Quien tiene una cuenta de correo del tipo “@gmail.com” ha visto de unos meses a esta parte cómo el aspecto y la gestión de sus mensajes ha cambiado bastante. Gmail es uno de los servicios de correo web más populares y de forma progresiva ha ido ocupando el lugar que antes tuvieron Hotmail y Yahoo Mail, por lo que las modificaciones afectan a la mayoría de usuarios. En esencia, los mensajes siguen llegando igual, pero en lugar de mostrarse en una sola lista, se dividen en cinco pestañas similares a las de los navegadores. ¿Mejor o peor sistema? Hay polémica al respecto. Este artículo pretende determinar a qué personas puede serles útil el nuevo Gmail y para cuáles un estorbo. Además, explica el modo de revertir al antiguo sistema.
Nueva bandeja de entrada de Gmail
Cuando nos adentramos en la bandeja de mensajes del nuevo Gmail, vemos que ya no se muestran todos en un primer vistazo
A finales de mayo de este año, se produjo de manera progresiva en los servicios de los usuarios de Gmail una serie de modificaciones de diseño y concepción, que afectan más al aspecto funcional que al estético. Si bien el aspecto general de la nueva página cambia poco, cuando nos adentramos en la bandeja de mensajes, vemos que ya no se muestran todos en un primer vistazo, sino que solo una porción de ellos están en la sección que Google (creadora y gestora de Gmail) considera «Principal».
Allí se encuentran los correos que el servicio cree que más nos pueden interesar. Para ello se basa en un análisis de la frecuencia que nos llegan los mensajes de determinadas direcciones -Google almacena toda la información de nuestros correos a lo largo de los años- y la cantidad de veces que los respondemos. El resultado es, en general, acertado y en «Principal» están las comunicaciones más frecuentes, íntimas o importantes en el plano profesional, aunque también hay equivocaciones y se cuelan mensajes molestos o poco trascendentes.
Ocurre que ni Gmail es tan eficaz en su gestión de correos como desearía, ni todo el mundo tiene el mismo orden de prioridades
El resto de correos se reparte por otros cuatro apartados, que aparecen de forma gráfica en nuestra nueva bandeja como pestañas que Gmail ha dado en llamar: «Social», «Promociones», «Notificaciones» y «Foros». De este modo, el servicio quiere separar todo lo relacionado con redes y servicios 2.0 en «Social»: notificaciones de Facebook, LinkedIn, Spotify o Twitter. En «Promociones», los mensajes de comercios on line, servicios de reservas y ofertas que no consideramos spam, pero que estorban un poco en la bandeja. Los correos que pueden ser avisos de la Administración, facturas, extractos de cuenta y otras informaciones similares generadas de forma automática se ven en «Notificaciones». Y en «Foros» se guardan todos los mensajes relacionados con listas de correo, donde por lo general hay más de dos o tres personas adscritas al asunto del correo.
Servicio para algunos, complicación para otros
El nuevo sistema favorece a los que tienen ingentes cantidades de correo, ya que lo somete a una primera selección, aunque resulta un tanto innecesario para quienes reciben apenas un puñado de mensajes al día.
Con este diseño, Gmail quiere facilitarnos la gestión de nuestra bandeja, bajo la premisa de que sigue un orden de prioridades general por el cual, de izquierda a derecha, ha organizado los correos según el interés del usuario. Sin embargo, ocurre que ni Gmail es tan eficaz en su gestión de mensajes como desearía (se cuelan con frecuencia promociones en «Notificaciones», o estas en «Principal» o «Social»), ni todo el mundo tiene el mismo orden de prioridades, con lo que la situación de las pestañas puede ser para muchos incómoda.
Si nos interesan más los foros que las promociones, o si por nuestra profesión o circunstancia (los periodistas recibimos muchas notas de prensa que pueden o no interesarnos, pero que necesitamos tener en algún sitio para consultar)nos llegan muchas notificaciones, puede resultar molesto que el apartado «Promociones» sea el tercero en importancia, o que «Social» sea el segundo. Lo lógico es que las tengamos más a mano que los correos de componente social, aunque depende mucho de cada perfil.
¿Tiene arreglo?
Tanto la distribución de los correos a su pestaña más oportuna como la reversión al diseño antiguo es posible en el nuevo Gmail. No así cambiar el orden de las pestañas que, sin mucha explicación, son fijas e inamovibles.
Tanto la distribución de los correos a su pestaña más oportuna como la reversión al diseño antiguo es posible en el nuevo Gmail
Para organizar bien la distribución de un mensaje que ha ido a una pestaña que no juzgamos correcta (como sería el caso de una factura que va a «Promociones»), basta con seleccionar el correo y arrastrarlo a la pestaña donde creemos que debe estar. El servicio nos preguntará entonces si queremos que a partir de ahora se envíen los mensajes de este remitente a la pestaña indicada, y si lo confirmamos, así será desde entonces.
Por descontado, podemos redistribuir los correos tantas veces como queramos. De este modo, iremos organizando poco a poco el adecuado destino de cada mensaje y, si nos habituamos al uso del nuevo diseño, al final optimizaremos la prioridad de nuestros correos.
Si no nos acostumbramos, siempre podremos volver al antiguo diseño, en el que los mensajes se muestran en una sola bandeja, con el listado cronológico de su llegada. Bastará con ir al apartado de configuración del servicio, en la parte superior derecha de la página y con el símbolo de una rueda dentada, y seleccionar «configuración de bandeja». Se nos permitirá entonces elegir qué pestañas queremos eliminar (si todas o solo algunas), de modo que los mensajes de las suprimidas irán a la pestaña «Principal», que es la que aparece siempre por defecto. Si las quitamos todas, estaremos de nuevo en el antiguo diseño.
Entre las modificaciones interesantes que ha introducido hace poco Gmail está la de crear una subcarpeta de enlaces rápidos en el menú lateral derecho, de modo que se puedan añadir a ella correos importantes o a los que necesitemos acceder con frecuencia en los próximos días. De esta forma, desde esta carpeta bastará con clicar en el enlace para acceder de inmediato al contenido del mensaje.
Otro aspecto del nuevo diseño que ha creado cierta polémica es la introducción de publicidad en algunas pestañas de la bandeja, como en la de “Promociones”, donde aparecen con regularidad anuncios con la misma estética que los correos normales, por lo que tendemos a clicar sobre ellos. Lo que se ve entonces no es el contenido de un mensaje, sino una publicidad. Si no queremos verla, podemos eliminar estos anuncios y el sistema, si detecta que los quitamos de forma repetida sin abrirlos, dejará de ofrecérnoslos.