Durante el embarazo aumenta la acidez de la cavidad bucal, por lo que los dientes requieren de un cuidado especial, con el fin de evitar su desmineralización y la aparición de caries.
La caries se inicia con una erosión de la capa externa del diente, el esmalte, producida tras la formación de una placa dentaria que en su inicio puede ser una acumulación de azúcar u otros hidratos de carbono. Los alimentos que contienen azúcares o hidratos de carbono simples (azúcar común o sacarosa y productos que la contienen: miel, mermelada, bebidas tipo cola, golosinas y dulces, etc.) o hidratos de carbono complejos (cereales como el pan-galletas-arroz-pastas alimenticias, patatas, legumbres, etc.) son fácilmente degradados en la boca por acción de una sustancia que contiene la saliva (alfa amilasa) y por bacterias, en compuestos más sencillos que aumentan la acidez de la cavidad bucal, lo que destruye la integridad del esmalte y puede afectar al resto de componentes del diente. Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (almidón) son los que causan el mayor deterioro, ya que se adhieren a los dientes y los ácidos que forman permanecen mayor tiempo en contacto con el esmalte en lugar de ser eliminados por la saliva. Con la fruta seca, rica en azúcares simples, ocurre lo mismo que con los alimentos ricos en almidón. Los zumos ácidos, como el de naranja, pomelo y otros, también contribuyen al deterioro dental, debido a sus niveles de acidez y alto contenido en azúcares simples. Sin embargo, no por ello debemos evitar estos alimentos; lo realmente importante es no tomarlos entre horas y no descuidar nuestra higiene bucal. Recomendaciones generales que ayudan al cuidado de nuestro dientes:
· Llevar a cabo una alimentación variada y equilibrada, para asegurar que no se produzca ningún déficit de todos aquellos nutrientes que participan en la composición de huesos y dientes (calcio, fósforo, magnesio y vitaminas C y D). · Asegurar un aporte mínimo de flúor (en ciertas localidades, fluoración del agua potable u otros medios -preparados farmacéuticos, enjuagues o uso de dentríficos con flúor). · Reducir la cantidad y frecuencia de consumo de azúcar y productos azucarados: Azúcar común o sacarosa, fructosa, miel, mermeladas, golosinas y dulces, bebidas azucaradas, galletería-repostería-pastelería rellenas, chocolateadas o bañadas en soluciones azucaradas, etc. · Evitar entre comidas las bebidas dulces y ácidas así como los concentrados de frutas, los tentempiés y los alimentos pegajosos que se fijan entre los dientes (galletas, caramelos, etc.). · No conviene tener en la mesilla de noche bebidas que no sean agua (zumos u otras bebidas azucaradas y leche, que contiene un azúcar llamado lactosa).
· Se puede incluir ocasionalmente tras las comidas alimentos que reducen la acidez de la saliva (cacahuetes, quesos) por su efecto protector frente a la aparición de caries. · Si en un momento dado no se dispone de cepillo de dientes tras una comida, tomar goma de mascar sin azúcar puede ayudar a prevenir la caries ya que estimula la producción de saliva que ayuda a eliminar los ácidos de los dientes. · Insistir en una correcta higiene buco-dental mediante la práctica de un cepillado de dientes enérgico dentro de las dos horas posteriores a la ingestión de alimentos, así como antes del descanso nocturno. · Acudir al dentista periódicamente para revisar el estado de nuestros dientes.