El cadmio y el mercurio, sustancias muy peligrosas para el medio ambiente y la salud, dejarán de utilizarse en diversos modelos de pilas, baterías y acumuladores producidos en la Unión Europea. La prohibición, aprobada por el Parlamento Europeo (PE), entrará en vigor entre 2015 y 2016. Este artículo explica la prohibición por parte de la UE del cadmio y el mercurio en pilas, enseña la manera de reciclarlas y destaca que las normativas sobre pilas y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son cada vez más exigentes.
La UE prohíbe el cadmio y el mercurio en pilas
En fechas recientes, el PE ha aprobado por mayoría absoluta prohibir el cadmio en baterías y acumuladores portátiles. Taladros, destornilladores o sierras son algunas herramientas que utilizan este componente. La prohibición se aplicará desde el 31 de diciembre de 2016.
Una sola pila de mercurio podría contaminar hasta 600.000 litros de aguaLos europarlamentarios también han aprobado una cláusula que prohíbe el mercurio en las pilas botón en otoño de 2015. Estas pilas, utilizadas en relojes, juguetes, controles remotos y otros aparatos de consumo común, «se escapan fácilmente del sistemas de recogida de residuos, de forma que aumentan el riesgo de contaminación del medio ambiente», según los responsables comunitarios.
Al igual que el cadmio, el mercurio es una sustancia química que puede resultar muy nociva para el medio ambiente y la salud si no se trata de forma adecuada. «Hay estudios que indican que una sola pila de mercurio podría contaminar hasta 600.000 litros de agua», según Matías Rodrigues, director general en España de la Plataforma Europea de Reciclado (ERP), que gestiona diversos tipos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), entre ellos las pilas.
Por su parte, el cadmio es cancerígeno y tóxico para el medio acuático, advierten los responsables europeos, y ya está prohibido en joyas, barras de soldadura y todos los plásticos, en virtud del reglamento REACH sobre productos químicos.
Las nuevas normas permitirán vender las pilas y acumuladores ya producidos hasta que se agoten las existencias. Los fabricantes tendrán que diseñar aparatos para que las pilas y acumuladores usados se puedan quitar con facilidad, al menos por profesionales independientes.
Cuando la prohibición entre en vigor, solo se permitirán las baterías de níquel-cadmio (NiCd) en sistemas de emergencia e iluminación como alarmas y equipos médicos. En otras aplicaciones se están reemplazando sobre todo por alternativas de iones de litio (Li-Ion).
Todorov Panayotov, uno de los europarlamentarios impulsores de la medida, considera que «permitirá a la UE innovar en el sector de las baterías, materiales y el reciclaje».
Cómo reciclar las pilas
El reciclaje de pilas supone un doble beneficio ambiental y económico: además de evitar su efecto nocivo en el entorno, reaprovecha sus materiales. De esta manera se reduce el consumo y la producción de materias primas.
Los consumidores pueden contribuir al reciclaje de las pilas usadas. Para ello pueden depositarlas en los cada vez más puntos de recogida, como los contenedores para tal fin de supermercados, edificios de la Administración, colegios, marquesinas, etc., o en los puntos limpios. Ecopilas, el principal sistema integrado de gestión (SIG) de los residuos de pilas en España, ofrece en su página web un mapa de puntos de recogida en toda España.
El consumo de pilas que cumplan la normativa europea es otra forma de reducir su impacto ambiental. Las pilas producidas fuera de la UE, sobre todo modelos de origen asiático, suelen llevar un alto contenido de mercurio y cadmio.
Normativas sobre pilas y RAEE, cada vez más exigentes
La actual directiva comunitaria sobre esta materia prohíbe comercializar pilas y acumuladores portátiles, incluidos los incorporados en los dispositivos o productos, que contengan más de 0,002% de cadmio en peso, con excepciones para determinadas categorías. La revisión propuesta pondrá fin a la exención actual para herramientas eléctricas inalámbricas el 31 de enero de 2016.
En España rige desde 2008 el Real Decreto 106/2008, una transposición de la Directiva europea 2006/66/CE. Su objetivo es minimizar los riesgos de las pilas y promover su correcta recogida y reciclado. La ley impone unas fechas límite y cifras mínimas de recogida y reciclado obligatorias, que deberán aumentar cada año hasta alcanzar en 2016 el 45%. Los SIG, como Ecopilas y ERP, y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) afirman que se están cumpliendo los objetivos.
Los RAEE, por sus efectos contaminantes, preocupan cada vez más a los legisladores europeos. En este sentido se prepara una nueva normativa, la Directiva RAEE II, que deberá estar lista antes del 14 de febrero de 2014. Su fin es aumentar los objetivos de recogida y reciclaje de estos residuos: para 2016 deberán recogerse 45 de cada 100 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos puestos en el mercado de cada Estado miembro. En 2019, el porcentaje tendrá que alcanzar el 65% de los aparatos eléctricos y electrónicos puestos a la venta cada año o el 85% de los RAEE generados en cada país.