Podemos encontrar en nuestros supermercados diferentes marcas comerciales de este tipo de quesos. Siempre se ha de observar muy bien el etiquetado, ya que no todos cumplen con la normativa que recoge el Código Alimentario Español sobre los quesos semidesnatados y desnatados:
Quesos semidesnatados: el contenido graso debe situarse entre 10 y 25 g de grasa por cada 100 g de producto.
Quesos desnatados: el contenido graso debe ser inferior a 10 g de grasa por cada 100 g de producto.
Son recomendables en dietas pobres en grasa y de adelgazamiento que normalmente llevan a cabo aquellas personas que tienen riesgo cardiovascular, sobrepeso u obesidad.