En niños y adolescentes, la incidencia de la obesidad no deja de aumentar. Por eso su detección precoz es fundamental para prevenir las secuelas. Una investigación reciente señala que medir la cintura a los menores -una práctica que no se hace de manera sistemática-, junto con la toma de medidas habituales de talla y peso que se realizan en las consultas de pediatría, es una muy buena opción para detectar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas. En este artículo se explica este estudio, la importancia de la obesidad abdominal y cuáles es la magnitud de este problema en España.
Medir la cintura para detectar la obesidad
En nuestro país, un 21,3% de los niños de 6 a 11 años y un 14,3% de los adolescentes de 12 a 17 años tienen obesidad abdominal, según especialistas del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). Este estudio, cuyos resultados se han publicado en PLOS ON, es el primero que analiza la obesidad abdominal en niños españoles.
Tras analizar los datos de 1.521 niños y adolescentes de entre 6 y 17 años (que con anterioridad habían participado en el estudio enKid, que evalúa los hábitos alimentarios y el estado nutricional de la población infantil y juvenil española), se llegó a la conclusión que si se incluyera la medida de la circunferencia abdominal, que ya se usa en la población adulta, junto con las medidas de peso y talla habituales, se podrían detectar de manera más fácil a los niños con riesgo cardiovascular y metabólico.
Para el trabajo, los investigadores utilizaron la circunferencia de la cintura y la altura con el fin de establecer el indicador cintura/altura, que es independiente de la edad y el sexo, y, como en la población adulta, se ha establecido que existe obesidad abdominal cuando este coeficiente es igual o superior a 0,5.
Obesidad abdominal: la barriga prominente
La obesidad abdominal está asociada a un mayor riesgo de sufrir hipertensión arterial, dislipemias, diabetes, cáncer e infertilidad
No obstante, la obesidad abdominal no solo es cosa de niños. Estudios como el de «Prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos españoles», realizado por el Departamento de Nutrición y la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y publicado en la revista Nutrición Hospitalaria en 2011, ya lo ponían de manifiesto.
En una muestra representativa de la población española, con 418 adultos voluntarios, encontraron que el 42,7% presentaba valores elevados de cintura abdominal, con el consecuente riesgo de sufrir enfermedades asociadas. El 30% de los hombres y el 37% de las mujeres tenían una cintura mayor de lo que sería recomendable. El 22,2% padecía obesidad central y cerca del 55% obesidad central y riesgo cardiovascular, ya que el indicador cintura/altura era superior a 0,5.
Y es que tener una barriga prominente no aporta ningún beneficio. La obesidad abdominal está asociada a un mayor riesgo de sufrir hipertensión arterial, dislipemias, enfermedades cardiovasculares, diabetes, ciertos tipos de cáncer e, incluso, infertilidad.
La obesidad en España
La obesidad es un problema de salud con múltiples consecuencias. Provoca devaluación de la calidad de vida, pérdida de la autoestima, enfermedades asociadas y reducción de la esperanza de vida, entre otras.
Los últimos estudios lo señalan como una auténtica epidemia. El estudio ENRICA, llevado a cabo entre 2009 y 2011, mostró que el 62% de la población española tiene exceso de peso; si se restringe la muestra, a partir de los 18 años inclusive, la mitad de la población está con un peso superior a lo que se considera como adecuado. En edades más tempranas, también el exceso de peso hace mella. Según International Obesity Task Force (IOTF), organización que forma parte de la International Association for the Study of Obesity (IASO), el 9% de los escolares españoles sufre obesidad y el 33% sobrepeso, frente a países como Francia, Polonia, Alemania o Holanda, que muestran cifras inferiores al 20%. La Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas (SECO) contabiliza que más de dos millones de personas padecen obesidad severa, de las cuales, solo el 1% de ha sometido a cirugía bariátrica.
Con todos estos datos, queda reflejado que la obesidad y el sobrepeso en España es un problema cada vez de mayor gravedad, con muchas consecuencias a corto y a largo plazo, ya que son factores clave en el desarrollo de enfermedades crónicas, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, entre otras. Además, el aumento de su prevalencia está muy relacionado con una vida sedentaria. Modificar este escenario es todo un reto en el ámbito de la Salud Pública de nuestro país.
Es de sobra conocido que el sobrepeso está relacionado con factores genéticos y ambientales en las sociedades desarrolladas y que se da en todos los espectros sociales. Son muchos los factores sociales que tienen un papel clave en su desarrollo pero, según la evidencia científica disponible, está estrechamente asociada a un nivel educativo de la familia bajo.
La calidad y acceso a una alimentación saludable también están determinados, en buena medida, por el entorno. Las familias que viven en barrios de bajo nivel económico experimentan más dificultades para comprar alimentos saludables. Entre las barreras que impiden seguir una dieta saludable están los precios, la escasez de verdulerías y fruterías en algunas zonas de las ciudades, los pocos conocimientos culinarios o la falta de tiempo para cocinar, por lo que es fácil que su alimentación se base en alimentos ricos en grasa.
Los datos disponibles señalan que son las poblaciones más desfavorecidas, con menor nivel de renta y menor nivel educativo, las que consumen menos fruta y verdura y las que presentan mayor tasa de obesidad infantil.