Los zumos no solo son de frutas. Una combinación bien escogida de vegetales nos permite hacer jugos o licuados de verduras en los que, además de probar unos sabores sorprendentes, se aprovechan al máximo sus cualidades. Las hortalizas se pueden mezclar según gustos y preferencias, pero conviene saber que hay combinaciones mejores y más acertadas, así como momentos idóneos para degustarlas. En este artículo se proponen las mejores combinaciones de verduras (con los colores como guía), ideas para los zumos y sugerencias de los mejores momentos para tomarlos y cómo aderezarlos.
Las mejores combinaciones: guía de colores para zumos de verduras
El color de un plato es la primera sensación que se percibe. Junto con el aroma, influye de manera casi determinante en su apetencia, incluso sin haberlo probado. En los vegetales, el color también representa la presencia de compuestos (como clorofilas, carotenoides, antocianinas o licopeno), muy interesantes por su potencial antioxidante, preventivo de enfermedades. Al iniciarse en los zumos de hortalizas, es posible guiarse por las preferencias del sabor, sin dejar de lado su aspecto más saludable y nutritivo.
Zumos verdes
Las verduras de elección son las de hoja verde, como lechugas, escarolas, endibias, acelgas, berros, pepino, apio o espinacas, aderezadas con perejil fresco picado o en jugo. La mezcla con manzana es idónea, ya que esta fruta tiene buena sinergia nutritiva con las verduras verdes y proporciona al zumo un agradable y agradecido gusto dulce.
Conviene no mezclar estas verduras con lácteos (leche, quesitos o nata), ingredientes tan habituales en las recetas de cremas de verduras, con el fin de aprovechar al máximo la absorción del hierro vegetal, dado que el calcio de los lácteos interfiere en la asimilación del hierro de las verduras. Este grupo de vegetales reúne entre sus nutrientes hierro, magnesio, folatos, potasio, clorofila y vitamina K, lo cual determina su particular interés nutricional.
En algunos foros de Internet o folletos impresos se sugiere tomar este tipo de jugos verdes para quemar grasa, aunque tal indicación no tiene fundamento dietético ni médico. En cambio, estos zumos sí pueden ayudar a eliminar líquidos y aliviar la hinchazón de piernas, tan incómoda en caso de retención de líquidos, pero no la grasa.
Algunas propuestas: espinacas, perejil picado, apio y manzanas; lechugas, endibias, pepino, limón y manzanas; pepino, limón y manzana con o sin aguacate…
- Indicados en: anemias, dolencias de hígado, retención de líquidos y contracturas, así como para el cuidado de la salud de los huesos.
Zumos de hortalizas naranjas
Las zanahorias son las hortalizas que marcan el color naranja de los jugos a los que se añaden como ingrediente principal. Es el caso del zumo de zanahoria con tomate o pepino, que mantiene el color naranja. También la calabaza, solo que esta se ha de cocinar primero para hacerla comestible y digestiva.
En ocasiones, el color naranja no se aprecia tanto porque está enmascarado por la clorofila de las verduras verdes añadidas, como en el jugo de hortalizas, que además contiene lechuga, pimiento verde, apio y manzanas. La riqueza en beta-caroteno (antioxidante), que el organismo transforma en vitamina A si lo necesita, determina el valor nutricional de estos zumos y les diferencia de otros, como para recomendarlo en determinados trastornos.
- Indicados para: cuidar la salud ocular, alimentar, cuidar y mejorar el estado de la piel y de las mucosas (sequedad, irritaciones, llagas), mejorar las dolencias de la boca (aftas bucales, heridas en las comisuras de los labios), molestias, ardores y procesos inflamatorios en el esófago.
Licuados de color rojo
El tomate y la remolacha son las hortalizas protagonistas. Su contenido en vitamina C, folatos, potasio, magnesio, provitamina A y compuestos antioxidantes, como el licopeno y los antocianinas (abundantes en la remolacha, a la que da el color rojo intenso-morado característico), explican la bondad de este tipo de licuados para la salud de la sangre y del sistema cardiovascular. Sin embargo, el consumo frecuente de tomate, por su particular composición, no resulta indicado en personas sensibles que sufren dolencias articulares.
Sirvan estas recetas para deleitarse: un refrescante zumo de tomate, pepino y limón; un jugo dulce de tomate o de remolacha con zanahoria; a modo de sopa fría o de granizado al toque de pimienta.
- Indicados en: dislipemias (colesterol y/o triglicéridos elevados), trastornos cardiovasculares, hipertensión arterial, procesos degenerativos y, en general, para depurar y mejorar la calidad de la sangre.
Zumos de verduras, ¿dulces o salados?
El zumo puede ser salado, si se adereza con ajo, aceite y sal o bien con pimientas u otras especias, o dulce, si solo lleva la mezcla de vegetales y frutas. De hecho, el sabor dulce de los jugos de hortalizas proviene de la mezcolanza con frutas con las que congenian, como la manzana con la zanahoria. Añadir zumo de naranja al de zanahorias o aventurarse con uno de tomate y sandía, permite probar sabores que no se intuyen, pero que resultan muy agradables y refrescantes, idóneos para el verano.
El mejor momento para tomar los zumos de hortalizas es entre horas, a modo de aperitivo o de tentempié refrescante. De esta forma, la densidad nutritiva de la mezcla de vegetales -que no es mucha en cantidad, pero sí en variedad y calidad-, se aprovecha al máximo. Entre el 80% y el 90% del volumen de las frutas es agua.
Seguido del zumo, si apetece, se puede comer una fruta rica en vitamina C, como un tazón de fresas, un trozo de melón, una naranja o piña. De este modo, se duplica o triplica la absorción orgánica del hierro de los jugos vegetales, en particular, de las verduras verdes.
Los aderezos que se añaden al zumo de hortalizas para hacerlo más digestivo (como un toque de jugo de limón, un chorrito de aceite virgen extra o un toque de pimienta), pueden complementar y enriquecer la fórmula, o todo lo contrario: desvirtuarla por completo y restarle todo su interés nutricional. Un punto de sal es interesante para equilibrar el elevado aporte de potasio de los vegetales.
El problema es hacer un abuso de este condimento, ser exagerado con los vinagres o añadir crema de leche, leche o yogur a estas preparaciones vegetales. Cuanto más natural sea el zumo y menos condimentos lleve, más saludable resultará y más se apreciará el sabor original.