Los factores que más influyen en la capacidad de adaptación de los perros a las altas temperaturas son la forma del hocico, la edad, su peso corporal y su salud. Cuanto más chato sea el can, peor se habituará al calor. En este artículo se explica qué perros llevan mejor el calor, por qué los canes obesos o muy mayores soportan peor el verano y la importancia de las almohadillas de un perro para que esté refrigerado.
Perros y calor, ¿qué razas se adaptan mejor al verano?
Ciertas razas de perro se adaptan peor al calor, por su origen y características físicas. Es el caso de todos los canes que pertenecen a las denominadas razas nórdicas, como el samoyedo, akita, malamute de Alaska, husky siberiano, chow chow y el perro esquimal canadiense. Estos animales proceden de países donde las temperaturas son muy bajas en invierno y suaves en verano, por lo que su físico está mejor adaptado a temperaturas bajo cero.
El pelo del perro forma una capa protectora frente al calor del verano
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un pelo abundante como el que tienen los perros de razas nórdicas, no solo protege del frío sino también del calor. «La razón es que se forma una cámara de aire que aísla al can de las temperaturas extremas«, afirma José Luis González, veterinario experto en dermatología y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Por eso, este especialista recomienda «no cortar el pelo en verano, porque la naturaleza es sabia y si cuentan con determinado tipo de pelo es porque se trata del adecuado para su adaptación al medio en el que viven».
Las razas que mejor se adaptan al calor son aquellas que tienen el hocico largo
Las razas que mejor se habitúan al calor son aquellas que tienen el hocico largo. Es el caso del doberman, pointer, dogo alemán, pinscher o del pequeño lebrel italiano. Esto no significa que se les pueda exponer a un calor intenso en verano, porque también estos perros necesitan estar protegidos de las altas temperaturas. Pero son razas que, en general, soportarán mejor el calor.
Por otro lado, los perros braquicéfalos (con un cráneo casi redondo y chatos), como el bóxer, el bulldog o el carlino, tienen dificultades respiratorias, debido a una malformación de su paladar, que es muy estrecho. Esta peculiaridad se traduce en una menor capacidad de entrada de aire, lo que provoca ronquidos y dificulta su respiración con el calor.
Perros obesos o muy mayores soportan peor el verano
Los «animales obesos soportan peor las altas temperaturas porque tienen un bajo rendimiento metabólico debido al exceso de grasa, que reduce su capacidad de refrigeración», asegura Miguel Ibáñez, veterinario.
Asimismo, los cachorros caninos de menos de 20 semanas de edad, por la inmadurez de su sistema metabólico, tampoco llevan bien el calor. En cuanto a los perros mayores, que tienen 13 años o más, poseen menos capacidad para mantener una temperatura corporal adecuada porque su metabolismo está más deteriorado.
Por lo tanto, los perros de hocico largo (pastor alemán, doberman), que tienen entre uno y siete años, es decir que no son cachorros o perros muy mayores, y con un peso corporal adecuado y buena salud, son los que están mejor capacitados para soportar las altas temperaturas del verano.
Las almohadillas de los perros como forma de refrigeración
Los perros no tienen glándulas sudoríparas, pero transpiran por algunas partes de su cuerpo, como a través de las almohadillas de las patas. Por eso, cuando hace mucho calor y el can tiene que caminar sobre el asfalto de la ciudad, se muestra reacio para salir a pasear.
Los perros no tienen, como nosotros, protección extra (zapatos) contra las altas temperaturas que alcanza el suelo en verano. Además, las almohadillas son una parte del cuerpo a través de la que los canes eliminan calor, y si se sobrecalientan por el contacto con el asfalto, su temperatura aumenta con gran facilidad.
Ningún perro, sea cual sea su raza, tiene la misma capacidad de transpirar que las personas. Por ello, debido a su menor capacidad de refrigeración, tienen más probabilidades de sufrir golpes de calor. Esto explica la importancia de que el animal tenga a su disposición agua limpia y fresca, y que se pueda remojar si está muy acalorado (el can jadea de forma acelerada y constante).
Tener especial cuidado con los perros chatos, como el bulldog francés. Soportan peor las altas temperaturas y son más propensos a sufrir golpes de calor.
Con los canes mayores de 13 años, menores de 20 semanas, obesos o enfermos hay que tener especial precaución en verano.
Si es necesario, se puede reducir el número de paseos diarios para los perros de razas braquicéfalas (muy chatos) y huir de las horas de mayor calor para salir a la calle.
Todos los canes, incluidos los que soportan mejor el verano, necesitan cuidados en la época estival: hay que evitar su exposición al sol, vigilar que tenga agua limpia y fresca y eludir la actividad física cuando hace calor.
No cortar demasiado el pelo al animal, porque también le protege de las altas temperaturas.