Los gatos caseros no suelen necesitar baños habituales con agua y jabón, explican los expertos. ¿La razón? Un felino pasa al menos ocho horas diarias dedicado a su propia limpieza, una tarea exhaustiva que realiza gracias a su rugosa y peculiar lengua. En este artículo se explica cómo apoyar el aseo del gato con el cepillado y cuándo sí es necesario bañarle.
Los gatos caseros no necesitan baños habituales
Los gatos caseros no necesitan bañarse con agua y jabón si cuidamos de su aseo con concienzudos cepillados diariosEl baño del perro es un hábito de aseo importante para su salud y bienestar. Pero, ¿son el agua y el jabón también esenciales para su compañero el gato? Los expertos explican que no, siempre que se trate de un felino casero, que no tenga acceso al exterior ni posibilidades reales de ensuciarse. ¿La razón? Los felinos ya dedican buena parte de su jornada atareados con su aseo personal.
«El gato es el único animal que reparte su jornada en tres labores fundamentales: ocho horas de sueño felino, ocho horas de juegos y alimentación y ocho horas de acicalamiento«, resume Sara Bruis, auxiliar veterinaria especializada en lavado profesional de perros y gatos.
Este reparto de tareas felinas puede no ser tan exacto; pero tampoco es exagerado. Según la veterinaria experta en gatos Pamela Perry, de la Universidad de Cornell (EE.UU.), la dedicación felina a su propio aseo puede ser incluso superior. «Un gato invierte entre el 30 y el 50% de su jornada a acicalarse y cuidar de su lavado», asegura.
El baño del gato en agua puede ser también un motivo de ansiedad para el peludo amigo. «Bañar a un gato que vive en un piso no es necesario; además, suele ser un momento de estrés importante para el felino, que puede evitarse con algunas pautas de aseo por nuestra parte», coincide la veterinaria Patricia González. Los aseados felinos caseros pueden, por tanto, eludir el baño con agua y jabón si nosotros les ayudamos en su aseo con el cepillado.
«Eso sí, es muy muy importante retirar cada día los pelos muertos del gato con el cepillado concienzudo, que le ayuda a mantenerse limpio, cuida su piel y elimina los restos de polvo o suciedad que pudieran quedar adheridos al pelaje del gato. Este gesto de aseo felino debe prolongarse al menos durante cinco minutos al día.
La lengua del gato: un eficaz cepillo felino
La lengua del gato, recubierta de espinas rugosas, le ayuda en su limpieza y retira los restos de suciedad de su pelaje
La peculiar lengua del gato ayuda mucho a los aseados felinos en sus labores de limpieza. «Este músculo felino es rugoso y le permite retirar de forma eficaz la suciedad de su cuerpo durante su acicalamiento», apunta Bruis.
La lengua del gato está recubierta de espinas de alrededor de un milímetro de longitud. Estas púas o papilas son rígidas, ya que contienen queratina. Pero también son las responsables de que el aseo del felino sea tan eficiente, ya que actúan como un cepillo sobre el pelaje.
«El auto-aseo de un gato incluye tareas de limpieza de su piel y su pelo, pero también de otras zonas como las patas», concluye un estudio sobre higiene felina realizado por expertos de la Universidad de Lincoln. La única parte a la que no llega bien el gato es su torso; por eso el dueño debe cuidar esta zona de forma especial durante el cepillado.
Un felino que utiliza su lengua cerca de ocho horas diarias (si no más) necesita, sin embargo, algunos cuidados extras para evitar las peligrosas bolas de pelo en el gato, aglomeraciones de mechones tragados y acumulados en su aparato digestivo, que pueden bloquear su normal funcionamiento. En este sentido, la malta para gatos ofrecida dos veces a la semana (una pasta que funciona como laxante felino) resulta un aliado esencial para evitar su formación.
Bañar al gato, cuando el felino está sucio
Los gatos que salen al jardín o al exterior sí pueden ensuciarse de forma ocasional por encima de lo normal. «En estos casos, el baño del gato con agua y jabón sí puede ser recomendable, como excepción», dice González.
El baño del gato, en estas ocasiones, hay que realizarlo con un jabón específico para felinos y agua templada (a unos 39ºC, de modo que respete tu propia temperatura corporal). También es muy importante el secado a conciencia con toalla y secador, aunque este aparato atemoriza a no pocos felinos, por lo que habrá que tener especial precaución. Este es el mejor modo de evitar resfriados al peludo compañero o que el gato pierda su voz, es decir, quede afónico.
Un experto en baños felinos puede ser el mejor aliado, ya que la mayoría de las clínicas veterinarias cuentas con estos profesionales. «En este caso, es importante usar la ternura, pero también agarrar al gato con contundencia», explica Bruis.
Y, ¿qué hacer cuando el ensuciado del gato es ocasional? Entonces puede lavarse al gato la parte manchada de forma delicada y con nuestra propia mano. Con cuidado de retirar los restos de jabón para gatos, y con un secado meticuloso de la zona mojada.