La densidad de población, el ruido, los largos desplazamientos, la falta de espacios verdes, la contaminación… Las grandes urbes tienen sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Vivir en una ciudad aumenta en un 21% la probabilidad de padecer un trastorno de ansiedad, según un estudio reciente, además de ser un factor de riesgo de sufrir depresión o esquizofrenia. Este artículo explica que numerosas investigaciones señalan que las personas que residen en una urbe tienen más riesgo de sufrir problemas psicológicos como depresión o ansiedad.
Según Jens Pruessner, investigador en el Instituto Universitario de Salud Mental Douglas de Montreal (Canadá), vivir en una urbe aumenta en un 21% la probabilidad de sufrir un trastorno de ansiedad. Desde hace años se sabe que también incrementa el riesgo de padecer depresión o esquizofrenia. El estrés parece ser el gran responsable de que la salud mental de las personas que residen en una ciudad sea, en general, algo peor que la de las personas que habitan en zonas rurales.
Vivir en una ciudad aumenta en un 21% la probabilidad de sufrir un trastorno de ansiedad
Pruessner ya participó en 2011 en un estudio sobre la relación entre el estrés y el hecho de residir en una urbe. Para ello, se comparó la actividad cerebral de personas que habitaban en áreas rurales con la de personas que vivían en zonas urbanas. Gracias a la técnica de resonancia magnética funcional, vieron que la amígdala (una parte del cerebro implicada en la regulación del estrés) se activaba más en los habitantes de la ciudad. Es decir, el cerebro de las personas que viven en la urbe reacciona más en situaciones de estrés. Y es precisamente el estrés el factor que puede ser detonante para que afloren problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión.
Vivir en zonas urbanas: ventajas y desventajas para la salud
Hay otros trabajos que confirman la relación entre vivir en una zona urbana y mayor riesgo de padecer problemas mentales. En 2004, investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) hicieron un seguimiento a personas que habían sido ingresadas por depresión. Y se dieron cuenta de que el riesgo de sufrir esta enfermedad estaba relacionado con el número de habitantes de la población de la que provenían los pacientes. Es decir, cuanto más grande es la ciudad, mayor riesgo de tener depresión.
Hay que señalar, de todos modos, que vivir en una zona urbana también supone ventajas. Por ejemplo, hay más oportunidades laborales para lograr una buena posición socioeconómica, el empleo no suele ser tan duro físicamente como en el campo y los servicios de salud están más cerca, entre otras.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad, más de la mitad de la población mundial reside en ciudades. Y es una proporción que no deja de aumentar: se espera que, en el año 2030, el 60% de la población vivirá en áreas urbanas, y ese porcentaje será del 70% en el año 2050.
El beneficio de las zonas verdes en la salud de la población
Las zonas verdes ayudan a rebajar el nivel de estrés que conlleva vivir en una urbe
La solución para tener un menor riesgo de sufrir un problema mental no pasa, necesariamente, por irse a vivir al campo. Por un lado, sería necesario mejorar las condiciones de muchas ciudades. Como aconseja la OMS, habría que «promover una planificación urbana que propicie los hábitos saludables y la seguridad. Mejorar las condiciones de vida en las ciudades, en particular mediante el acceso a viviendas y sistemas de saneamiento adecuados para todos. Y asegurar que la infraestructura sea accesible a las personas mayores«.
Además, es fundamental que haya más zonas verdes y que, sobre todo, los ciudadanos acudan a ellas a pasear, hacer deporte, compartir tiempo de ocio con otras personas… Según un grupo de investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), los espacios verdes ayudan a rebajar el nivel de estrés que conlleva vivir en una urbe. Estos científicos estudiaron la salud psicológica de más de 10.000 personas y llegaron a la conclusión de que las que habitan cerca de áreas verdes están más satisfechas con su vida y sufren menos psicológicamente.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid aseguran que estar en contacto con la naturaleza ayuda a rebajar el nivel de tensión en los niños. Por eso, los expertos recomiendan practicar ejercicio al aire libre en las zonas verdes de las ciudades, salir fuera de la urbe con frecuencia para estar en contacto con la naturaleza, fortalecer los vínculos sociales y descansar lo suficiente para minimizar el riesgo de sufrir un problema psicológico por culpa del estrés urbano.
Vivir en una ciudad también podría aumentar el riesgo de sufrir depresión posparto. Según un estudio del Instituto Universitario de Investigación sobre la Mujer en Toronto (Canadá), realizado con 6.126 mujeres que acababan de ser madres, el 9% de las mujeres que residían en ciudades de 500.000 habitantes o más sufrían depresión posparto. En cambio, este porcentaje bajaba al 6% en las mujeres que habitaban en pueblos de menos de 1.000 habitantes.
Los investigadores no han logrado establecer con total seguridad por qué vivir en una gran urbe incrementa el riesgo de sufrir depresión posparto, pero consideran que es probable que se deba a que en una ciudad es más difícil tener apoyo social, sobre todo, en el caso de las mujeres inmigrantes.