El perro aún conserva algunos instintos salvajes de su ancestro el lobo. Entre ellos, el can mantiene el hábito de tragar la comida sin masticar, una estrategia para sobrevivir en la naturaleza, ya que permite comer más y más rápido. Pero, ¿por qué el perro puede tragar alimentos sin enfermar y nosotros no? En cualquier caso, conviene diferenciar lo que es un comportamiento natural de los peligros que tiene comer rápido para el perro. En este artículo se explican estas claves, además de pautas para lograr que el perro coma más despacio.
Por qué el perro traga los alimentos sin masticar
Un perro no entiende de buenos modales humanos y traga su comida para ser el más rápido
Un perro que se lanza sobre un cuenco de comida sabrosa y acaba con él en cuestión de minutos. ¿Por qué es posible? Respecto a la comida, los perros no entienden de modales y lo que podría considerarse un mal hábito, y poco refinado, para la mayoría de las personas, sin embargo, es una conducta habitual en el mundo del can. El perro no mastica, traga. Es una estrategia de supervivencia que aún conserva, heredada de su ancestro el lobo, según explica el veterinario y dietista canino Carlos Gutiérrez, autor del blog Nutricionista de perros.
«El perro, como el lobo, no mastica, traga. Lo hace para ser el primero de la manada en llevarse la comida y comer más cantidad», señala el especialista en alimentación canina. Aunque en casa la necesidad de competir por el alimento desaparece para un perro que vive solo, la conducta de sus antepasados persiste: no se ha borrado en la mayoría de los canes «y tardará décadas en desaparecer», aventura Gutiérrez.
En el medio natural, ser el primero en lograr ingerir un alimento no es ninguna broma. Cuando este escasea, un lobo debe tratar de adelantarse y hacerlo no solo a sus congéneres sino, en ocasiones, también a otras especies -como aves carroñeras- que le disputen el bocado.
En estas circunstancias, tragar el alimento sin triturarlo es más eficiente que masticarlo y, sobre todo, más rápido. «El perro mantiene el instinto salvaje de pensar que, tras una comida, puede pasar varios días sin ingerir alimentos. Por ello traga todo lo que puede, no mastica», explica Gutiérrez.
Por qué el perro puede tragar alimentos sin enfermar
El esófago de un can puede dilatarse hasta cinco veces para permitir el tránsito de comida
El sistema digestivo de un perro está mejor preparado que el humano para ingerir trozos de alimento grandes sin enfermar. Esto es así porque su esófago, el tubo musculoso que conecta la faringe con su estómago, tiene una capacidad extraordinaria de dilatarse y expandirse, de manera que permite el tránsito de los trozos de comida.
«El esófago se abre cinco veces más que el de una persona al paso del alimento», explica el veterinario. Este mecanismo, como a su primo lejano el lobo, le permite comer sin necesidad de masticar o triturar antes los alimentos. Además, el sistema digestivo del can suele estar preparado para atacar los alimentos que entran en su cuerpo: cuenta con potentes jugos gástricos capaces de disgregar, poco a poco, la comida.
Los peligros de comer rápido para el perro
Un perro doméstico acostumbrado a devorar sin masticar, no obstante, corre algunos riesgos. Entre otros, ingerir más comida de la que necesita. Una casa urbana no se parece al medio salvaje y, en ausencia de manada, también desaparece la competencia por el bocado. Es el propietario quien debe velar porque su animal no acumule más grasa de la que precisa. «El problema no es que el perro trague sin masticar», señala Gutiérrez, «sino la cantidad de comida que ingiere».
Este desajuste entre lo que come y lo que gasta es la «principal causa de obesidad en los perros«, concluye la Conferencia de Veterinaria Europea, que se reúne cada año en la ciudad holandesa de Ámsterdam. Hay que diferenciar entre lo que es un comportamiento natural en el perro (tragar) y lo que es una glotonería, capaz de desembocar en problemas de sobrepeso.
La ecuación entre la ingesta y el consumo de energía se rompe cuando el animal se sobrealimenta. Es el caso de los perros de apetito voraz, que piden comida a todas horas y nunca parecen saciar su hambre. Entre el 20% y el 40% de los perros padece una gordura excesiva que compromete su salud.
Sin embargo, los dueños no siempre perciben el sobrepeso en su propia mascota. Solo tres de cada diez personas admiten la obesidad de su perro, según un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dirigido por el catedrático José Alberto Montoya y publicado en la revista científica ‘Journal of Animal Physiology and Animal Nutrition’.
Para un perro, tragar su ración sin apenas triturarla puede ser un comportamiento natural. Pero ello no implica que algunos canes se alimenten de un modo excesivo o a un ritmo más rápido de lo que es saludable. Conviene tener en cuenta algunas claves para que el can ingiera su comida, al menos un poco, más tranquilo.
1. Combinar su pienso con comida natural, como pollo o huevos, rebaja la ansiedad del perro durante el día. Los alimentos naturales le ayudan a obtener serotonina, un neurotransmisor que reduce el nerviosismo. El nutricionista veterinario Carlos Gutiérrez recomienda hacerlo, al menos, una vez por semana.
2. El estrés y la ansiedad provocan trastornos en la alimentación del can y, en ocasiones, una ingesta excesiva de alimento. Hay que vigilar a la mascota.
3. Los paseos largos y los juegos son la mejor forma de asegurar que su perro realiza la actividad física que necesita.
4. La ingesta de calorías del perro no debe superar la cantidad de energía que gasta.