En momentos de crisis, los ingresos generados por el trabajo principal pueden no ser suficientes. La reducción de sueldos u horas laborales, la imposibilidad de acceder a nuevos empleos o, incluso, un despido pueden desembocar en la necesidad de conseguir ingresos extra. Como se expone a continuación, diversas actividades, desarrolladas sobre todo en el ámbito doméstico, son una gran oportunidad para alcanzar este objetivo. El manejo de las nuevas tecnologías de la información, los empleos part-time (a tiempo parcial), labores de comercial o de ventas o el teletrabajo son opciones en auge.
Cómo ganar un dinero extra
La opción más recomendable para solucionar los desequilibrios de la economía familiar es fomentar métodos de ahorro eficientes. Pero si se desea ganar un dinero extra, que complemente los ingresos principales, la prudencia y la sensatez han de ser los mejores aliados. Los atajos en la obtención de ganancias milagrosas suelen esconder trampas y estafas, sobre todo en Internet. Conviene recabar información de las empresas que brindan empleos, así como consultar, a través de foros o comentarios en la Red, a personas que hayan desempeñado estas actividades.
En el caso de los ingresos extra, no hay que olvidar la legislación vigente
En el caso de los ingresos extra, no hay que olvidar la legislación vigente y es esencial conocer si es necesario declarar a Hacienda o darse de alta como autónomo, o bien si el nuevo trabajo será compatible o no con el cobro de prestaciones, como la de desempleo.
Algunas propuestas para conseguir ingresos complementarios son las siguientes:
1. Trabajos part-time: trabajar a tiempo parcial, por horas, es una opción laboral en aumento en momentos de crisis, si bien para evitar situaciones de riesgo, conviene formalizar un contrato. Es un modelo recogido en el artículo 12 del Estatuto de los Trabajadores.
Son empleos para las horas libres de las que se dispone tras la jornada laboral principal. Los más habituales son puestos de camareros durante los fines de semana, empleados del hogar, cuidado de niños, ancianos o personas impedidas, buzoneo, etc. Por lo general, se llevan a cabo sin contrato, pero es fundamental suscribir uno con la empresa.
También destacan los trabajos de teleoperador, con unos convenios muy reglados y que permiten trabajar pocas horas al día.
2. Colaborar en Internet: en algunas redes, blogs o bitácoras (redWeblogs, WordPress o Blogspot), se paga por redacción de artículo o post. Es conveniente recabar información a través de los foros para conocer su seriedad y fiabilidad.
También se pueden hacer colaboraciones en encuestas de opinión, lecturas de cadenas de correos, el registro en páginas web u ofertas, que proponen diversas tarifas. Son las páginas PTC (pagos por clic) o PTR (pagos por leer). La retribución es a menudo de céntimos de euro por cada página, pero a medida que se acumulan (conviene abrirse una cuenta Paypal para los pagos), las ganancias aumentan y se retribuye con puntos canjeables por productos.
3. Publicidad en Internet: se puede crear un portal sobre un tema interesante que alcance un número significativo de visitas, algo que permitirá
insertar publicidad de pago y generará ingresos relevantes. Lo idóneo es contactar con una empresa que desee promocionarse, cuyos contenidos encajen con los de la web. 4. Labor de comercial: son empleos parciales, pero lo importante en ellos es la capacidad de persuasión y de venta del trabajador. Las ganancias dependen del éxito comercial. Destacan las ventas por catálogo o multinivel.
Lo positivo es que, al contrario que en la Red, el consumidor puede testar el producto físico y el pago es posible en efectivo sin necesidad de facilitar números de cuenta en una página de Internet. Su precio es inferior al habitual de las tiendas, ya que se eliminan gastos de intermediarios, almacenamiento, espacios físicos de venta, etc.
Engloba todo tipo de sectores, desde moda, joyería, productos de limpieza o herramientas, hasta cosméticos. Su principal problema es que, en ocasiones, precisa abonar antes los productos.
5. Impartir clases: en función del nivel académico y de la disponibilidad, puede ser una opción muy recomendable. Los idiomas, las matemáticas o la informática tienen una gran demanda. No obstante, para llevar a cabo esta actividad de forma legal, ya sea en la propia casa o a domicilio, habría que darse de alta como autónomo y calcular la rentabilidad con los gastos que esto implica.
6. Venta de objetos: poner a la venta objetos de segunda mano que ya no se utilizan, o que resultan superfluos, es hoy en día mucho más factible gracias a los numerosos portales de artículos de segunda mano o subasta. Se puede vender tanto en la Red como en comercios especializados.
7. Alquiler: si se dispone de espacio suficiente, se puede alquilar una habitación que no se ocupe. Precisa la cesión de cierta intimidad, así como de espacios comunes. Otra opción sería arrendar una plaza de garaje o un vehículo comercial.
8. Cocinar a domicilio: cocinar para terceros es un buen negocio y no requiere salir de casa para explotarlo. Lo más sencillo es iniciar la actividad con redes propias de clientes, con contactos personales. Además, se puede insertar publicidad en Internet o en diarios y revistas.