¿El instinto maternal es un sentimiento innato o una construcción social? Expertos y científicos no se ponen de acuerdo. En este artículo se analiza qué es el instinto maternal y por qué dos de cada diez parejas en España deciden no tener hijos. En algunos casos hay detrás un problema de fertilidad, pero en otras ocasiones se trata de una decisión meditada: mujeres que deciden no ser madres.
Instinto maternal, ¿existe?
¿Existe el instinto maternal o es una producción de la sociedad? El 21,5% de los hogares en España está formado por parejas sin hijos, según el Instituto Nacional de Estadística. De hecho, este tipo de modelo familiar es el más frecuente, seguido de cerca por la pareja con un hijo (20,5%).
Las parejas sin hijos suponen el modelo familiar más extendido en España
Los problemas de fertilidad explican en parte la decisión de algunas parejas de no tener hijos. Pero, solo en parte. Una gran mayoría no son padres porque lo han elegido así.
El incremento de este modelo de pareja en las últimas décadas ha llevado a distintos especialistas a plantearse si existe el denominado instinto de maternidad o si es tan solo una construcción social y, por tanto, se puede renunciar a él.
No quiero tener hijos
Los nombres para definir a las parejas que deciden vivir juntas sin tener descendencia crecen a medida que se impone este tipo de familia. Términos como dinky (una suerte de contracción entre double-income y no kids yet o doble sueldo sin hijos todavía), child-free (libres de hijos) o sin hijos por elección se utilizan con frecuencia para denominar a un nuevo modelo familiar cada vez más extendido.Esta decisión es en general fruto de una reflexión de pareja meditada, que se origina sobre todo en los cambios en los factores sociales que predominan en la actualidad, entre ellos, el desempleo, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, la competitividad laboral o la búsqueda del bienestar y calidad de vida. El resultado es un contexto que afecta de forma significativa a la decisión de afrontar o no la maternidad.
¿Instinto natural o instinto social?
¿Qué ocurre en estos casos con el instinto de maternidad? Durante siglos, el hecho de que una mujer decidiera por su propia voluntad no tener hijos se ha considerado casi como «algo en contra de la naturaleza».
Numerosos libros y estudios ratifican la existencia de un instinto maternal innato. Pero las voces que afirman que este deseo maternal puede estar influido por la construcción social también son cada vez más numerosas.
¿Qué pasa si la predisposición a ser madre está condicionada? Esta es la pregunta que se plantea la psicóloga Blanca Valladares, autora de ‘Los mitos sociales de la maternidad‘. «La madre es el paradigma de la mujer, ser madre es ser mujer», dice Valladares, y esta visión de la maternidad «ha impedido tomar decisiones a la mujer en lo que respecta a tener hijos».
Mujeres que deciden no ser madres
La presión por la maternidad no es extraña, afirman muchos expertosLas mujeres que optan por no ser madres deben soportar con frecuencia que se las tilde de «egoístas», recuerda la periodista Mónica Soraci, autora del libro ‘¿Hijos? No, gracias‘ (Longseller, 2005). «Las mujeres que deciden no ser madres están presionadas a dar explicaciones», lamenta Soraci.
La decisión de ser madre, no obstante, debe ser meditada. «La maternidad es muy compleja desde el punto de vista psicológico y social», recuerdan las sociólogas estadounidenses Diana L. Dell y Suzam Erem, autoras de la obra ‘¿Realmente quiero tener hijos?‘ (McGrawHill, 2004). Estas especialistas recalcan que tomar la decisión equivocada (en cualquiera de los dos sentidos) «puede afectar de un modo profundo a la salud, tanto física como mental, de una mujer».
Las mujeres que optan por la maternidad aducen como principales motivos el impulso biológico, el amor por los niños y el gusto por la vida familiar. Por su parte, las que deciden no tenerlos apuntan motivaciones muy distintas.
Las investigaciones realizadas sobre este tema señalan algunas de las principales razones que esgrimen las mujeres que optan por no ser madres:
Cuidar de los hijos es una responsabilidad demasiado grande.
Tener niños afecta de forma negativa a la relación de pareja.
Tener hijos no resulta interesante ni motivador.
Los pequeños no permiten avanzar en la carrera profesional.
Quieren disfrutar de su vida en pareja, viajar y salir cuando quieran, sin tener que responsabilizarse de un niño.
La realización personal no pasa por el hecho de ser madre.
No les gustan los bebés ni los niños.
No se sienten capaces de educarles ni de ocuparse de ellos.