La limpieza de los oídos del perro o gato en casa es un hábito de aseo sencillo pero también importante para asegurar la salud de nuestro peludo amigo. En este artículo se explica, paso a paso, cómo asear las orejas de canes y felinos: tranquilizar al animal, revisar los oídos, utilizar una toalla humedecida para la parte externa de la oreja, usar una gasa para el interior del oído, evitar el suero fisiológico y repetir el aseo cada dos semanas.
Paso 1. Limpiar los oídos al perro o gato: tranquilizar al animal
El primer paso para asear los oídos al perro o gato es crear un ambiente tranquilo, en el que el animal pueda relajarse. Colocar al peludo amigo encima de una banqueta que esté a nuestra altura, en una estancia alejada de ruidos y del tránsito de otros habitantes del hogar, es una buena opción para que el aseo de los oídos transcurra de un modo placentero.
La limpieza de los oídos del perro o gato precisa que el animal esté tranquilo y confíe en el dueño
Cuando el can o felino es de pequeño tamaño se le puede colocar sobre nuestras piernas, una vez que el dueño está sentado de forma cómoda. La clave es favorecer la confianza del animal. Para ello, las palabras pronunciadas en un tono suave, así como las caricias, ayudan.
Paso 2. Aseo del perro o gato: revisar los oídos
El aseo de los oídos del perro o gato es, además, un momento idóneo para revisar si existe alguna dolencia o infección en esta zona. La entrada del conducto auditivo debe presentar un color rosado pálido: es síntoma de buena salud.
La presencia anómala de cera en esta zona del pabellón, así como la aparición de ácaros u otros parásitos en las orejas del peludo amigo, por el contrario, puede estar avisando de que existe una dolencia.
Otra clave para saber que el oído del perro o gato está sano es comprobar que no huele mal. Un hedor desagradable e intenso procedente de esta zona es un posible aviso de que existe una infección (otitis). La inflamación auditiva suele ocasionar, además, picor y molestia: el perro o gato se rascará con insistencia y sacudirá sus orejas -y cabeza- de un modo anormal.
Una pronta visita al veterinario es lo recomendable en estos casos. Una vez descartadas posibles patologías, se puede proceder a la normal higiene de los oídos de los amigos de cuatro patas.
Paso 3. Limpiar la parte externa de las orejas del perro o gato
Una toalla con el champú habitual del can o felino sirve para limpiar el exterior de la orejasFinalizada la revisión, la limpieza de los oídos del perro o gato debe comenzar con el aseo de la parte externa, y peluda, de la oreja. Esta labor es sencilla y no entraña especial dificultad. Una toalla humedecida con agua templada y el champú habitual del perro o gato suele bastar. El producto se retira después con cuidado y se seca el manto humedecido, en su totalidad, con una toalla.
Paso 4. Aseo del interior del oído del can o felino con una gasa
El oído del perro o gato es el órgano responsable de su extraordinaria capacidad auditiva, pero también de su equilibrio. Los conductos auditivos del peludo amigo se enredan para facilitar su función, aunque esto también dificulta la entrada del aire que haría una limpieza natural del oído.
El dueño debe ayudar a su perro o gato a mantener limpias sus orejas, ya que la parte rosada desnuda del pabellón auditivo y las porciones interiores de este extraordinario órgano precisan algo más de atención.
¿Cuál es el modo correcto de limpiar los oídos al perro o gato? Una gasa limpia es el material adecuado para este aseo: se cubre nuestro dedo con la gasa y se introduce con extrema delicadeza en el interior del oído, con cuidado de no tocar el fondo.
En este vídeo se muestra cómo limpiar los oídos a un gato por este procedimiento. El contacto de la gasa con las paredes limpia los restos de cera que se hayan podido acumular.
Paso 5. Limpiador especial para los oídos de los animales
Ciertos productos específicos son un apoyo en la higiene auditiva del animal. «Los llamados limpiadores auriculares», explica la veterinaria María López, «ayudan a que los restos de cera se disuelvan en el producto».
Este tipo de limpiadores suelen venderse con un aplicador, que ayuda a impregnar todas las zonas del oído interno, también las menos accesibles. Además, masajear la base de la oreja del perro o gato favorece que el producto se reparta por todos los rincones.
López advierte que algunos productos que, a priori, pueden parecer inocuos, sin embargo no son aconsejables cuando se trata de limpiar el oído de un animal. El suero fisiológico es uno de ellos. «El suero es perjudicial para el perro o gato puesto que queda atrapado en el interior del oído», explica.
El líquido retenido es un caldo de cultivo ideal para bacterias y otros microorganismos causantes de infecciones en el oído de los amigos de cuatro patas.
Paso 6. Limpieza de oídos del perro o gato cada dos semanas
Los conductos internos del oído de un perro o gato conforman un intrincado laberinto de canales que se retuercen. Este enredo explica que no siempre sea fácil para el animal airear sus conductos. Por ello, el dueño debe repetir la higiene de las orejas de su peludo compañero cada dos semanas.
La tarea de limpieza se complica aun más para un perro con orejas grandes, ya que su pabellón colgante (oreja) funciona como barrera natural para la entrada del aire. En estos canes, conviene multiplicar la higiene de los oídos, y realizarla una vez a la semana.
Paso 7. Proteger los oídos del perro o gato durante el baño
Para proteger los delicados oídos del perro o gato conviene, además, tener en cuenta una precaución añadida a la hora de bañar al animal: taponar el paso del agua y del jabón en el interior de los conductos auditivos.
Unos sencillos tapones de algodón pueden bastar en esta tarea. Ayudan a frenar la entrada de producto y humedad en los delicados, pero extraordinarios, oídos del peludo amigo.
El aseo de los oídos del perro o gato es un momento idóneo para revisar si existen posibles infecciones (otitis).
La limpieza de la parte externa de las orejas se realiza con ayuda de una toalla humedecida con agua templada y el champú habitual del can o felino.
Para limpiar la zona interna del oído es necesaria una gasa limpia, para enrollarla sobre su dedo índice.
Existen productos limpiadores especiales que diluyen la cera y mejoran la higiene.
Evite usar suero fisiológico y otros productos no indicados: pueden quedar atrapados en los conductos auditivos del perro o gato y causar una dolencia.
En caso de duda o de posible infección no dude en acudir a su veterinario de referencia.