El último mes del año es una fecha en la que numerosos hipotecados se plantean amortizar parte de la deuda que tienen contraída con su entidad bancaria. Si se dispone de un dinero extra, se tiene la oportunidad de amortizar hipoteca mediante dos posibilidades. Por un lado, se puede reducir cuota: se mantiene el tiempo de vida del préstamo, pero baja el pago mensual que se debe abonar. O bien, se puede acortar plazo: se abrevia el periodo de devolución del crédito, mientras la letra hipotecaria permanece invariable. Si bien esta segunda alternativa goza de mayor aceptación, ambas opciones ofrecen distintas ventajas e inconvenientes que se explican en este artículo. La decisión final dependerá de las necesidades y circunstancias de cada economía familiar, así como del perfil y planificación financiera particular.
Qué factores hay que tener en cuenta al amortizar hipoteca
Cuando se decide amortizar hipoteca, se deben tener en cuenta una serie de factores. En función de estos, el proceso tendrá unas implicaciones u otras:
¿Cuánto se puede ahorrar?
En España, la inmensa mayoría de las hipotecas contratadas son de interés variable, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y están referenciadas al Euríbor más un margen comercial, que varía en función de la entidad. Por ello, resulta complicado realizar un cálculo exacto del dinero que se puede ahorrar al anticipar capital de una hipoteca y reducir la deuda pendiente. Habría que tener en cuenta el momento de realizar la amortización, las características y condiciones de la hipoteca. En cualquier caso, a grandes rasgos, consiste en una práctica rentable para el hipotecado, pues cuanto más se amortice, menos intereses se pagarán a la entidad.
¿Cómo funciona?
El sistema de amortización habitual es el francés, el más común entre las hipotecas a interés variable. Este método calcula el interés en función del tipo aplicado y del capital pendiente de amortización, que se revisa cada mes. De esta manera, cuanto más capital se amortice, menos intereses se pagan. Por eso, al principio de la vida del préstamo, al contar con la mayor parte del capital, los intereses son más grandes que transcurrido el tiempo. En los últimos años de la hipoteca, por el contrario, la mayor parte del gasto corresponde a capital y no a intereses. La cuota que se debe pagar se reducirá con los años y variará solo en función de los tipos de interés, ya que el plazo del préstamo se mantiene constante. De ahí que en ocasiones la letra hipotecaria o cuota aumente.
Desgravación
Quienes sean titulares de hipotecas firmadas antes del 1 de enero de 2013 pueden llevar a cabo amortizaciones extraordinarias. Las bonificaciones fiscales por persona permiten aplicar una reducción en la cuota del IRPF hasta del 15% sobre un máximo de 9.040 euros.
Índices de referencia
El Euríbor es el principal índice de referencia con el que se actualizan los intereses que se pagan. Indica el tipo de interés promedio al que las entidades financieras se prestan dinero en el mercado interbancario. Las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) desempeñan un papel fundamental, ya que el Euríbor depende de la evolución de los tipos de interés oficiales, que el organismo europeo fija. Por norma general, cuanto más alto está, más se paga de interés y viceversa.
Inflación
También debe tenerse en cuenta que el incremento continuado de los precios implica que cada año supondrá un menor esfuerzo pagar la letra hipotecaria.
Comisiones
Hay diversas comisiones que las distintas entidades financieras aplican en el momento de amortizar, hasta alcanzar los máximos legales permitidos.
Ventajas e inconvenientes de reducir plazo
La decisión de amortizar, ya sea mediante la reducción del plazo de la hipoteca o de la cuota, depende de las necesidades, circunstancias y peculiaridades de cada economía familiar, es decir, del perfil y nivel de ingresos del hipotecado, de su planificación financiera particular y de su capacidad para afrontar las cuotas con la liquidez necesaria.
Reducir el plazo asegura mayor rentabilidad, una mayor amortización y un menor pago de intereses
Estos son los principales pros y contras de reducir plazo o años:
- El más aconsejable
En líneas generales, es el sistema más recomendable. En función del coste total de la hipoteca, reducir el plazo asegura mayor rentabilidad, una mayor amortización y un menor pago de intereses, con lo que la suma final aportada se reduce.
- Menor plazo
Conforme se acortan los plazos y el tiempo de exposición a la deuda, los intereses que se deben satisfacer son menores. Además, disminuye el tiempo final de pago.
- Misma letra
La cuota o letra mensual no se ve mermada. Para economías holgadas, sin problemas para afrontar la misma o una cuota superior, siempre es aconsejable.
Ventajas e inconvenientes de reducir cuota
Si en lugar de reducir el plazo de hipoteca se opta por reducir cuota, las ventajas e inconvenientes serán los siguientes:
- Menor letra
Reducir la cuota mensual supone un desahogo para economías familiares con escasa liquidez y con problemas para llegar a fin de mes, ya que da más margen de maniobra ante posibles eventualidades.
- Mismo plazo
Por contra, el plazo permanece invariable, lo que redunda en una menor posibilidad de reducción de intereses y, por tanto, se obtiene menos rentabilidad.
- Escenario actual
Ante una posible subida de tipos a medio o largo plazo (no se prevé a corto), los intereses se incrementan y la cuota se encarece. Si se piensa en el corto plazo y con escasa liquidez, el alza inicial en la letra podría contrarrestarse al amortizar con una reducción de cuota. A largo plazo, con un Euríbor en máximos, conviene también acortar el plazo para pagar menos intereses, antes que disminuir letra hipotecaria. Ante una bajada de tipos, los intereses se reducen y el coste del préstamo y la cuota se abaratan, por lo que una rebaja de cuota no tendría mucho sentido.
- Reducción de gastos
Al amortizar cuota disminuyen los gastos, con lo que debería verse aumentada la capacidad de ahorro de cara a amortizaciones futuras.