Cada año en España cerca de 9.800 partos son múltiples, es decir, son aquellos en los que nacen dos o más bebés. Tanto la gestación como el momento de dar a luz tienen sus particularidades. En este artículo se explica cómo son los embarazos de dos o más niños, cómo influyen las técnicas de reproducción asistida, cuáles son sus peligros y cómo debe cuidarse una mujer que espera el nacimiento de más de un hijo en el mismo parto.
Gemelos, trillizos, cuatrillizos… Cada año se producen cerca de 9.800 partos múltiples (dos o más bebés) en España, la mayor parte de ellos son dobles y, apenas un 2% de ellos, de trillizos, según el Instituto Nacional de Estadística.
Embarazos múltiples y reproducción asistida
La fertilidad asistida aumenta los partos múltiples y los riesgos que conllevan
Las técnicas de fertilidad asistida explican, en buena parte, estos datos, superiores a la media europea. Las cifras son elocuentes: entre 1996 y 2009, los partos de gemelos se duplicaron en España, de 4.433 a 9.965. Mientras que en la naturaleza solo el 2% de los alumbramientos son múltiples, este número puede aumentar hasta 15 veces en las mujeres que se someten a un proceso de reproducción asistida.
Los embarazos de dos o más bebés no están exentos de riesgos, entre ellos, el de tener un parto prematuro. Por eso, desde el nacimiento de la primera bebé probeta, en 1978, en Reino Unido, la técnica fecundación in vitro (FIV) no ha dejado de evolucionar, en parte, con el fin de reducir el número de partos múltiples y sus riesgos.
La ley 14/2006, conocida como Ley de Reproducción Asistida, además, establece que «en el caso de la fecundación in vitro y técnicas afines, solo se autoriza la transferencia de un máximo de tres preembriones en cada mujer en cada ciclo reproductivo».
Desde el nacimiento del primer bebé probeta hace 35 años la fecundación in vitro ha avanzado mucho
Cada año, solo en España, se practican más de 30.000 ciclos de fecundación in vitro. «En la actualidad, lo normal es que se transfieran dos embriones por ciclo», asegura Isidoro Bruna, jefe de la Unidad de Medicina de la Reproducción del hospital Montepríncipe de Madrid. Sin embargo, cuando es posible y con el fin de evitar embarazos múltiples, los médicos procuran transferir un solo embrión durante el ciclo de fecundación in vitro. Esta situación es habitual, por ejemplo, en mujeres jóvenes, y la medida tiene como objeto reducir las posibilidades de que la embarazada dé a luz a más de un bebé.
En el último lustro, explica Bruna, la mayoría de las gestaciones que se consiguen en España por medio de fecundación asistida son gestaciones únicas. «Entre el 20% y el 22% son gemelares y los embarazos triples se han reducido de forma muy significativa«, señala.
Embarazos de dos o más bebés: peligros
Uno de los mayores riesgos relacionados con los embarazos múltiples es el aumento de las probabilidades de un parto prematuro, como consecuencia del menor espacio que tienen los bebés dentro del útero. En promedio, los partos múltiples se producen entre las semanas 35 y 37 del embarazo, en vez de en la semana 40 habitual.
Además, estos niños pesan unos 600 gramos menos de media al nacer, además de tener que afrontar las dificultades propias de un nacimiento prematuro: riesgo de problemas como la ictericia, un insuficiente desarrollo pulmonar, infecciones, etc.
Por otro lado, el parto de dos o más bebés suele ser más prolongado, debido a que ese espacio reducido dificulta las contracciones y, con ello, la dilatación. Muchos partos de gemelos suelen precisar, asimismo, una cesárea, algo que es práctica casi habitual en los nacimientos triples, cuádruples o de más niños.
Otro posible inconveniente es la muerte de uno de los fetos, que puede afectar al bebé superviviente y ocasionarle algún retraso mental, una malformación digestiva o el denominado síndrome de transfusión fetal. En estos casos uno de los bebés recibe demasiada sangre y el resto, muy poca. A consecuencia de ello, puede perjudicarse su desarrollo y crecimiento, si bien estos problemas son cada vez menos frecuentes.
Embarazos múltiples: consejos
Las mujeres que experimentan un embarazo múltiple no deben tomar ninguna medida distinta de quienes esperan un solo bebé, pero sí deben extremar ciertas precauciones. En particular, deben cuidar su descanso durante la gestación, ya que el normal agotamiento físico del estado se intensifica.
La alimentación de una mujer que espera dos bebés o más es, por descontado, importante: si llevar dentro una vida exige seguir una dieta equilibrada y de calidad, más todavía si se llevan dos o tres. Es fundamental la ingesta de ácido fólico, calcio, hierro y vitaminas C y D. El médico, además, es posible que sugiera un complejo multivitamínico que complemente la alimentación natural.
Respecto al médico: se debe tener en cuenta que un embarazo múltiple puede exigir un mayor número de visitas al especialista, sobre todo, por la necesidad de realizar controles prenatales con más frecuencia (tanto en el primer trimestre como en los dos siguientes).
Los embarazos múltiples se clasifican en tres grupos:
Gemelos monocigóticos: son dos bebés que se forman a partir de un mismo cigoto, es decir, de la misma célula constituida de la unión del espermatozoide con el óvulo.
El cigoto se divide en dos partes idénticas y da lugar a dos criaturas que coinciden en sexo, cromosomas, grupo sanguíneo y rasgos físicos.
Mellizos o gemelos dicigóticos: en este caso, los dos niños se desarrollan a partir de dos cigotos diferentes, debido a que dos espermatozoides fecundan dos óvulos al mismo tiempo.
Las similitudes entre ellos son las habituales entre cualquier par de hermanos, pueden ser de distinto sexo, no compartir grupo sanguíneo, etc.
Trillizos, cuatrillizos, etc.: tres o más espermatozoides fecundan óvulos distintos, como ocurre con los mellizos.
En la naturaleza, estos casos son muy raros, pero en las últimas décadas, su número ha aumentado debido a las distintas técnicas de fertilización asistida.