Regalos de Reyes, juguetes de Papá Noel, anuncios que despiertan aún más el deseo por nuevos objetos, etc. ¿Hay que ceder en Navidad? Los expertos señalan que no. Acceder a los caprichos de los niños puede tener consecuencias negativas, advierten, ya que les causa insatisfacción a medio plazo, además de hacerles más vulnerables a la frustración. Pero, ante los caprichos del niño en Navidad, ¿dónde poner el límite? Este artículo trata de resolver esta duda y ofrece cinco consejos para frenar las perjudiciales ansias consumistas del niño en Navidad.
Los niños pueden ser caprichosos durante todo el año, pero las Navidades son fechas propicias para que el problema se exacerbe. La sociedad en general, y los medios de comunicación en particular, dirigen a los más pequeños múltiples mensajes que fomentan, en muchos casos, deseos exagerados y ansiedad por los regalos navideños. Anuncios de Reyes, juguetes en revistas, amigos que tienen muñecos que el niño ansía? Ante esta situación, ¿cómo actuar? ¿Dónde está el límite?
Excederse con los regalos de Navidad a la larga genera insatisfacción en el niño
Los expertos recomiendan evitar los caprichos y pedidos desmedidos. Las consecuencias de ceder suele generar insatisfacción en los niños, pese a que reciban mucho, lo que genera, a su vez, berrinches, rabietas, enfados y malos ratos entre ellos y sus padres.
Un equipo compuesto por 150 psicólogos y pedagogos especializados en juegos y juguetes recomienda administrar de manera sensata el dinero en Navidad, entre otras cosas, porque comprar a los niños todos los juguetes que piden perjudica su proceso de maduración. Si se acostumbran a tener todo lo que quieren con solo pedirlo, pueden hacerse demasiado vulnerables a las decepciones y frustraciones cuando crezcan. ¿Qué pasará cuando descubran que no es así como funciona la vida en realidad?
Enseñar al niño a controlar sus ansias consumistas tiene su prueba de fuego durante la Navidad. A continuación se ofrecen consejos para aprender a poner normas y límites a tiempo.
1. Elaborar con el niño la carta de los Reyes
Acompañar al niño mientras confecciona la lista de pedidos de Reyes es el primer paso para frenar a un pequeño caprichoso. Es posible que dos o más juguetes de la carta a los Reyes Magos sean muy parecidos o similares a otros que el niño ya posee.
En estos casos, es bueno hacerle ver las similitudes y advertirle de la conveniencia de evitar esas repeticiones. Es momento de recordarle la importancia de cuidar los juguetes que ya tiene.
2. Distribuir la entrega de regalos en Navidad
Los regalos de Reyes del niño se pueden repartir entre varias casas y permanecer allí
No es extraño que el niño reciba regalos de muchas partes distintas: padres, abuelos, tíos, etc. Cuando el reparto de obsequios coincide en el tiempo, los juguetes se terminan acumulando, por lo que el niño les dará menos valor; los objetos acaban por perder su atractivo poco después de Reyes o Papá Noel.
Una solución es distribuir las entregas de juguetes infantiles en el espacio y en el tiempo. ¿Cómo? Es más aconsejable que el pequeño recoja los regalos de los abuelos en casa de los abuelos. E incluso, que permanezcan allí. De ese modo, cada vez que vaya de visita podrá disfrutar de ellos y serán casi nuevos.
Distribuirlos en el tiempo consiste en dejar que el niño juegue con algunos regalos recibidos en Navidad, mientras que los demás se guardan, para entregárselos más adelante. Una opción es ofrecerle algunos en Papá Noel y el resto en la mañana de Reyes.
3. Evitar luchas por los juguetes de Reyes
Las comparaciones son odiosas. Y los niños no escapan a ellas.
Las diferencias entre la cantidad de regalos obtenidos por otros compañeros y los propios pueden hacer saltar las alarmas en un pequeño caprichoso. Y lo mismo si el niño se enfada porque este año ha recibido menos cantidad de juguetes que en años anteriores.
¿Cómo actuar para evitar conflictos y frenar al pequeño caprichoso? Es importante enseñarle a valorar lo que tiene, sea esto mucho o poco.
4. Hay alternativas a los objetos materiales
Regalos hechos en casa o inmateriales, como una excursión a la montaña, un paseo por el campo o una tarde de juegos, pueden ser igual de ilusionantes para el niño. Este tipo de obsequios le muestran, además, una valiosa perspectiva: no todo en la vida son objetos que hay que comprar.
No hay por qué perder la magia que genera el regalo junto al árbol: el plan puede estar escrito en una tarjeta guardada dentro de una caja bonita y bien decorada.
5. Los adultos son el ejemplo
Para frenar a un niño caprichoso en Navidad, hay que tener en cuenta los ejemplos que recibe. Si el pequeño crece en un entorno donde los mayores se dan muchos gustos, compran casi todo lo que desean y sufren cuando no pueden hacerlo, será muy difícil que el pequeño no lo pase mal cuando no obtenga lo que quiere.
Es fundamental recordar que los niños aprenden sobre todo por imitación. Y toman como modelos de conducta a los mayores que tienen más cerca.
La crisis económica motiva que el dinero invertido en regalos sea inferior a años anteriores. Según el informe anual de la empresa Deloitte, el gasto en regalos esta Navidad se reducirá un 4% respecto a 2011. La bajada será de 314 a 301 millones de euros.
Por otra parte, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, ha señalado que la venta total de juguetes en 2012 ha sido un 10% inferior a la de 2011. Esta bajada, por supuesto, también será visible durante las fiestas de Navidad.
Estos datos deben también ayudar a gestionar los caprichos infantiles. Ya que los regalos serán menos, sería deseable que estuvieran bien elegidos.