La rabia ha entrado con furia en España, haciendo honor a su nombre, tras registrarse el primer caso de infección canina en el territorio peninsular desde 1978. Lo ha hecho desde Marruecos, por medio de un pit bull infectado que ha mordido a cuatro niños y un adulto. Este suceso ha obligado a declarar durante los próximos seis meses el nivel de alerta 1 en los territorios por donde ha pasado el can: Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha. Este suceso demuestra que no se puede bajar la guardia ante estas infecciones. A continuación se explica qué es la rabia, cómo evoluciona en las personas infectadas, la importancia de la vacunación y qué hacer en el caso de ser mordido por un animal con esta enfermedad.
La rabia es una zoonosis, una infección viral aguda que se transmite por la saliva de los animales infectados a los seres humanos, casi siempre a través de la mordedura de un perro. Está causada por el virus Rhabdoviridae, que se encuentra en la saliva de los animales con esta enfermedad y provoca una inflamación del encéfalo (encefalitis) muy letal, a menos que se administre un suero antirrábico a tiempo.
Las especies que pueden padecer y transmitir la rabia al ser humano son animales domésticos, como el perro y el gato, y criaturas salvajes como los hurones (ahora también convertidos en mascotas), zorros, lobos, coyotes, mapaches, mofetas o murciélagos. No obstante, el perro es el principal huésped y transmisor del virus, salvo en EE.UU., donde los principales huéspedes son animales salvajes.
La infección rábica tiene un periodo de incubación de uno a tres meses, pero puede manifestarse en una semana o hasta un año despuésSegún la Organización Mundial de la Salud, OMS, la rabia persiste en 150 países y territorios, como el subcontinente indio en Asia y países de África, como Marruecos, desde donde han entrado algunos casos a las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla. Cada año se registran 55.000 muertes por rabia en todo el mundo, casi todas (50.000) en Asia y en África; en el 40% de los casos, las mordeduras de animales infectados afectan a menores de 15 años; y 15 millones de personas reciben tratamiento profiláctico posexposición.
Cómo evoluciona el virus de la rabia en el cuerpo humano
La infección rábica tiene un periodo de incubación de uno a tres meses, pero puede manifestarse en una semana o hasta un año después, según la cantidad de virus inoculado a la víctima. Durante este tiempo, aunque los animales infectados no muestren ningún síntoma de la enfermedad, también pueden transmitirla.
«El virus entra en el organismo a través de una mordedura o de un arañazo profundo que produce una herida abierta o de las membranas mucosas; se adentra por los músculos, donde se replica; y, desde estos, se dirige a los nervios y viaja hacia al sistema nervioso central, hasta llegar al encéfalo, donde provoca la encefalitis que da los síntomas característicos de esta infección y que resulta mortal», explica Pedro Carracedo, veterinario en Barcelona.
Los signos de la enfermedad en humanos se manifiestan en distintas fases: síntomas inespecíficos, como fiebre, malestar general y molestias en la herida; neurológicos, con alteraciones del comportamiento, como depresión, ansiedad, hiperactividad, delirios o agresividad e hipersalivación, espasmos de los músculos encargados de tragar, lo que provoca miedo al agua (hidrofobia), convulsiones y parálisis; y, por último, entran en coma hasta morir.
Vacunas para animales y para humanos
Debido a la alta letalidad, la prevención con vacunas antirrábicas es la mejor forma de combatirla tanto en animales como en personas. En España, la vacunación antirrábica de animales es obligatoria y gratuita en todas las comunidades autónomas, salvo en Cataluña, el País Vasco y Galicia, donde está recomendada. «En Francia hay algunos casos, y en Marruecos esta infección es endémica. Ambos son territorios vecinos y lo lógico es que la vacuna fuera obligatoria en todas las comunidades, desde el punto de vista de los veterinarios», opina Carracedo.
La vacunación antirrábica de animales es obligatoria y gratuita, salvo en Cataluña, el País Vasco y Galicia, donde está recomendada
«Los dueños de pequeños animales deberían vacunarlos de la rabia antes de los seis meses de vida, idóneamente, con dos vacunas, separadas por un mes; y, después, revacunarlos una vez al año», explica Beatriz Morén, veterinaria del Hospital Sala Gorón, de Sitges (Barcelona).
En humanos, se recomienda la vacuna antirrábica preexposición a los profesionales que trabajen en contacto directo con animales que puedan transmitir la infección.
También lo es para los viajeros internacionales con destinos a zonas donde la enfermedad sea endémica y la probabilidad de estar en contacto directo con animales infectados por ella sea alta. Aun así, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad advierte que, a pesar de que la duración del trayecto sea corta, los que permanezcan mucho tiempo al aire libre, para realizar carreras, rutas en bicicleta, senderismo, camping o excursiones, están en riesgo de infectarse por la rabia, como los que viajan a zonas aisladas, donde el acceso inmediato a las vacunas antirrábicas y los tratamientos necesarios puede ser limitado.
Tras la agresión de un animal infectado, es importante lavar la herida bien durante 15 minutos bajo un chorro de agua abundante y con jabón; limpiarla con soluciones yodadas, alcohol u otras sustancias antisépticas; y dirigirse a un centro sanitario lo antes posible, porque hay disponible una vacuna posexposición eficaz, pero solo durante la fase de incubación.
Así, cuando un viajero internacional planifica su viaje, debe vacunarse antes de partir y, si durante la estancia resulta mordido, acudir a un hospital para recibir hasta cinco dosis de vacuna antirrábica posexposición. Además, en los casos más graves también se administran inmunoglobulinas (suero antirrábico).