El mejor agua para cocer los mariscos es el agua de mar, limpia y si es posible filtrada.
Si no podemos disponer de agua de mar, lo haremos con agua corriente y sal marina, siendo la proporción idónea de 100 g de sal gorda marina por 1 litro de agua corriente.
De esta manera conseguiremos que el marisco conserve después de su cocción un aroma y sabor propios de un producto de mar.