No obstante, es muy importante consultar con el médico antes de tomar cualquier suplemento, ya que el aporte excesivo de ciertos nutrientes puede resultar perjudicial, tanto para la madre como para su futuro bebé.
¿Porqué son tan elevadas las necesidades de hierro? El hierro es un mineral cuyas necesidades aumentan debido al mayor volumen de sangre, a la síntesis de tejidos fetales y placentarios y a la formación en el feto de reservas de dicho mineral que serán utilizadas durante la lactancia.
Las mujeres que no disponen de unas reservas de hierro importantes antes del inicio de la gestación tendrán que recurrir a un suplemento, siempre bajo indicación médica. El déficit de hierro se asocia a anemia ferropénica en el bebé durante la infancia y después del parto en la madre.
¿Cómo cubrir las dosis diarias recomendadas? Una dieta equilibrada que incluye variedad de alimentos en una proporción adecuada durante el embarazo, por lo general suministra las vitaminas y minerales necesarios para el buen desarrollo del mismo. Sin embargo, muchos médicos prescriben un suplemento prenatal de vitaminas y/o minerales debido a la incertidumbre del estado nutricional y del consumo de alimentos de la mujer. Los suplementos de vitaminas y/o minerales están perfectamente justificados cuando las gestantes manifiestan un déficit clínico que ha sido detectado mediante análisis de sangre. En estos casos, el médico que sigue el curso del embarazo determinará tanto el tipo de suplemento como la dosis. Suplementos para la prevención de la anemia ferropénica. Suplir con hierro oral, habitualmente en forma de sales ferrosas constituye una de las acciones preventivas más relevantes para el control prenatal de la anemia ferropénica. La ingesta de suplementos de hierro suele producir intolerancia gástrica, náuseas, estreñimiento y coloración oscura de las deposiciones. Para su mejor absorción se recomienda tomarlo en ayunas (siempre y cuando los efectos secundarios lo permitan), acompañado de una bebida o alimento rico en vitamina C y evitando la ingesta simultanea de los comprimidos con café o té, bebidas que reducen su aprovechamiento por parte del organismo. ¿Cómo se puede mejorar el aprovechamiento del hierro de los alimentos? El hierro que mejor se absorbe es el que procede de alimentos de origen animal (en torno al 20%): carnes, hígado, pescado, huevos y derivados de estos alimentos. El que procede de alimentos de origen vegetal, se absorbe mucho peor de no ser que realicemos ciertas combinaciones alimentarias para mejorar su aprovechamiento. La ingesta conjunta con vitamina C aumenta la absorción del hierro de los alimentos vegetales. Por ejemplo: ensalada de tomate aliñada con limón acompañando a un plato de legumbre, de postre frutas cítricas o melón o fresas… Así mismo, las proteínas animales también favorecen la absorción del hierro de origen vegetal.
Alimentos ricos en hierro Cantidad de hierro por 100 g de alimento.
Almejas, chirlas, berberechos: 24 miligramos. Morcilla: 14 miligramos. Caracoles: 11 miligramos. Hígado de cordero: 10 miligramos. Yema de huevo: 8 miligramos. Carne de caballo, legumbres (promedio): 7 miligramos. Hígado de ternera o vaca: 5 miligramos. Espinacas: 4 miligramos.