Los fondos de ayuda humanitaria destinados a personas mayores y a niños menores de cinco años son escasos. Si bien ambos grupos se benefician de proyectos dirigidos a la población general, pese a ser los más vulnerables, las acciones centradas en ellos son mínimas. Una investigación reciente revela que, durante el pasado año, solo 171 de los 2.803 proyectos presentados a Naciones Unidas incluyó al menos una actividad destinada a las personas mayores o niños menores de cinco años, mientras que las propuestas presentadas por ocho países para África Occidental no incluían ningún proyecto destinado a los adultos de más edad.
Faltan fondos para atender a la infancia y a las personas mayores
Mayores y niños son destinatarios de un número muy reducido de proyectos humanitarios. Así lo refleja un estudio conjunto de HelpAge y Save the Children Reino Unido, organizaciones destacadas en la defensa de los derechos de las personas mayores y de la infancia, respectivamente. La falta de fondos parece ser la razón de que la acción humanitaria no distinga por grupos de edad y, en consecuencia, ignore las necesidades individuales de los más vulnerables.
La reivindicación de ambas entidades parece lógica. Un informe anterior de HelpAge ya desveló que tan solo el 1% de los proyectos de acción humanitaria se destina a las personas mayores y el último informe ha precisado que solo el 2,3% se destina a la infancia. Pero se puede concretar aún más. De los 2.803 proyectos presentados en 2012 al Proceso de Llamamiento Consolidado de Naciones Unidas:
Solo 60 proyectos incluyeron al menos una actividad destinada a las personas mayores y tan solo 30 se financiaron.
Solo 111 proyectos incluyeron al menos una actividad dirigida a niños menores de cinco años y tan solo 65 se financiaron.
Las peores cifras se registraron en Burkina Faso, Côte d’Ivoire, Chad, Djibouti, Kenya, Malí, Mauritania y Níger. En estos países de África occidental, ningún proyecto incluyó a las personas mayores. El dato es llamativo, puesto que el Proceso de Llamamiento Consolidado o CAP (Consolidated Appeal Process) coordina la mayor parte de la ayuda humanitaria y es único para el sistema de Naciones Unidas en su conjunto.
En 2012, el CAP contó con 5.800 millones de dólares. De ellos, 59,8 millones se destinaron a personas mayores, 712,6 millones a menores y 7,9 millones, a los dos. En total, casi 780,4 millones, un 13% de los fondos, se invirtieron en proyectos concretos para infancia y mayores.
Niños y mayores en situaciones de emergencia
El dato más llamativo del informe hace referencia a las respuestas de emergencia, ya que asegura que, en todo el mundo, «las necesidades de las personas mayores y de los niños menores de cinco años son ignoradas». Pese a ser «muy sensibles a los impactos producidos por las crisis humanitarias», mayores y pequeños son víctimas de una serie de riesgos.
Personas mayores. En algunos contextos de emergencia, son hasta un 25% de la población, cuyas necesidades de salud, nutrición, medios de vida y protección no siempre se cubren. Les afectan en mayor medida los problemas de movilidad, las deficiencias visuales y auditivas, lo que influye en «su capacidad para acceder a los principales servicios humanitarios».
Infancia. Los niños tienen «más posibilidad de enfermar, sufrir desnutrición, ser separados de sus padres y encontrarse en mayor riesgo de ser blanco de abusos físicos y sexuales», explica el director de Acción Humanitaria de Save the Children UK, Gareth Owen. En África, rondan el 14,9% de la población.
Personas mayores y niños en el mundo
Las personas mayores de 60 años son el 11% de la población, pero solo reciben el 1% de la ayuda humanitaria. En 2050, advierte HelpAge, «el número de personas de 60 años o más casi se triplicará, alcanzando los 2.000 millones». Por ello pretende «visibilizar las necesidades de las personas mayores en las emergencias humanitarias» y, a través de la campaña INJUSTO, reclama apoyo para ellas.
Quiere que se atiendan las necesidades de hombres y mujeres como Sinahofu, de 66 años. Expulsada de su casa, trata de recuperar su vida en República Democrática del Congo. No es fácil. Tiene nueve hijos y 47 nietos a quienes no pueden pagar las tasas escolares, así que los niños no van a la escuela. En su lugar, acuden a labrar la tierra, pero «cavar es demasiado difícil -se lamenta-. Si tengo cabras, vendo una y consigo dinero».
Respecto a los niños menores de cinco años, aunque según el estudio están «ligeramente mejor representados que los mayores y personas con discapacidad» en los proyectos de ayuda humanitaria, se estima que esta representación debe mejorar. Deben atenderse las necesidades específicas de cada grupo. Los proyectos presentados para la infancia cubrieron dos ámbitos: nutrición y salud. Sin embargo, ninguno de ellos se centró en la coordinación y gestión de campos, recuperación temprana o provisión de refugio.