Las redes wifi han acabado por ser el estándar de conectividad a Internet en la mayoría de los hogares españoles. Sin embargo, las condiciones espaciales y de materiales no son iguales en todas las casas: muros gruesos, demasiadas ventanas exteriores, estructuras con largos pasillos que separan los extremos y aparatos metálicos y emisores de ondas constituyen los principales impedimentos a una óptima difusión de estas redes de datos. Muchas veces se pueden tomar algunas decisiones prácticas para tener wifi en toda la vivienda, pero, en otras ocasiones, es necesario un aporte tecnológico extra para sortear los obstáculos. Uno de los más eficaces son los enchufes PLC. A continuación se explican sus características y cómo funcionan.
Una tecnología resurgida de sus cenizas
La tecnología PLC se postuló en su día, hará unos siete años, como una importante alternativa al par de cobre e incluso a las conexiones de banda ancha FTTH. Se basa en la capacidad de transmisión de información digital por parte de los mismos cables que transportan los electrones de la corriente eléctrica.
La tecnología PLC pareció en su momento una solución alternativa al cableado de fibra o al uso del par de cobre
En consecuencia, si se aprovecha la instalación eléctrica, que por norma deben tener todos los edificios, y se colocan polos que creen diferencias de potencial, se puede llevar desde la calle el flujo de Internet al interior de las casas, del mismo modo que se hace a partir del hilo telefónico. Así, la instalación eléctrica serviría tanto para encender una lámpara como para conectar un cable Ethernet y tener ancho de banda. Para ello se creó una industria de enchufes en forma de minirouters que se enchufaban a la pared y a los que se podía conectar un cable de red.
PLC pareció en su momento una solución alternativa al cableado de fibra o al uso del par de cobre (el hilo telefónico) para que las nuevas edificaciones tuvieran buena conexión digital. Su ventaja está en que el hilo eléctrico, más grueso, es capaz de transportar más ancho de banda que el de cobre, lo que lo hacía idóneo para el futuro crecimiento de la demanda de más megas -megabits por segundo (mbps)- por conexión por parte de los usuarios.
Pero las compañías eléctricas no supieron ver el potencial del sistema y no osaron comercializarlo, tal vez para no enfrentarse a las poderosas empresas del sector de las telecomunicaciones.
Cuando Internet no alcanza por el aire
El par de cobre siguió prosperando, y cuando llegó a su límite de megas, fue sustituido por la fibra óptica, que en tarifas como Movistar Fusión, o las de compañías de cable como Jazztel y Ono, da hasta 100 megas.
Sin embargo, en la calidad de conexión a la Red no todo es ancho de banda. Por mucho que se tenga una conexión de 100 megas, si el router está alejado del salón, o del despacho, habrá que crear una red wifi en el hogar para tener conectividad completa. Hay sistemas para hacer redes wifi desde routers que no la tienen en principio, pero aún así es posible encontrarse con que esta solución no sea suficiente. ¿Qué pasa cuando el wifi no llega apenas a una zona determinada?
Una alternativa es extender la posición del router en la vivienda, de modo que se eviten obstáculos metálicos (cocinas) y emisores de ondas de interferencia, o gruesos muros; pero esto juega en contra de la estética.
Los enchufes PLC sirven para sortear los obstáculos que tiene la wifi y reconducir Internet por la instalación eléctrica
Otra, mucho más limpia, consiste en aprovechar la existencia en el mercado de muchos modelos de enchufes PLC para crear pequeñas redes wifi en las áreas de bajo alcance de la señal del router central. Es decir, los enchufes (minirouters en realidad) PLC sirven para sortear los obstáculos que tiene la red wifi principal y reconducir desde el router la señal de Internet por la instalación eléctrica hasta un enchufe de la zona de baja cobertura. Allí habrá un minirouter PLC que recogerá la señal y la transformará en una red wifi.
¿Cómo funcionan los enchufes PLC?
Los modelos que se venden en general contienen dos minirouters. El primero se enchufa en una toma cercana al router principal, de modo que se le pueda conectar un cable Ethernet que le una a este y le pase la señal de Internet. El segundo enchufe minirouter se conecta en el área donde se tenga baja cobertura.
Lo primero que hay que hacer es enchufar el minirouter de toma de red y conectarlo por Ethernet al router principal
Lo primero que hay que hacer es enchufar el minirouter de toma de red, conectarlo por Ethernet al router principal y presionar el botón de configuración, que pasará de rojo a naranja y después a verde. Seguidamente, se apunta una larga clave que aparece en un adhesivo colocado en el segundo router; hay que guardar esta clave. Luego, se enchufa este minirouter de la zona de baja cobertura y se aprieta su botón de configuración wifi.
Después, se busca con el móvil, tableta o portátil la señal wifi nueva que debe generar este minirouter al recibir Internet desde el que está conectado al router principal. Una vez detectada la señal, hay que conectarse y usar como clave de acceso la que se ha apuntado.
Si se quiere modificarla, es posible hacerlo desde un ordenador con lector de disco óptico, ya que en él se puede introducir el que aporta el pack para configurar el terminal como administrador de claves.
Una ventaja adicional de este sistema es que puede tener otros usos. Uno de ellos es la creación de redes privadas de sincronización de los dispositivos propios e, incluso, de almacenamiento de datos lejos del espionaje gubernamental tan extendido. Las llamadas redes privadas PLC se basan en el empleo de ambos minirouters para trasportar datos entre dos aparatos o más por medio del cable o utilizando la wifi creada por el enchufe, pero desconectada de la Internet de la calle.