El cáncer afecta no solo a los pacientes, sino también a los familiares más allegados que cuidan de ellos, como la pareja. El papel del cónyuge es esencial en la supervivencia a medio y largo plazo de los enfermos oncológicos. Sin embargo, tampoco hay que olvidar el bienestar del cuidador, ya que solo con energía plena puede ayudar de forma efectiva a su pareja enferma. En este artículo se aborda el valor del respaldo social en el manejo y el tratamiento del cáncer y de la adecuada comunicación para una buena relación paciente-cónyuge.
Los pacientes con cáncer de pulmón localmente avanzado sobreviven más tiempo tras el tratamiento que los pacientes solteros, según un nuevo estudio presentado en el Simposio Multidisciplinario de Oncología Torácica de 2012, celebrado en Chicago (EE.UU.). Los autores, de la Universidad de Maryland, atribuyen esta mejora de la supervivencia al mayor apoyo del cónyuge. Aunque el análisis es de tamaño reducido (170 voluntarios), los resultados son importantes porque se suman a otros trabajos que habían llegado a conclusiones parecidas.
Una investigación publicada en la revista ‘Cáncer’, en 2009, indicaba no solo que la pareja es beneficiosa para los pacientes, sino que un proceso de separación paralelo a la enfermedad podría influir de forma negativa en los índices de supervivencia. Los voluntarios estudiados padecían la forma más común de cáncer de pulmón (células no microcíticas) en estadio bastante avanzado, tratados con quimioterapia y radioterapia entre 2000 y 2010. Tres años después del tratamiento, el 33% de los pacientes emparejados seguía con vida, frente al 10% de los solteros. Las mujeres con pareja tenían el índice más alto de supervivencia (46%), y los hombres solteros la más baja (3%). Las mujeres solteras y los hombres emparejados mostraron el mismo índice (25%).
Los resultados sugieren la importancia del respaldo social en el manejo y el tratamiento de los pacientes con cáncer. Los científicos concluyen que este hallazgo, sumado a unos mejores mecanismos de apoyo, podría tener más impacto en el aumento de la supervivencia que muchas nuevas técnicas terapéuticas. Por tanto, parece esencial no solo la búsqueda de nuevos fármacos y tratamientos, sino también la exploración de nuevas formas para respaldar mejor a los pacientes.
Enfermo de cáncer y pareja: la comunicación beneficiosa
La cónyuge del enfermo de cáncer puede sufrir una angustia emocional comparable a la del propio pacienteUna buena comunicación es esencial para ofrecer el respaldo y apoyo adecuado a una pareja que sufre cáncer. En esencia, implica hablar de forma abierta y honesta sobre los pensamientos y emociones, como el miedo, de ambos miembros de la pareja. También supone aprender a escuchar de verdad. No es tarea fácil, porque en ciertos momentos puede caerse en el reproche y en la búsqueda de culpas.
Hay técnicas que pueden ayudar a que la comunicación sea beneficiosa:
- Escucha activa, es decir, concentrarse en entender lo que está contando la pareja, no en lo que se va a decir después.
- Tratar de no asumir que se sabe lo que piensa o siente la pareja. Asimismo, dejar el tiempo necesario al paciente para que encuentre las palabras que desea utilizar sin presionar. Es recomendable hablar de forma alternada y sin interrumpirse el uno al otro.
- Describir los sentimientos negativos sin culpabilizar a la pareja.
- Evitar la crítica, el sarcasmo, los insultos, la injuria y los gritos.
- No tratar de resolver problemas importantes en una sola conversación.
Emociones y diálogo sobre el cáncer
Las mayores dificultades en la comunicación se dan por la complejidad de las emociones que surgen tras el diagnóstico, incluso en las parejas que nunca han tenido problemas para dialogar. Hay que tratar temas espinosos, como la sexualidad, las limitaciones físicas debidas al tratamiento y la muerte. Muchas investigaciones indican que un buen diálogo (con el cónyuge y también con los médicos) ayuda al paciente a tomar mejores decisiones que pueden influir de forma directa en la supervivencia a largo plazo, al mismo tiempo que mejoran su bienestar y calidad de vida. Así, los pacientes están más satisfechos con la atención que reciben y se sienten con más control; están más predispuestos a cumplir con el tratamiento; se sienten más informados; o están más inclinados a participar en un ensayo clínico.
Para ayudar a generar un ambiente propicio para el diálogo, los especialistas aconsejan:
- Hablar sobre las opciones de tratamiento y asistir juntos a las citas con el médico.
- Elegir momentos para dialogar en los que ambos estén libres de distracciones.
- Hablar también sobre temas habituales no relacionados con la enfermedad.
- Ser honestos en todos los sentimientos, tanto los positivos como los negativos, puesto que son reacciones normales. Ocultar las emociones puede crear distancia en la pareja.
- Conversar sobre la diferencia en los sentimientos (un miembro puede ser más optimista que el otro).
- Contarse de forma habitual como uno se siente en términos físicos y emocionales. Así la pareja es consciente de las necesidades concretas de un momento determinado.
El papel del cónyuge en una situación de cáncer no es fácil. Varias investigaciones han constatado que pueden sufrir una angustia emocional comparable a la de los propios enfermos. Incluso ciertos estudios lo han relacionado con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular o enfermedad cardíaca. Por tanto, es esencial que el cónyuge no se olvide de sí mismo y trate de atender sus propias necesidades. Esto significa no olvidarse acudir al médico cuando sea necesario, dormir lo suficiente, practicar ejercicio, seguir una dieta saludable y continuar con su rutina cuando sea posible.
Es importante que no se sienta culpable cuando dedique tiempo para él mismo. Así, se sentirá con más energía para cuidar a su familiar. La pareja del paciente debe buscar actividades con las que disfrutar; hacer un esfuerzo para mantenerse al día; considerar unirse a un grupo de apoyo para cuidadores; y no intentar hacerlo todo solo, sino pedir la ayuda.