Una de cada seis parejas tiene dificultades para tener un hijo en los países occidentales. Los problemas de fertilidad se han convertido en uno de los principales problemas de salud reproductiva, sobre todo en los países desarrollados. Al mismo tiempo, el aumento progresivo de la edad de la maternidad conlleva un mayor número de disfunciones reproductivas asociadas al natural envejecimiento germinal. En este artículo se explica cómo un estudio reciente ha relacionado la edad de la menopausia de las madres con la fertilidad de sus hijas, lo que, según los especialistas, podría ser un elemento muy útil al planificar la maternidad.
Un reciente hallazgo sobre la menopausia podría convertirse en una potente herramienta para predecir la edad fértil de las mujeres. Un grupo de investigadores daneses halló que la edad en la que una madre entra en el climaterio está relacionada de manera genética con la reserva ovárica de sus hijas y, por tanto, con su fertilidad. Los resultados del estudio, publicados en fechas recientes en la revista ‘Human Reproduction’, sugieren que la reserva ovárica de una hija se ve influida por factores hereditarios; de este modo, la edad de la menopausia de las madres podría usarse como indicador para calcular el periodo fértil de sus hijas. La reserva ovárica de una mujer afecta de manera directa a su capacidad de quedarse embarazada, ya que conforme envejece, disminuye el número y calidad de sus óvulos.
Menopausia y fertilidad
En la investigación participaron 500 mujeres danesas, que fueron divididas en tres grupos en función de la edad en la que sus madres habían empezado la menopausia. En el grupo «precoz» se colocaron las mujeres cuyas progenitoras habían entrado en la menopausia antes de los 45; en el grupo «normal», aquellas con madres que habían tenido la menopausia entre los 46 y 54 años; y, por último, en el «tardío», las voluntarias cuyas madres habían iniciado el climaterio a partir de los 55 años.
La edad avanzada de las mujeres que desean ser madres es la principal causa del aumento de los problemas de fertilidad en los países desarrollados
Después, los científicos del Hospital de la Universidad de Copenhague estimaron el número de óvulos en los ovarios de las hijas mediante el recuento ecográfico de folículos antrales, que contienen en su interior los óvulos inmaduros, y cuantificaron la concentración de hormona antimulleriana, que es una aproximación a la reserva de óvulos.
Los investigadores observaron que tanto el número de folículos antrales como los niveles de la hormona disminuían de manera más rápida en el grupo de mujeres cuyas madres habían tenido una menopausia precoz, en relación con los otros dos grupos. Del mismo modo, las mujeres cuyas madres tenían una menopausia tardía registraban niveles más elevados de hormona antimulleriana y un mayor número de folículos antrales.
El trabajo, según los autores, presenta algunas limitaciones: no se tiene en cuenta la edad en la cual las madres empezaron a tener la menstruación, así como tampoco se considera la duración y regularidad de sus ciclos. No obstante, señalan que se necesitarán nuevos estudios con más variables y un seguimiento a largo plazo para respaldar los resultados actuales.
Otro resultado que salió a la luz durante la investigación, y que sorprendió a los propios especialistas, es que quienes tomaban anticonceptivos orales tenían valores inferiores de ambos marcadores (hormona antimulleriana y folículos antrales) para la reserva ovárica, en contra de lo que se podría suponer. Por este motivo, los investigadores proponen nuevos trabajos para conocer la relación dosis-respuesta entre la reserva ovárica y la toma de anticonceptivos orales.
La fertilidad en el mundo
Casi 50 millones de parejas en el mundo son infértiles. Este es uno de los datos obtenidos gracias a un estudio llevado a cabo en 190 países durante más de 20 años en el que se han cuantificado las parejas que no han podido concebir un hijo después de haberlo intentarlo durante, al menos, cinco años. El trabajo ha sido publicado hace poco en la revista ‘PloS Medicine’.
Esta encuesta muestra que la tasa de infertilidad no ha variado casi desde 1990: la infertilidad primaria (la que afecta a las madres que quieren tener un hijo por primera vez) disminuyó un 0,1%; y el número de mujeres que no consiguieron tener otro vástago después del primero subió un 0,4%. En otras palabras, casi un 2% de las mujeres preguntadas eran incapaces de tener un hijo por primera vez y un 10% que deseaban tener un segundo hijo no lo conseguían.
La infertilidad ha sido estudiada sobre todo en clave femenina, aunque parece demostrado que es un problema, en idéntico porcentaje, de hombres y mujeres: alrededor de un tercio de los casos la infertilidad se debe a un problema femenino y un tercio de las veces, es un problema masculino. En un 20% de los casos no se consigue dar con el motivo y el resto se debe a causas mixtas o combinadas.
Se considera que una mujer tiene problemas de fertilidad si no ha conseguido quedarse embarazada después de haberlo intentado, por lo menos, durante un año. Aunque si una mujer sufre de varios abortos espontáneos, también puede considerarse infertilidad.
Algunas causas de infertilidad son inherentes al propio individuo, como los factores genéticos, problemas físicos, trastornos hormonales o algunas enfermedades. Otros son de carácter externo, como el estilo de vida o factores ambientales.
Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, un 25% de los casos de infertilidad femenina se debe a problemas durante la ovulación. Uno de los trastornos más conocidos es el síndrome del ovario poliquístico, SOP, en el que los ovarios son incapaces de liberar un óvulo con regularidad o fértil. Otra afección común es la insuficiencia ovárica prematura, enfermedad en la cual los ovarios dejan de funcionar antes de tiempo, de hecho, antes de la menopausia natural. Un 20% de los casos son consecuencia de alteraciones de la estructura y la función de las trompas de Falopio y su entorno. Por último está la endometriosis, que puede identificarse en alrededor del 20% de las pacientes.
Sin embargo, hoy en día, la edad avanzada de las mujeres que desean ser madres puede considerarse como la principal causa del aumento de los problemas de fertilidad en los países desarrollados. Según la Sociedad Española de Fertilidad, en más de la mitad de las pacientes que consultan por esterilidad está presente el factor cronológico, ya que son mujeres que inician su “edad reproductiva social” cuando, de hecho, ya está finalizando su “edad reproductiva biológica”.