Las ciudades españolas podrían ser mucho más sostenibles y, con ello, mejorarían su economía, su medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes, según diversos expertos en sostenibilidad. Este artículo ofrece siete ideas que las instituciones, las empresas y los consumidores pueden hacer para que las ciudades españolas mejoren su sostenibilidad.
1. Priorizar el urbanismo no expansivo
Manu Fernández, analista urbano y autor del blog «Ciudades a Escala Humana«, explica que el consumo de territorio y la forma urbana son críticos porque determinan durante décadas la evolución de la ciudad, sus necesidades de infraestructuras públicas y su integración social. «La expansión en las afueras de las ciudades en las últimas décadas explica en parte cómo estamos ahora. Esas ruinas del ladrillazo inmobiliario y los desarrollos industriales y residenciales serán un legado para las siguientes generaciones», afirma Fernández.
2. Aumentar la eficiencia y aprovechar mejor los recursos
«La expansión en las afueras de las ciudades en las últimas décadas explica en parte cómo estamos ahora», según un expertoRoberto Ruiz, presidente de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), señala que es fundamental mejorar la edificación mediante rehabilitaciones energéticas que logren casas más eficientes, optimizar el ciclo urbano del agua, generar la energía en la propia ciudad mediante el uso de renovables, etc. Según este experto, «en la época de bonanza económica solo se pensó en construir, sin demasiada planificación. Si parte de ese dinero se hubiera invertido en rehabilitación energética de edificios, iluminación municipal más eficiente, etc., las ciudades serían ahora mucho más sostenibles y con menos problemas económicos».
Luis M. Jiménez Herrero, director ejecutivo del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), asegura que utilizar los recursos de manera sostenible no significa de forma necesaria consumir menos, sino hacerlo de otro modo: «La salud planetaria requiere que las ciudades se puedan autoabastecer y no requieran recursos exteriores excesivos y produzcan los mínimos impactos sobre otros ecosistemas circundantes. Afrontar el desafío de la sostenibilidad global con modelos de sostenibilidad local, la sostenibilidad ‘glocal'».
3. Mejorar el transporte
El transporte supone más de la mitad del consumo mundial de combustibles fósiles líquidos y casi un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con el consumo energético. El coste ambiental y social por la contaminación, los accidentes de tráfico y la congestión local puede llegar o incluso superar el 10% del PIB de una región o país, según datos del OSE.
Por ello, Roberto Ruiz recomienda apostar por el transporte público de calidad, la bicicleta y el uso peatonal, disminuir el tráfico de vehículos contaminantes (en especial diésel, pero también gasolina) y electrificar el transporte mediante vehículos eléctricos, híbridos enchufables, etc., que utilicen energías renovables.
4. Cuidar la biodiversidad urbana
La biodiversidad, los espacios verdes, se encuentran también en las ciudades, como recuerda el presidente de la ACA. Las ciudades que quieran ser más sostenibles y ofrecer a sus habitantes una mejor calidad de vida deben conservar y aumentar en lo posible su riqueza natural. Manu Fernández subraya la importancia de las reservas urbanas o los parques periurbanos.
5. Contar con la participación activa de los ciudadanos
Alberto Vizcaíno, consultor en gestión para la sostenibilidad y profesor del curso del Instituto Superior del Medio Ambiente (ISM) «Agenda 21 y Herramientas de Sostenibilidad Local«, asegura que si las instituciones ignoran a los ciudadanos jamás conseguirán mejorar la calidad, las condiciones de vida o el desempeño ambiental de la ciudad. Para ello, defiende este experto, las instituciones se deben apoyar en sistemas de información y participación pública, como la Agenda 21 Local.
Los ciudadanos como consumidores pueden asimilar muchas acciones para mejorar su sostenibilidad y, con ello, la de su ciudad. Las recomendaciones de los expertos consultados son muy diversas: ahorrar energía y apostar por fuentes renovables, reducir el consumo de agua, usar el transporte público, ir en bici o a pie, reducir, reutilizar y reciclar los residuos, consumir solo lo necesario para evitar desperdiciar recursos, etc.
6. Implantar nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías pueden mejorar la gestión urbana, fomentar una economía ecológica, una movilidad sostenible, un medio ambiente sano y una mayor calidad de vida, según Luis M. Jiménez Herrero, «aunque son solo una parte de la sostenibilidad, porque se tienen que incluir valores, principios éticos, modos de comportamiento, nuevos hábitos». Las ciudades que apuestan por las nuevas tecnologías se denominan «ciudades inteligentes«.
7. Establecer modelos de avance continuo
Carlos Martínez, presidente del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR), afirma que la sostenibilidad es un proceso de mejora continua, no una meta fija, que a largo plazo requiere una «reingeniería de la sociedad.» Luis M. Jiménez Herrero asegura que lo más importante es concebir la sostenibilidad como un proceso abierto en permanente cambio, adaptación y aprendizaje.