Más del 67% de los hombres con disfunción eréctil van solos al médico, sin dejarse acompañar por su pareja, según concluye un nuevo estudio. Sin embargo, esta puede ser su principal aliada para animarlos a resolver este problema de salud, que puede ser síntoma de otros más graves, como las dolencias cardiovasculares y la diabetes. A continuación se describe qué papel juega la pareja del afectado por disfunción eréctil, qué puede esconderse tras este trastorno y qué soluciones hay disponibles.
La disfunción eréctil es un problema que, a menudo, el hombre intenta resolver en solitario: el 67,2% de los españoles afectados acude al médico sin la compañía de su pareja por esta cuestión. Sin embargo, sería idóneo que la pareja se implicara, según ha desvelado un nuevo estudio, el ATLAS, impulsado por Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA), con la colaboración de Bayer. Este trabajo ha profundizado en el conocimiento de cómo perciben los hombres afectados su disfunción eréctil y sobre qué piensan al respecto los médicos de atención primaria.
Esta forma de proceder tiene su origen en que buena parte de los afectados tiende a recluirse ante la pérdida de la erección. Primero, les produce sorpresa y se exponen a las relaciones sexuales para ver qué sucede, pero una vez que constatan que estos episodios se repiten, sienten vergüenza, evitan las relaciones sexuales, se vuelven reservados y suelen perder la autoestima y deprimirse, asegura Ana Puigvert, coordinadora nacional del estudio ATLAS, expresidenta de ASESA y codirectora del Instituto de Andrología y Medicina Sexual (IANDROMS), en Barcelona.
La pareja, víctima del problema y aliada del afectado
La pareja del varón que padece disfunción eréctil también resulta afectada, tanto en su relación con él como en el ámbito sexual, pero también puede convertirse en la mejor aliada para resolverlo.
En torno al 18,9% de los españoles de entre 25 y 70 años padece disfunción eréctil
Cuando se manifiesta la disfunción eréctil, a menudo se dejan de lado las relaciones sexuales. Además, se pueden «observar dos situaciones muy curiosas en la pareja: algunos cambian la manera de relacionarse, se vuelven como hermanos; y en otros casos, al evitar el contacto sexual, sus mujeres tienen miedo de que se rompa la relación, sospechan que haya una tercera persona o sienten que ya no las quieren, que no son atractivas y que no están en forma, cuando no es cierto. Lo que ocurre es que su compañero ha perdido su función sexual», explica Puigvert.
Según esta especialista, a diferencia de lo que pasa en otros trastornos como la eyaculación precoz, que produce una gran ansiedad ante el acto sexual y que puede desembocar en la ruptura de la pareja más joven, la disfunción eréctil se manifiesta a edades más tardías y el impacto en la relación no es tan radical. En muchos casos, los varones, al no tener erecciones, no toman la iniciativa en las relaciones sexuales y, por lo tanto, no sucede nada.
El hombre esconde esta alteración por vergüenza, tiende a no comentarla con nadie, ni siquiera con su pareja, y la mayor parte de las veces, si al final decide consultar a un especialista, va solo. Sin embargo, otras veces, la mujer es testigo en primera persona del problema y, como vigilante principal de la salud de la familia, también se ocupa de la de su pareja y es quien le anima y le da el empujón definitivo para que acuda al médico.
Disfunción eréctil, un síntoma de alarma
En torno al 18,9% de los españoles de entre 25 y 70 años padece disfunción eréctil, según se desprende de distintas encuestas que valoran la salud sexual en los varones, como la IEF (Index of Erectil Function) y la SHIM, en hombres que han sufrido o sufren este problema. Otros datos apuntan que es más frecuente a partir de los 45 años, momento vital en que aumentan las enfermedades generales en el género masculino, como la hipertensión, la hipercolesterolemia y la diabetes.
Más del 70% de los hombres con disfunción eréctil prefieren que sea el médico quien les pregunte si tienen algún problema de erección
Aunque hay un retraso diagnóstico, en los últimos años han tenido lugar tres acontecimientos decisivos que han favorecido que la disfunción eréctil se haga visible. El primero ha sido el desarrollo de la contracepción de la mujer; el segundo, el lanzamiento de una pastilla para combatirla, el sildenafilo (la popular Viagra ®); y el tercero, y más reciente, el lanzamiento de una píldora bucodispersable para lograr la erección (del compuesto vardenafilo), que permite tomársela de manera más discreta, ya que se deshace de inmediato en la boca, según Puigvert.
Estas novedades han ayudado a poner la disfunción eréctil en la agenda mediática; a que más hombres y mujeres sean conscientes de que es un problema de salud y, en concreto, un importante síntoma centinela; y a que se consulte más al médico y, por tanto, se haya reducido el retraso diagnóstico. Hace 15 o 20 años, al especialista acudían hombres con una evolución de cinco o seis años, mientras que, en la actualidad, van después de ocho meses o un año de pérdida de la erección y, como mucho, tres años. Sin embargo, el estudio ATLAS ha desvelado que más del 70% de los hombres con disfunción eréctil prefieren que sea el médico quien les pregunte si tienen algún problema de erección, en lugar de tener que dar ellos el primer paso.
La disfunción eréctil es una señal de alarma de trastornos cardiovasculares
«La naturaleza es muy sabia. Todo el mundo debe comprender que no hay ningún proceso en el cuerpo gratuito o innecesario. La disfunción eréctil es un ejemplo. Aunque nadie se muere directamente por ella, afecta a la calidad de vida que, si se deteriora, conduce a cuadros de depresión y ansiedad«, apunta la especialista.
Además, es signo de trastornos cardiovasculares: las arterias del pene son las más finas del organismo y, por lo tanto, las primeras que se deterioran ante determinadas situaciones de riesgo, como la hipertensión, la hipercolesterolemia y la arterioresclerosis. «La disfunción eréctil es la voz de alarma que utiliza el cuerpo para señalar que el corazón marcha mal. Hoy se sabe que es un factor de riesgo: aumenta la probabilidad de padecer un infarto a los cinco años de la manifestación de este síntoma», advierte Puigvert.
Los hombres que, durante más de tres meses (entre tres y seis), sufren disfunción eréctil de forma continua cada vez que mantienen relaciones sexuales con una periodicidad normal, que a partir de los 50 años sería de una vez por semana, deberían consultar al médico, según Ana Puigvert. Si se deja pasar el tiempo, el deterioro de la función puede ser cada vez mayor.
“La disfunción eréctil es cuestión de salud, es indispensable consultar al andrólogo, de la misma forma que se consulta al médico por un dolor de cabeza o de estómago”, insiste Puigvert, máxime cuando hoy en día hay más soluciones terapéuticas disponibles en formato de comprimidos (sildenafilo, tagalafilo y vardenafilo), inyecciones, supositorios, apoyo psicológico e intervenciones quirúrgicas. Gracias a ellas, más del 60% de los casos de disfunción eréctil se pueden revertir de forma exitosa.