El arroz es uno de los alimentos más utilizados en el mundo. En nuestro entorno, las maneras más habituales de consumirlo son: en ensalada, como guarnición o cocinado con más ingredientes, ya sea como arroz seco (tipo paella), como arroz caldoso (tipo caldereta de pescado o bogavantes) o como arroz cremoso, la base de los risottos. En estos últimos casos (risottos y arroces caldosos) no se utilizan salsas de acompañamiento, pero en todos los demás sí. A continuación enumeramos seis salsas diferentes que maridan muy bien con el arroz.
Arroz: seis salsas para acompañarlo
En algunas ocasiones, las salsas sirven para complementar el sabor del arroz; en otras, para guarnecerlo (y convertirse en una parte importantísima del plato). También se pueden ofrecer aparte, para que cada comensal las utilice según sus gustos. Las siguientes son seis opciones estupendas:
🍚 1. Salsa de tomate
La compañera más famosa del arroz blanco es la salsa de tomate. La facilidad de elaboración, su delicioso sabor y el bajo coste la convierten en una opción básica (casi de supervivencia) para cualquier hogar numeroso, con niños y jóvenes.
Para hacer la salsa de tomate, se fríe cebolla, ajo y pimiento verde y se añade el tomate triturado para que se cocine en dicha fritada. El último paso (opcional) es pasar el conjunto por un pasapurés y un colador fino.
🍚 2. Salsa agridulce
Otra opción para supervivientes, pero que gusten de las combinaciones entre alimentos dulces y salados. Esta es la salsa que, en general, acompaña al arroz chino o salteado tres delicias.
Se compone de unas cucharaditas de azúcar, vinagre, concentrado de tomate, salsa de soja y zumo de naranja. Al mezclar estos ingredientes, se puede ligar con un poco de maicena. Se da un hervor y, una vez hecho esto, se sirve fría o caliente (según nuestros gustos) para acompañar al arroz tres delicias.
🍚 3. Salsa rosa
Es básica para aderezar una ensalada de arroz, en la que suele haber entre sus ingredientes algo de marisco o sucedáneos, tipo surimi. La salsa rosa deriva de la mayonesa.
Para preparar la salsa rosa, se toma como base una porción de mayonesa, se agregan unas cucharadas de kétchup (o salsa de tomate casera concentrada), unas gotas de salsa Perrins y unas gotas de zumo de naranja. Con estos sencillos ingredientes se tiene una exquisita salsa con la que acompañar una refrescante ensalada de arroz.
🍚 4. Salsa vinagreta
Este tipo de salsa, sobre todo si está guarnecida, es un estupendo acompañamiento para ensaladas de arroz sin mucho condimento.
Aunque existen varias maneras de preparar vinagretas originales, la más sencilla consiste en mezclar tres partes de aceite por una de vinagre y, luego, añadir la clásica mezcla de cebolleta, pimiento verde y tomate, todo ello muy picadito (en el corte llamado brounoisse). También es posible dar un toque de sabor y originalidad, si se agrega a esta vinagreta unos trocitos de frutos secos o de fruta fresca, como manzana, piña o naranja.
🍚 5. Salsas orientales
Otras salsas muy utilizadas para acompañar ensaladas de arroz son las orientales, tanto con curry como con wasabi.
La base de estas salsas se elabora con unas cucharadas de yogur natural sin azúcar, una cucharada de aceite de oliva, un poco de curry o de wasabi (cuidado que pica) y una pizca de sal al gusto.
Este tipo de preparaciones, hechas con base de yogur, son muy digestivas y admiten la presencia de sabores más exóticos. Son idóneas para experimentar con nuestra colección de especias.
🍚 6. Salsa alioli
La salsa de ajo, muy común en la gastronomía española, también se usa como acompañamiento de alguna receta de arroz frío, aunque el plato en el que más luce es en el de arroz con chipirones o arroz negro, que se cocina con la tinta de los calamares.
El alioli se puede elaborar como una mayonesa con huevo, ajo, aceite de girasol y oliva y unas gotitas de vinagre o de zumo de limón.
Otra opción es seguir la versión más clásica y castiza —también más fuerte de sabor—, en la que el ingrediente principal es el ajo con un poco de caldo, una pizca de sal y el aceite de oliva, todo ello batido hasta formar una salsa cremosa y contundente, solo apta para paladares iniciados.