Evitar el celo de la hembra canina incluye aparcar las molestias habituales que conlleva, como el sangrado o las camadas indeseadas. Hoy en día, hay dos métodos principales para evitar el celo: el quirúrgico y los tratamientos hormonales inyectados. Conviene reflexionar sobre ambos, ya que la esterilización evita tumores pero, si la hembra tiene más de ocho años, es posible que se pierda este efecto preventivo. Todas estas claves se explican a continuación.
La esterilización quirúrgica de la hembra canina es uno de los métodos más seguros para evitar el celo. Es una intervención quirúrgica sencilla, que consiste en la extracción de los órganos reproductores.
Intervención quirúrgica para esterilizar a la hembra
Según el tipo de intervención quirúrgica a la que se someta a la hembra para evitar su celo, se distingue entre:
Histerectomía o extirpación del útero. Se logra la esterilización.
Ovariohisterectomía. Es más agresiva. Se extirpan útero y ovarios. En este caso, se consigue tanto la esterilización como la castración del animal.
Inyecciones inhibidoras del celo, una técnica provisional
Las inyecciones de compuestos hormonales, derivados de la progesterona, también evitan el celo de la perra. Hay, sin embargo, algunos efectos adversos para el animal que conviene tener en cuenta. «Estas inyecciones tienen efectos secundarios, como todos los productos hormonales, y predisponen a la perra a padecer tumores de mama y alteraciones en el útero», señala Juan Antonio Aguado, veterinario y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Por ello, es más recomendable practicar la esterilización para evitar el celo.
Las inyecciones inhibidoras del celo están indicadas en casos puntuales, es decir, para usarse de forma temporal. «No es una solución para toda la vida porque, además de las alteraciones hormonales, predispone a ganar peso», añade el veterinario.
Esterilizar a la perra evita tumores
En la actualidad, los veterinarios recomiendan, sobre todo, realizar la esterilización antes del primer celo, es decir, antes de los seis meses. De esta manera, alrededor del 100% de las hembras que se someten a esta técnica quirúrgica no padecen tumores mamarios.
Esterilizar a la hembra antes de los seis meses es una forma de evitar tumores mamarios
En el caso de que se esterilice a la hembra entre el primero y el segundo celo, las posibilidades de padecer tumores mamarios aumentan. Si la cirugía se lleva a cabo después del segundo celo, no tendrá ya ningún efecto preventivo sobre los tumores de mama.
El veterinario Manuel Lázaro advierte de que «casi la mitad de los tumores mamarios que pueden desarrollarse en la perra son malignos». «Esto pone de relevancia la importancia de la esterilización precoz», agrega.
La esterilización en hembras con más de ocho años
La esterilización es practicable incluso en hembras mayores de ocho años, aunque a esa edad ya no tenga el mismo efecto preventivo respecto a tumores de mama que cuando la hembra es muy joven. Cuando tiene más de ocho años, «hay que valorar si merece la pena practicar la esterilización o si conviene aplicar una inyección de compuesto hormonal de manera puntual», comenta Aguado.
Las inyecciones de progesterona evitan el celo de la hembra canina de forma provisional
En caso de que la perra esté enferma, no es recomendable una intervención quirúrgica para esterilizarla porque puede ponerse en riesgo su vida o su salud. En el supuesto de que se pretenda que la hembra quede preñada en un futuro, se puede optar por las inyecciones inhibidoras del celo. Pero siempre bajo supervisión veterinaria.
Por otro lado, el veterinario Manuel Lázaro apunta que «es necesario cambiar la mentalidad negativa ante estas intervenciones y admitirlas como algo normal y deseable» para nuestros canes. Anima a evitar «prejuicios antropomórficos o pensar que los animales puedan sentirse disminuidos» porque, indica, «la esterilización de los animales es una llamada a la responsabilidad que todos como propietarios deberíamos asumir».
Evita camadas indeseadas.
Realizada antes de los seis meses, evita o reduce drásticamente el desarrollo de tumores mamarios, tan frecuentes en hembras de mediana y avanzada edad.
Previene los embarazos psicológicos.
Evita las enfermedades de útero más habituales en hembras caninas: tumores, infecciones o piómetras. También las dolencias de ovarios, como quistes y tumores ováricos.
Las hembras esterilizadas no tienen el celo, que dura alrededor de 20 días, y, por lo tanto, carecen de síntomas asociados, como el sangrado y la atracción hacia los machos.