Uno de cada siete niños en España nace antes de terminar los nueve meses de gestación. El riesgo para estos bebés prematuros es importante y crece a medida que se adelanta su nacimiento. En este artículo se describen cuáles son las señales del parto prematuro, entre ellas, el sangrado en el segundo trimestre y las contracciones precoces, con el fin de acudir al médico para que pueda retrasar el alumbramiento.
Partos prematuros, peligros para el bebé
Uno de cada siete bebés nacen antes de tiempo en España, según el Instituto Nacional de Estadística. Estos niños prematuros vienen al mundo antes de 37 semanas de embarazo. Según la Organización Mundial de la Salud, los partos prematuros suponen cerca del 10% del total de nacimientos en el mundo: es decir, más de 13 millones. En la mayoría de los casos (siete de cada diez), se inicia entre las semanas 32 y 36 de embarazo, pero también es posible en el intervalo de las semanas 28 y 32 (20%) e, incluso, antes de 28 semanas (10%).
Los bebés prematuros nacen antes de la semana 37 de embarazo, por lo que corren más peligro
El nacimiento del bebé prematuro suele ser consecuencia del inicio espontáneo del parto, que comienza antes de tiempo. Sin embargo, en muchas ocasiones el parto empieza tras la rotura prematura de membranas: cuando se rompe antes de lo previsto la bolsa de aguas, con la consecuente pérdida de líquido amniótico. Esta rotura temprana explica entre el 25% y el 40% de los partos antes de tiempo.
Pero los peligros para los niños prematuros no son menores: la inmadurez de los órganos y los sistemas de defensas del nacido pretérmino lo hacen más vulnerable a sufrir determinadas enfermedades y situaciones de riesgo.
Parto prematuro, ¿tengo riesgo de sufrirlo?
El parto prematuro está asociado, en su mayoría, a determinados factores de riesgo de la madre. Algunos de ellos se pueden eliminar con el simple control de la mujer durante el embarazo, pero otros están relacionados con patologías previas o características de la gestante. Estos son los más señalados:
Edad inferior a 17 años o superior a 35.
Ganancia excesiva o escasa de peso durante el embarazo y nutrición insuficiente.
Consumo de tabaco durante la gestación (incrementa entre un 20% y un 30% las posibilidades de un parto prematuro) y otros fármacos o drogas.
Antecedentes de partos prematuros previos. Cuanto más tempranos, mayor riesgo de repetirse.
Embarazos múltiples. En casi el 50% de este tipo de gestaciones, el parto se registra antes de las 37 semanas.
Placenta previa en el embarazo, cerca del cuello uterino o por encima de él.
Infecciones durante la gestación que pueden dañar al bebé y provocan el inicio del parto prematuro, sobre todo, las relacionadas con el tracto urinario o con el líquido amniótico.
Intervención quirúrgica abdominal en el embarazo.
Permanencia de un estado alto de estrés durante la gestación o realización de trabajos físicos pesados.
Parto prematuro: señales de alarma
Los síntomas de amenaza de parto prematuro no son específicos, se pueden dar también en un embarazo normal
Los médicos, en ocasiones, son capaces de retrasar el inicio del parto prematuro. Por ello, es tan importante aprender a reconocer las señales que advierten del riesgo de un nacimiento antes de tiempo. Estas alarmas servirán para que los especialistas intervengan y se aumente la estancia del bebé dentro del útero.
Para que esto sea posible, la gestante debe estar alerta ante los signos y señales que evidencian un parto prematuro y acudir al especialista en cuanto los sienta.
Los síntomas de amenaza de parto prematuro no son específicos, es decir, se pueden dar también en un embarazo normal. Por tanto, no hay que alarmarse en todos los casos, más bien en los que se asocian a una gestante con factores de riesgo.
Algunos de los signos más frecuentes señalados por los especialistas son los siguientes:
Sangrado durante el segundo trimestre no asociado a placenta previa.
Contracciones del útero seis semanas antes de la fecha prevista de parto, con una frecuencia de una cada 10 minutos durante al menos una hora.
Cambios cervicales detectados mediante ecografía, como el acortamiento o ablandamiento del cuello del útero hasta 10 semanas antes de la fecha prevista.
Pérdidas vaginales acuosas o con signos de sangre.
Dolor en la parte baja de la espalda o en la del abdomen.
Presión en la base de la pelvis, las ingles y los muslos.
Rotura de la bolsa del líquido amniótico.