Los títeres y marionetas fascinan a los niños, y mucho más cuando son fabricados por ellos mismos en casa. Confeccionar estos muñecos es sencillo y requiere de materiales muy habituales en los hogares. A continuación se describe cómo convertir calcetines, guantes, cartones y otros elementos en divertidos títeres y marionetas para bebés y niños. Se explica además por qué estos muñecos son utilizados en las terapias infantiles.
Los títeres y marionetas ejercen una fascinación especial en los niños. La simple presencia de un muñeco que parece cobrar vida al moverse y hablar lleva a los pequeños a entrar en su mundo y a interactuar con ellos como si fueran seres vivos.
Crear y jugar con títeres estimula la creatividad del niño
Por ello, marionetas y títeres son buenos aliados para disfrutar con los niños. Y al igual que sucede con juguetes y disfraces caseros, si los muñecos son elaborados en casa, la satisfacción, creatividad y diversión se multiplica.
1. Calcetines convertidos en títeres para bebés
Los títeres son los muñecos huecos en los que se introducen la mano -o algunos dedos- para moverlos y controlarlos. La forma más sencilla de fabricarlos en casa es con un calcetín. Puede ser un calcetín viejo, que ya no sirva o no se use. Bastará con dotar a la prenda de unos pocos rasgos de seres animados para convertirlo en un títere.
El elemento más importante lo constituyen los ojos, que se pueden crear con fieltro, tela o cartulina. Si el niño es menor de tres años, el muñeco no debe contener partes pequeñas que puedan soltarse, ya que el menor las llevará a la boca y podría tragárselas.
Cuantos más elementos completen la cara del títere, más realista quedará: boca, orejas, pelo, nariz u hocico, si representa un animal. Una forma de crear la boca del muñeco es realizar un corte en el extremo del calcetín y añadir allí un trozo de fieltro ovalado, que se convertirá en la parte interna de la boca del títere, como explica la web Con mis hijos.
2. Guantes para crear títeres en miniatura
Otra posibilidad es utilizar un guante, una alternativa que permite que en cada dedo haya un personaje distinto.
El títere-guante también se puede equipar para convertirlo en un juguete o mordedor para el bebé. ¿Algunas opciones? Usar un cordón con bolitas y un pequeño espejo irrompible. Será como una especie de parque infantil en miniatura.
3. Títeres de cartón para niños
Existe una gran cantidad de variantes para la creación de títeres, además de los calcetines.
Los títeres pueden estar hechos de forma íntegra con cartulina o con los cilindros de cartón del papel higiénico, según explica Títerenet.
4. Marionetas de hilo para los pequeños
Las marionetas, a diferencia de los títeres, se controlan con hilos desde la parte superior. Son un poco más complicadas de fabricar y manejar. Pero hay modelos muy simples, que se pueden elaborar con los niños más mayores, además de dominar sin problemas.
Por un lado, hay que armar una cruz de madera, para lo cual se pueden encastrar, o sencillamente atar o pegar, dos pequeños listones. De sus cuatro extremos se anudarán los hilos que han de sostener y mover la figura.
El muñeco debe tener partes rígidas, que estarán ligadas a los hilos, y otras flexibles. En el modelo más sencillo, dos de esas partes rígidas son los pies o patas, cuyos hilos estarán atados a ambos extremos de un mismo listón. Los otros dos hilos corresponderán a la cabeza y al cuerpo.
Este vídeo muestra cómo elaborar una marioneta con forma de pato.
Para decorar los muñecos de las marionetas, se puede emplear la imaginación y creatividad. Habrá que dotarlos de ojos, boca, pelo, zapatos y ropa. Hay que supervisar el juego de los más pequeños: al riesgo de que se lleven a la boca y traguen objetos pequeños, se suma que puedan enredarse con los hilos y caerse o, en el peor de los casos, asfixiarse.
Las marionetas son usadas por psicólogos infantiles
Los títeres y marionetas son utilizados por psicólogos infantiles y otros terapeutas, porque ayudan a tratar problemas emocionales o de lenguaje en el bebé, falta de atención o una timidez excesiva.
Con los muñecos, los pequeños se sienten más libres y expresan con mayor libertad cosas que de otro modo no se atreven.