Deberes, ¿son justos o excesivos? Las opiniones se dividen entre profesores y padres. Estos últimos consideran que los alumnos tienen sobrecarga de tareas y que el tiempo que dedican a realizarlas se ha incrementado, lo cual exige un cambio. Piden que se aproveche mejor el tiempo en la escuela para realizar parte de esas labores y que los estudiantes dispongan de más rato libre para realizar actividades “deportivas, culturales o de esparcimiento”. A continuación, se explica por qué se considera que los deberes encargados a los estudiantes son muchos, la desigualdad social que pueden favorecer, las alternativas y la situación en otros países de Europa.
Deberes, ¿cuántos son muchos?
Los deberes son inherentes a los estudiantes. ¿Pero en qué medida? ¿Debe haber un límite? Para la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), la respuesta es afirmativa. Asegura que la cantidad actual de deberes que deben hacer los niños es elevada debido al incremento registrado en los últimos años y pide que se revise este aspecto. Cree que los alumnos dedican demasiado tiempo a estas tareas y eso les resta la posibilidad de desarrollar otras actividades extraescolares. De hecho, los deberes en Primaria están prohibidos en España desde 1956, aunque a los pequeños de este tramo de edad se les encargan tareas para realizar en casa.
CEAPA cree que los alumnos están «sobrecargados de tareas» que deberían trabajar en la escuela y restan tiempo para actividades que contribuyen al desarrollo personal
Los deberes cumplen una función educativa. Una vez adquiridos los conocimientos en el aula, ayudan a asentarlos, a ponerlos en práctica y fijarlos. Además, con ellos los niños aprenden valores como la responsabilidad o la organización. Pero un exceso de tareas puede derivar precisamente en lo contrario. Si el alumno sobrepasa sus límites, de tiempo o de capacidad, puede caer en el agotamiento y hasta el desinterés.
CEAPA cree que los estudiantes están «sobrecargados de tareas que deberían haber trabajado en la escuela». Por ello, apuesta por cumplir en horario escolar «el proceso de enseñanza y aprendizaje». Así los alumnos contarían con tiempo libre para realizar actividades extraescolares «deportivas, culturales o de esparcimiento, que también contribuyen a su desarrollo personal». En su opinión, una menor cantidad de tareas en el hogar permite aprovechar mejor el tiempo de estudio.
Por su parte, la asociación de padres CONCAPA defiende que los deberes «son una tarea imprescindible», estimulan el aprendizaje, la responsabilidad y el dominio de destrezas. En cuanto al tiempo recomendable de dedicación, lo fijan en 15 minutos diarios para los alumnos de Primaria y una hora, a partir del cuarto curso.
Deberes y desigualdad social
Otra de las críticas hacia los deberes hace referencia a las posibles desigualdades sociales que favorecen. CEAPA estima que el hecho de que un alumno «los ejecute mejor o peor depende del nivel socioeconómico y cultural de su familia y de su entorno». Si bien los deberes competen a los niños y son ellos quienes deben realizarlos, es cierto que los padres ayudan a los pequeños a realizar estas tareas. De ahí que, cuando carecen de tiempo o de conocimientos, algunos opten por contratar a un profesor particular o apuntar a su hijo a una academia.
Esto supone que los padres que no pueden pagar estos servicios deban buscar alternativas que no siempre son posibles, como las clases particulares, y que sus hijos se sitúen en desventaja en relación a los niños que sí tienen esta opción. «Muchos padres no tienen ni el nivel educativo ni el dinero para poder pagar esos apoyos», señala CEAPA.
Tres propuestas a favor del cambio
Desde CEAPA se lanzan tres propuestas frente al modelo actual. Consideran que son necesarios cambios e insisten en que se priorice el trabajo en el aula y se encarguen unos deberes que puedan hacerse «sin la ayuda de un adulto». Sus alternativas son:
Reformar el currículum educativo. Defiende una enseñanza «más motivadora, práctica y centrada en la adquisición de competencias básicas«. Por este motivo, subraya que el profesorado ha de estar preparado para impartir este tipo de enseñanza.
Constituir los deberes como una formación complementaria. Bibliotecas, museos, asociaciones y recursos del entorno escolar han de servir de apoyo a los estudiantes para fomentar «la lectura, la investigación y la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación».
Todos los centros han de ofertar programas de refuerzo educativo. Con estos programas se pretende que los alumnos con más dificultad no tengan por qué recurrir a clases particulares de pago, sino que se beneficien de clases de apoyo en el propio centro después de la jornada escolar. Son los denominados planes de acompañamiento educativo, en Primaria, y PROA, en Secundaria.
Los deberes son comunes en Europa, pero no así el tiempo que se les dedica. Mientras unos creen que bastan 15 minutos, otros elevan esta cifra hasta más de dos horas. ¿Qué hacen algunos de nuestros vecinos europeos?
Finlandia. Es el modelo educativo que se destaca siempre como ejemplo. La tasa de abandono escolar es del 8%. Sin embargo, los deberes que los estudiantes realizan “se reducen al mínimo“, de 15 a 30 minutos.
Francia. La reforma educativa del país galo plantea que los alumnos no tengan deberes, si bien en la actualidad ya están prohibidos en Primaria, aunque los profesores no siempre cumplen esta norma. El Gobierno espera que los estudiantes se apliquen más en la escuela para que no reciban ayuda de adultos en el hogar o los niños con menos recursos, que no pueden pagar un profesor particular, estén en desventaja. La Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE) convocó el año pasado una “huelga de deberes” durante dos semanas en protesta contra estas tareas.
Reino Unido. El país británico establece una cantidad de deberes para cada grupo de edad. Así se fija que el tiempo dedicado a estas tareas oscile entre una hora a la semana para los niños de 5 a 7 años y dos horas y media diarias, para los adolescentes de 14 a 16 años.