Del pan artesano al de media cocción
Hay varias opciones para conservar el pan de consumo inmediato y comerlo al cabo de unas horas
La mayoría de los panes artesanos, elaborados a la antigua usanza, de corteza más recia y miga más compacta, tienen una duración de hasta una semana en unas condiciones óptimas para su consumo. Pero los gustos actuales se decantan más por un tipo de pan más ligero, tanto las denominadas baguette como el de media cocción que, recién sacados del horno, están muy crujientes, si bien según transcurren las horas pierden tanto en textura como en sabor. Hay varias opciones para conservar este tipo de pan de consumo inmediato y comerlo al cabo de unas horas o al día siguiente.
Pan caliente
Para sacar a la mesa el pan caliente y como recién elaborado, la mejor opción es colocarlo sobre una rejilla debajo de un recipiente con agua e introducirlo al horno con aire caliente, de manera que coja calor en el exterior. El agua aporta humedad y, de esta forma, recupera esponjosidad.
También se puede utilizar el microondas, una fórmula más rápida aunque menos recomendable porque el pan se seca en exceso al evaporarse la humedad de la miga. En este caso, se enciende el microondas a media potencia, se introduce un vaso de agua junto con el pan y se calienta unos 15 segundos. Debe servirse de forma inmediata para que el interior del pan no quede tan seco.
Se puede combinar la acción del microondas con el gratinador, en los modelos que tengan esta función. De esta manera, se consigue una miga crujiente.
Descongelar el pan
Otro caso diferente es descongelar pan, ya que es muy habitual tenerlo guardado en el congelador para las ocasiones más diversas. Para ello, es importante congelarlo fresco. Si se congela una barra de pan antigua, al descongelarla, se romperá en múltiples trozos y se desconchará. La descongelación es muy agresiva con alimentos frescos y de primera calidad, por lo que en los viejos, no consigue que mejoren.
Para descongelar de forma rápida, lo mejor es cubrir el pan con un paño de hilo para que transpire. Debe hacerse sobre una rejilla apta para microondas y junto con un vaso de agua para que haya humedad en el ambiente, a una potencia de unos 300 W. la descongelación se hará en dos intervalos de 10 a 15 segundos, para comprobar la evolución de la descongelación.
Si no hay prisa, lo mejor es descongelar fuera de la nevera sobre una rejilla, tapado con un trapo para evitar la oxidación del aire y luego calentarlo al horno.