La lactancia materna es la forma más natural y efectiva de alimentar al bebé desde su nacimiento. Durante el verano, las altas temperaturas, y el consiguiente calor, que sufren tanto las mamás como los bebés, puede dificultar en parte esta práctica. El bebé guiará las tomas de leche en verano, y pedirá el pecho más veces al día, con el calor. Esto explica que la madre lactante deba mantenerse hidratada y tener en cuenta al menos cinco consejos para amamantar en verano.
El bebé guiará las tomas de leche en verano
La leche materna es el alimento más idóneo para el crecimiento y el desarrollo del bebé. Tanto la Organización Mundial de la Salud, como los profesionales de la pediatría, recomiendan a todas las madres la lactancia materna exclusiva para sus bebés, al menos durante los seis primeros meses de vida.Sin embargo, en España solo la mitad de las madres (el 52%) optan por la lactancia materna exclusiva una ves que sus bebés cumplen tres meses, según la última Encuesta Nacional de Salud (2006), del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) señala que lo conveniente, durante este periodo, es ofrecer al pequeño «la leche a demanda», es decir, siempre que lo requiera y todo el tiempo que desee; y evitar, de esa forma, imponer horarios o tomas estrictas de una duración determinada.
La lactancia a demanda en verano permite al bebé mantener el equilibrio hídrico de su cuerpo
«El bebé no necesita ningún otro líquido cuando la lactancia materna es a demanda», afirma Alba Padró, asesora del grupo de apoyo a la lactancia Alba. «Con las tomas de pecho recibe la hidratación adecuada». Esta especialista señala que no se debe marcar una pauta horaria en la lactancia: «La leche materna es la comida y la bebida del pequeño y, si las tomas no son a demanda del bebé, le limitamos el acceso a su alimentación e hidratación».
El bebé pide el pecho más veces al día con el calor
Durante el verano, el bebé transpira más; y pierde agua de forma más acusada que en otras épocas del año. Por eso, «es habitual que los bebés quieran mamar con mayor frecuencia, aunque menor cantidad en cada toma», describe Padró. Esto se explica porque la primera parte de la toma la leche contiene más agua y azúcar, de modo que satisface antes la sed del bebé.
En este sentido, el Comité de Lactancia Materna de la AEP recomienda no esperar a que el pequeño llore para colocarle en el pecho, sino atender las señales que el bebé hace para indicar que quiere comer, como los cabeceos, sacar la lengua, llevarse la mano a la boca o hacer sonidos de llamada. De este modo, el bebé siempre se mantendrá convenientemente hidratado, a pesar de las altas temperaturas del verano.
La madre lactante debe mantenerse hidratada en verano
El 85% de la leche materna es agua, suficiente para satisfacer la sed del bebe
Lo más recomendable para una mamá que desea amamantar bien a su hijo es seguir una dieta sana y variada, y mantenerse hidratada. Estas precauciones son aún más relevantes durante el verano. María José Aguilar, catedrática de Enfermería y autora del libro ‘Lactancia Materna’, afirma que la leche materna contiene entre un 85 y un 87% de agua, «suficiente para satisfacer la sed del bebe, con independencia de si la madre toma menos líquidos de los que realmente necesita». Sin embargo, «no por ello la madre debe descuidar la ingesta abundante de líquidos, ya que de ello depende que mantenga un adecuado nivel de hidratación», puntualiza Aguilar en su libro.
En verano, cuando la necesidad de hidratación es mayor, la mamá se debe guiar por su sed; y tomar líquidos en función de sus necesidades fisiológicas, aunque lo recomendable es ingerir al menos dos o tres litros diarios. Forzar una ingesta de líquidos más allá de la sed no es conveniente, concluye Aguilar, «ya que podría afectar negativamente a la producción de leche».
1.Preparar con antelación el lugar donde se va a amamantar para que la temperatura sea agradable, tanto para el bebé como para la mamá. Se debe evitar el aire acondicionado directo sobre el pequeño.
2.Colocar entre la piel de la madre y la del bebé una gasa o tela de algodón (muselina) para evitar la sudoración excesiva.
3.La necesidad de beber agua durante la toma puede ser aún mayor en el verano; por eso es conveniente dejar siempre a mano un gran vaso de agua e, incluso, una botella para rellenarlo.
4.Prestar especial atención a la conservación de la leche, si se extrae para ofrecérsela al pequeño más adelante. Las altas temperaturas reducen el tiempo medio que puede estar la leche materna sin refrigerar (ocho horas).
5.Buscar posiciones frescas y cómodas para dar el pecho.