Los gimnasios para mujeres con bebés permiten volver a practicar deporte sin dejar de estar con el pequeño, quien se integra en los ejercicios que realizan sus madres como uno más. Y es que tanto en estos centros cerrados o al aire libre, los bebés están tan a gusto como las mamás. Este artículo explica todas las características los gimnasios para madres con bebés.
Volver al gimnasio sin dejar de estar con el bebé
A menudo tener un hijo representa la interrupción de muchas de las actividades que antes del embarazo o del parto se realizaban de manera cotidiana. En ciertos casos, esta interrupción se debe a cuestiones físicas, relacionadas con su propio cuerpo. Pero, en otros, la causa son problemas prácticos: no tener con quién dejar al bebé para ir a practicar deporte es uno de ellos.
La apertura de gimnasios para madres con bebés ha venido a remediar este inconveniente. El objetivo de estos centros es que ninguna mujer se quede sin hacer ejercicio por ser madre reciente. En general, las madres pueden ir desde que sus bebés tienen seis semanas de vida y no hay un límite de edad máxima. Los niños pueden seguir acompañando a sus mamás incluso hasta los diez años, o más.
Sin embargo, el recurso de hacer ejercicio físico con el bebé no es exclusivo para mujeres que no tienen con quién dejar a su hijo. Sino, también, para aquellas que quieran compartir ese momento con sus criaturas. De esta forma, integran el tiempo compartido con el pequeño con la reanudación de una actividad de su vida cotidiana.
Gimnasios cerrados y al aire libre
Las clases de los gimnasios de madres con bebé combinan ejercicios aeróbicos con técnicas de pilates y yoga
En realidad, aunque se hable de gimnasios, la gimnasia con bebés se realiza tanto en lugares cerrados como en parques. Las entrenadoras, en general, dan prioridad a los sitios abiertos.
«En las clases al aire libre lo pasamos mejor», explica Emma Soteras, fundadora y entrenadora de uno de estos centros deportivos. Usan, como ayuda, los recursos del propio parque para las clases (bancos, farolas, barandillas o escaleras), que sirven para hacer flexiones y otros ejercicios. Estas clases en parques incluyen ejercicios de fitness.
Pero cuando se realizan en lugares cerrados, combinan esas rutinas con actividades de yoga y pilates.
Ejercicios con el bebé
«No todos los ejercicios se pueden hacer con bebés, pero tratamos de hacer la mayor cantidad posible con ellos», señala Karina Warman, otra entrenadora especializada en gimnasia para madres con hijos. La finalidad es que la mujer y su pequeño estén en contacto siempre que se pueda.
Durante los ejercicios para fortalecer los abdominales, se coloca al bebé sobre el vientre y las piernas de la mamá. Cada vez que ella levanta el torso, tiene el objetivo (y a la vez incentivo) de besar a su hijo. Para hacer flexiones de brazos, se coloca al niño debajo y la idea es la misma: darle un beso cada vez que, durante el ejercicio, la mujer se acerca a él. Otro ejercicio, para reforzar los glúteos, requiere que la madre, acostada boca arriba, levante y baje las caderas: el bebé, acostado o sentado sobre ella, se divierte mucho, ya que para él es similar al juego del caballito. «En otros casos utilizamos a los bebés como pesas. O hacemos ejercicios de respiración; a ellos les hace mucha gracia cuando inspiramos y espiramos», señala Soteras.
Bebés tan a gusto como las mamás
Para muchos bebés, el gimnasio de la mamá constituye su primera sociabilización
Por su parte, Warman enfatiza que «el bebé tiene que estar tan cómodo como la mamá». Si llora, la mamá le atiende o le amamanta. «Y si el pequeño no está muy a gusto y prefiere ir a jugar con otro bebé, lo dejamos», añade la entrenadora deportiva. Warman destaca que, para muchos niños que no van a la guardería, el gimnasio de la mamá es su primera sociabilización y, por eso, cuando ven a otros pequeños quieren acercarse a jugar con ellos. También hay bebés que se pasan la clase entera durmiendo en el cochecito.
En cuanto a los cochecitos, lo idóneo para ejercicios aeróbicos (como correr alrededor de un parque) es contar con uno acondicionado especialmente para tal fin: con tres ruedas gruesas, resistentes, y sistema de amortiguación. Pero estos vehículos, en general son muy caros.
“Ir al gimnasio con el bebé también sirve para que las mamás se den cuenta de que no están solas”, asegura la entrenadora deportiva de madres con bebés, Karina Warman. En este sentido, las clases también son un apoyo para las mujeres, ya que el deporte las ayuda a superar la depresión posparto, además de que es una estupenda forma de adelgazar tras del embarazo.
Todavía no hay demasiados gimnasios para mamás con bebés en España, se trata de un fenómeno relativamente nuevo, aunque en expansión. Como en los gimnasios normales, la gente se apunta en masa con la llegada de la primavera y el buen tiempo. Y los abandona un poco con el retorno del frío.