Relajación, concentración, equilibrio, flexibilidad y serenidad son algunos de los principales beneficios que reporta a la mujer la práctica del yoga durante el embarazo. Esta disciplina milenaria, además de preparar el cuerpo y la mente de la gestante para sobrellevar mejor los cambios físicos y psíquicos que experimenta durante esta etapa, le ayuda a afrontar el parto con una buena preparación.
Los cursos de preparación al parto se han diversificado en los últimos años y, hoy en día, ofrecen a las mujeres embarazadas distintas metodologías para afrontar el momento del alumbramiento en óptimas condiciones. Una de las más extendidas es la que basa su parte práctica en una disciplina milenaria: el yoga.
El objetivo principal de esta metodología es que la mujer incremente su bienestar físico y mental, tanto durante la etapa del embarazo, como en el momento del parto. Para conseguirlo, la gestante puede empezar a practicar yoga desde el primer día del embarazo, pero siempre debe seguir los consejos y recomendaciones de los especialistas en yoga para embarazadas, que son quienes pueden indicar las posturas y ejercicios de esta técnica que más se adecuan al estado de gestación y que no representan ningún riesgo ni para la madre ni para el bebé.
Beneficios del yoga para la mente
La práctica del yoga durante el embarazo es beneficiosa para todas las etapas de la gestación, pero también para el momento del parto y para la recuperación durante el puerperio. Janet Balaskas, autora del manual ‘Yoga, embarazo y nacimiento’, afirma que esta disciplina «proporciona a la mujer embarazada la capacidad de adaptarse a los cambios internos y externos de esta etapa con extraordinaria flexibilidad».
Entre los principales beneficios psíquicos que aporta el yoga, Balaskas resalta que ayuda a la mujer «a concentrarse en el embarazo de una forma más profunda». La especialista señala asimismo que «ayuda al equilibrio corporal y aporta una magnifica preparación para el momento del parto, ya que durante todo el embarazo se cultiva progresivamente una forma efectiva de relajarse».
Preparación para el parto
Los especialistas señalan que practicar el yoga durante el embarazo no garantiza un parto corto y sin dolor, pero sí ayuda a la mujer a estar preparada para cuando llegue el momento:
- El entrenamiento con yoga le ayuda a adquirir habilidad para relajarse entre las contracciones y a canalizar y controlar la respiración durante el parto.
- Durante el embarazo se practican posturas de apertura y relajación de la región pelviana, muy parecidas a las que se trabajan en el parto, que ayudan a ampliar el diámetro de la pelvis y favorecen que el bebé se coloque de forma adecuada.
Beneficios del yoga para el cuerpo
La práctica de yoga como ejercicio prenatal y de preparación al parto es una buena manera de mantenerse en forma durante el embarazo. Stella Lanantuoni señala en su obra ‘Yoga para toda la vida’ algunos de los principales beneficios físicos que proporciona el yoga para el cuerpo de la embarazada:
- Fortalece todos los músculos del cuerpo, especialmente los del suelo pélvico, que son el soporte del útero.
- Mejora la elasticidad y el control de los músculos vaginales y pélvicos, que son fundamentales para el parto.
- Aporta mayor flexibilidad a la zona abdominal, previene la flacidez y las estrías y ayuda a que el tono normal se recupere después con mayor facilidad.
- Permite que se fortalezcan las piernas para que soporten mejor el incremento de peso durante el embarazo.
- Al realizar las posturas y acompañarlas de una respiración consciente y relajada, se activa la circulación y se logra una mayor oxigenación de la sangre.
Para que la práctica del yoga resulte beneficiosa y no provoque ningún daño ni perjuicio en el cuerpo de la embarazada es necesario tomar determinadas precauciones durante su ejecución. Stella Lanantuoni formula las siguientes recomendaciones:
- Evitar las posturas invertidas, fatigosas o de equilibrio, salvo que estas últimas se realicen contra la pared.
- En las posturas sentadas con las piernas estiradas, dejarlas siempre separadas un poco más que el ancho de la cadera.
- Las torsiones nunca deben ser forzadas o realizadas sin la alineación correcta de la columna vertebral.
- No estimular la parte baja de la columna hasta después del quinto mes.
- Hasta el cuarto mes pueden realizarse abdominales en forma muy suave, pero a partir del sexto mes ya no hay que trabajar esta zona.
- En las últimas semanas, se deben practicar pocas posturas de pie para evitar el cansancio y el mareo.
- Si no se tiene suficiente práctica anterior al embarazo, no es conveniente realizar posturas de equilibrio para evitar caídas accidentales.