha registrado también una mayor incidencia de trastornos endocrinológicos en niños y adolescentes (hiperinsulinismo, mayor resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2 e irregularidad menstrual), así como psicológicos (depresión, baja autoestima). Además, un mayor IMC durante la infancia guarda relación con una incidencia más alta de enfermedad coronaria en la edad adulta.