Hacer compatibles las vacaciones de Navidad y los deberes escolares de los niños puede resultar complicado. Algo que puede conducir a enfados y malos ratos en los días previos a la vuelta a clases. Este artículo, además de apuntar las funciones de los deberes escolares y el tiempo que se les debe dedicar de forma habitual, enumera ocho consejos para organizar el estudio durante las Navidades. Resalta también la importancia de la compañía de los adultos y cómo aprovechar mejor los últimos días libres.
Durante las vacaciones de Navidad, tras unos días libres al principio, es conveniente que los niños retomen sus tareas poco a poco cada jornada
La mitad de los niños (un 47%) pasa entre una y dos horas diarias realizando deberes, según concluye la última «Evaluación general del sistema educativo de la Educación Primaria», del Ministerio de Educación. Solo el 17% de los alumnos dedican a los deberes menos de una hora y el 30%, más de dos. Eso es válido durante los días lectivos. Ahora bien, ¿qué pasa durante las vacaciones de Navidad?
Maestros y profesores suelen encargar bastantes tareas durante las dos semanas de parón en Navidad. No es como en las vacaciones de verano, cuando los niños pueden desconectar del todo y olvidarse de la escuela. ¿Cómo organizarse, entonces? A continuación se ofrecen ocho consejos para organizar los deberes de los más pequeños en las fiestas navideñas.
1. Tiempo de descanso inicial
Al principio, lo recomendable es dar al niño algunos días libres, para que puedan disfrutar del descanso. Además, el inicio de las vacaciones coincide con la Nochebuena, la Navidad, reuniones familiares, salidas, regalos,etc. Para pequeños y adultos es momento de distenderse y dejar aparcadas las obligaciones.
2. Un poco de deberes cada día
Después de esos primeros días, sí es conveniente que los niños retomen sus tareas y que hagan un poco de deberes cada jornada. Puede ser media hora o 45 minutos diarios. Por dos motivos. Por un lado, para evitar que desconecten tanto de la escuela que al volver no recuerden los temas que estuvieran estudiando antes de Navidad. Y, por otro, impedir que se acumulen todas las tareas escolares al final de las vacaciones, lo que causaría agobios y berrinches durante sus últimos días libres.
3. Lograr un buen ambiente de estudio en Navidad
Hay que marcar una rutina y escoger una hora fija para las tareas del niño en NavidadEs importante seguir algunas recomendaciones para que los niños hagan los deberes y ahorrarse disgustos, tensiones, rabietas y enfados, tanto de pequeños como de los mayores. Una de las principales es la de crear buenas condiciones para hacer los deberes.
El espacio de estudio de los niños debe ser tranquilo, cómodo y estar bien iluminado. Si el lugar de vacaciones en Navidad es la casa habitual del niño, podrá seguir realizando sus deberes en el mismo sitio de siempre. Si no -porque la familia se haya trasladado a la casa del pueblo, de abuelos, etc.-, será necesario buscar un lugar que reúna las mejores condiciones para dedicar el rato diario a los deberes escolares.
4. Una rutina de tareas escolares para el niño
Conviene crear, también durante las vacaciones, una determinada rutina. Hacer los deberes por la mañana, poco después del desayuno, es una opción que en general resulta acertada. Los niños están acostumbrados a estudiar por las mañanas, de modo que no les resultará extraño.
Además, durante las vacaciones, es habitual recibir visitas, salir o hacer excursiones; algo que ocurre con mayor frecuencia por la tarde.
5. Fuera distracciones navideñas durante el estudio
Es fundamental que, durante ese tiempo dedicado a los deberes, no haya ninguna distracción: ni un televisor encendido, ni videojuegos, ni ordenador, ni ningún otro entretenimiento.
6. Contar con la ayuda de un adulto
En cambio, sí es bueno que cerca del pequeño esté su padre, su madre o algún otro mayor que le acompañe y pueda ayudarle.
Esto no supone que el adulto resuelva por él los problemas que le hayan encargado, por supuesto. Pero sí que le apoye cuando se atasca, le ofrezca herramientas para pensar, le estimule y, al final, revise los deberes realizados.
7. Predicar con el ejemplo en Navidad
Una medida muy recomendable es que el adulto que le acompañe durante el tiempo de tareas predique con el ejemplo. Y, mientras que el niño hace sus deberes, haga él los suyos. Esto puede consistir en realizar cálculos de la economía hogareña, revisar u organizar facturas o leer un libro.
Esto, por un lado, motiva a los pequeños (que siempre quieren parecerse a sus mayores) y, por otro, le hace notar que sus estudios de hoy le servirán en el mañana.
8. Dejar unos días libres antes de Reyes
Como las vacaciones de Navidad terminan con la llegada de los Reyes Magos -y, claro está, sus regalos-, conviene que los niños terminen sus deberes uno o dos días antes. De ese modo, contarán con un par de jornadas libres para volver a despejarse antes de reanudar las clases. Y tendrán más energía para retornar a la rutina escolar, mejor humor y con los conocimientos frescos.
Y, además, podrán gozar al máximo del día de Reyes, de sus regalos y de un día en familia, sin agobios por tener que terminar deberes atrasados.
Los deberes escolares cumplen varias funciones a lo largo del curso lectivo. Por un lado, sirven para que los niños aprendan aconcentrarse y se creen hábitos de disciplina y responsabilidad. Por otro, permiten que afiancen lo aprendido durante el día en clase.
La mayoría de los padres y madres están conformes con la cantidad de deberes que realizan sus hijos (unas dos horas diarias, de media) -según el informe “Evaluación general del sistema educativo de la Educación Primaria”, del Ministerio de Educación. Para el 63% de los consultados, la cantidad de deberes es “suficiente”. Un 26%, sin embargo, opina que son pocos y un 11%, que son demasiados.