¿Comer cinco comidas al día es aconsejable o no tiene trascendencia en el peso del individuo? ¿Adelgazan las dietas ricas en fibra? ¿Cuántas calorías deben consumirse por debajo de las requeridas cada día para perder peso? ¿Cuál es la mejor dieta para adelgazar? Estas son algunas de las dudas que se plantean tanto profesionales sanitarios como pacientes y la población en general. Sin embargo, a pesar de que algunas de las respuestas se repiten de forma insistente en los medios de comunicación y en boca de médicos y dietistas-nutricionistas, no todas están respaldadas por la evidencia científica. Por este motivo, con ellas ha empezado el consenso de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) sobre prevención y tratamiento del sobrepeso y la obesidad, presentado hace pocos días en el X Congreso de la SEEDO.
Factores relacionados con la obesidad
Los expertos han analizado los estudios publicados sobre la relación entre obesidad y aspectos tan variados como el tamaño de las raciones, el ambiente obesogénico, el efecto del desayuno, los aperitivos, algunos patrones alimentarios como la dieta mediterránea y las dietas vegetarianas, algunos alimentos (frutas y hortalizas, cereales integrales, azúcares, bebidas azucaradas, aceite de oliva, frutos secos, carne) y nutrientes como los hidratos de carbono y las tan famosas proteínas. Todo esto para la prevención del exceso de peso.
En el caso del tratamiento, se analiza la dieta hipocalórica equilibrada, dietas que modifican grasas frente a hidratos de carbono, dietas hiperproteicas, con sustitutos de comidas, dietas de muy bajo contenido calórico y la dieta mediterránea. Algunas de las principales recomendaciones prácticas para la prevención hacen referencia a la utilización de raciones de menor tamaño, limitar el consumo habitual de fast food y bebidas azucaradas, aumentar el consumo de fibra a partir de alimentos de origen vegetal y promover estrategias que hagan posible una disponibilidad y acceso fáciles a frutas y hortalizas.
Riesgo y prevención de sobrepeso y obesidad
La dieta mediterránea tendría un posible papel en la prevención del sobrepeso y obesidad
Pese a que se insiste en el papel del desayuno en la prevención de la ganancia de peso, las investigaciones que estudian la relación entre la omisión del desayuno en adultos y el riesgo de sobrepeso y obesidad son controvertidas e inconsistentes. Por ello, el documento no incluye ninguna recomendación en relación a esta comida. También se llega a la misma conclusión si se analiza la influencia que puede tener la frecuencia de las comidas y la variación del peso corporal.
En el caso de la dieta mediterránea, aunque los resultados son poco consistentes y las recomendaciones son precavidas, los estudios apuntan hacia un posible papel de este patrón alimentario en la prevención del sobrepeso y la obesidad. En este caso, se incluye una recomendación débil, que los autores advierten que puede variar con futuras investigaciones: una mayor adherencia a la dieta mediterránea podría prevenir el sobrepeso, la obesidad y el aumento del perímetro abdominal.
Muchas de las dietas de moda, denominadas también dietas milagro, se basan en modificaciones dietéticas muy alejadas de las recomendaciones de las guías clínicas. Esto obliga a las sociedades científicas y agencias sanitarias a revisar la literatura científica y a emitir documentos de posicionamiento en aspectos relacionados, entre otros, con el papel de las proteínas y las dietas hiperproteicas o proteinadas en la pérdida de peso. El consenso FESNAD-SEEDO es claro al respecto: las evidencias referidas al consumo de proteínas (tanto animal como vegetal) y su efecto en la variación de peso o en la prevención de exceso de peso son insuficientes para establecer recomendaciones.
Para algunos de los alimentos ricos en proteínas, como la carne, la evidencia y la recomendación es más fuerte: el elevado consumo de carne y procesados cárnicos (tal y como sucede en nuestro entorno) podría incrementar la ganancia de peso y el perímetro abdominal, por lo que se recomienda limitar las altas ingestas con el fin de evitarlo. Por último, en el caso de las dietas hiperproteicas, se reconoce que a largo plazo (más de 12 meses, objetivo del tratamiento de la obesidad) no suponen una mayor pérdida de peso que las dietas convencionales ricas en hidratos de carbono.