En situaciones normales, cada enero todos los pensionistas ven cómo sus prestaciones públicas crecen. Su cuantía se revisa cada año en función del IPC de noviembre. Este año, sin embargo, la tradición no se aplicará. El Gobierno ha decidido que en 2013 las pensiones no se apreciarán en función del indicador que mide la inflación, que ha cerrado noviembre en el 2,9%. Las pensiones superiores a 1.000 euros se incrementarán un 1% y las que no superen esa cifra, o 14.000 euros en cómputo anual, se elevarán un 2%. Como se detalla en el presente reportaje, la consecuencia más clara de esta medida es que todos los pensionistas sufrirán una notable pérdida de poder adquisitivo, que se traducirá en un menor consumo de bienes y servicios.
Qué supone perder poder adquisitivo
Según los cálculos y ante la no revalorización de las pensiones acorde con el IPC, los pensionistas perderán, de media, casi dos puntos de poder adquisitivo. Esto supone que su capacidad de consumo se reduce en torno a ese 2%. La pensión media de jubilación en noviembre fue de 953,70 euros mensuales. No obstante, hay que tener en cuenta que hay mucha disparidad entre comunidades autónomas.
Un pensionista que cobra 900 euros tendrá cada mes 8,1 euros menos que lo que le correspondería para no perder poder adquisitivo
En cifras reales, para un pensionista que en la actualidad cobra 900 euros, a partir del año próximo comenzará a cobrar 918 euros al mes (teniendo en cuenta que se le aplicará una subida del 2%). Pero, en situaciones normales comenzaría a ingresar 926,1, si se le aplicara la subida correspondiente al IPC de noviembre (del 2,9%). En términos mensuales, cobrará 8,1 euros menos que lo que le correspondería para no perder poder adquisitivo. En el cómputo anual, dejará de cobrar 97,2 euros.
En el caso de los pensionistas con prestaciones superiores a los 1.000 euros, la no revalorización de las pensiones se notará más. En el supuesto de un pensionista que cobra hoy en día 1.500 euros, a partir de enero pasará a recibir una prestación pública de 1.515 euros al mes (calculados con un incremento del 1%). Pero, si se computaran con el IPC (del 2,9%), la cuantía que le correspondería sería de 1.543,50 euros mensuales. Es decir, ingresará 28,5 euros mensuales menos de lo que hubiera recibido en el caso de que las pensiones se revalorizaran como venía siendo habitual. En todo el año, dejará de cobrar 342 euros, cantidad que refleja la pérdida de poder adquisitivo total a la que se enfrentará.
Consecuencias: menor consumo
La pérdida de poder adquisitivo a la que se enfrentarán los pensionistas se reflejará, con toda probabilidad, en un menor consumo de bienes y servicios por su parte.
También se ha decidido que no habrá este año paga compensatoria
En realidad, la razón de ser o la esencia de la revalorización de las pensiones se explica porque los jubilados, al igual que los trabajadores, necesitan que su prestación se adapte a la subida de los precios que se produce con el paso del tiempo. Solo eso permite mantener su poder adquisitivo. Si la pensión se mantiene inalterada, como los precios suben, los jubilados tendrían cada vez menor capacidad para comprar bienes y servicios.
Otra de las decisiones colaterales que ha acompañado a la no revalorización de las pensiones ha sido la de no dar la paga compensatoria, que es una prestación adicional por una cantidad equivalente a la diferencia entre lo percibido este año y lo que hubiera correspondido con un incremento correspondiente al IPC real de noviembre.
En enero del próximo año ningún pensionista recibirá dicha paga compensatoria. Su poder de compra se reducirá también por esta vía. Como en los Presupuestos Generales de 2011 ya se aprobó una subida del 1% para las pensiones de este año, la pensión compensatoria debería otorgarse tomando el 1,9% de desviación que faltaba hasta alcanzar el 2,9% de IPC general de noviembre, algo que no se hará.
Quiénes pierden más
Los pensionistas que salen más desfavorecidos son quienes cuyas pensiones superan los 1.000 euros, pero no alcanzan el límite máximo fijado en los 2.522,89 euros mensuales (o 35.673 euros anuales). Por ley, ningún pensionista puede superar -fuera cual fuera su salario en activo y su cotización en años a la Seguridad Social-, los 35.673 euros al año, que se plasman en una pensión cada mes de 2.522,89 euros.
Los pensionistas más desfavorecidos por la medida son quienes cuya pensión supera 1.000 euros, pero no alcanza el tope máximo
En el caso de las pensiones de menor importe, el impacto será menos. Las que tienen derecho a un complemento a mínimos se calcularán en función de la cuantía mínima reflejada en los Presupuestos Generales del Estado. Para los mayores de 65 años, la pensión mínima con cónyuge a cargo es de 10.798,20 euros anuales. Si el jubilado no tiene cónyuge recibirá una pensión mínima de 8.751,40 euros. La pensión mínima de viudedad con cargas familiares se sitúa hoy en 715,60 euros al mes. Para titulares de 65 años o con discapacidad mayor o igual al 65% es de 618,90 euros. La pensión de orfandad y la prestación por favor familiar alcanzan los 189 euros al mes.
La decisión de no incrementar la cuantía de las pensiones como es habitual, y como recoge la propia ley, es una consecuencia directa de la crisis y de las directrices que están imponiendo desde la Comisión Europea a España, tras la solicitud de la ayuda para recapitalizar a nuestros bancos.
El objetivo prioritario ahora es que España reduzca su déficit público. Revalorizar las pensiones sería una práctica que atentaría contra dicha meta y que descuadraría las cuentas públicas. En la actualidad, el país debe cumplir con el objetivo de disminuir su déficit hasta el 6,3%, según ha marcado Bruselas.