El pan de molde es un producto que asociamos a los sándwiches y los desayunos, para elaborar ricas tostadas con facilidad. Asequible y variado -hoy en día es posible encontrar diversos tipos de pan en los lineales del supermercado-, este alimento nos permite resolver una merienda o un tentempié de manera sabrosa en muy pocos minutos. Pero, ¿se puede utilizar para algo más elaborado que un desayuno sencillo o una comida de urgencia? Por supuesto que sí. A continuación se listan cinco ideas para cocinar con pan de molde, desde canapés y postres con frutas, hasta los sándwiches más internacionales y vistosos.
Cinco ideas para cocinar con pan de molde
El pan de molde tiene múltiples utilidades culinarias. Las siguientes son algunas de ellas:
- 1. Para canapés fríos y templados. Este tipo de pan es una excelente base para pinchos y canapés, ya sea untado (con queso, foie o paté) o ligeramente tostado. Si lo tostamos, tendremos una base más resistente para construir los típicos pinchos. Si no, podemos explorar otros formatos además del clásico triangular o rectangular. Una técnica que funciona muy bien es aplastar el pan con un rodillo de cocina, para enrollarlo después con una ensaladilla o con salmón ahumado y queso crema en su interior. Además de un sabor fresco, pondremos sobre la mesa una presentación original y diferente.
2. En canapés calientes. Usamos la técnica de enrollar el pan de molde aplastado. Lo hacemos con el relleno que más nos guste, aunque para estos casos van muy bien los embutidos, fiambres, ibéricos o ahumados, acompañados de algún tipo de queso, salsa ligera o un poquito picante. Una vez enrollados, los rebozamos y freímos, o los introducimos en el horno para conseguir un canapé calentito. La presentación es divertida y fácil de comer, muy socorrida y asequible para una comida o merienda informal.
- 3. A la plancha, rebozado, frito o al horno. El pan de molde también se puede cocinar. Preparamos un sándwich de jamón y queso, para lo que elegimos los ingredientes según nuestros gustos: puede ser de jamón york, serrano, ibérico o fiambre de pavo, combinado con un queso crema, de cabra, de oveja, vaca o mezcla, más o menos curados… Una vez que montamos el sándwich, tenemos unas cuantas opciones. La más simple es calentarlo en la plancha, pero también podemos pasarlo por huevo batido, escurrirlo y freírlo en una sartén con abundante aceite, de manera que quede rebozado y crujiente por fuera y con el queso fundido en su interior. Otra alternativa (muy rica, pero también muy contundente) es rebozar cada rebanada por separado y luego montar un sándwich con finos filetes de pollo asado, trocitos de lomo de cerdo o ternera a la plancha con bacón tostado. Aderezamos con salsa mayonesa o salsa rosa, añadimos unas setas salteadas y queso cheddar y coronamos con un huevo frito. La preparación se termina en el horno para que se funda el queso.
4. Para postres dulces. Ya sea enrollado o en capas, el pan de molde también se puede usar en elaboraciones dulces. Una idea muy fácil es afinar las rodajas con el rodillo, cubrirlas con azúcar y canela y gratinarlas en el horno. Obtendremos unas crujientes tostas que podemos rellenar con queso cremoso y fresas, con crema de cacao, con una mermelada, con trocitos de frutas frescas…
- 5. Como tostadas francesas. Esta receta, que se elabora con pan de molde, nos permite disfrutar de unos desayunos o meriendas diferentes en los días que tenemos un poco más de tiempo para prepararlos. Para hacer las tostadas francesas, empapamos las rebanadas de pan de molde en una mezcla de leche azucarada y aromatizada con vainilla y huevo batido. Una vez que mojamos el pan en esta mezcla -llamada «aparejo dulce»-, lo tostamos en una sartén antiadherente con un poco de mantequilla hasta las rebanadas queden doradas y crujientes. Esta es una rica manera de aprovechar el pan cuando empieza a estar un poco duro.
Los cuatro sándwiches más conocidos
Los sándwiches que se recopilan a continuación pueden prepararse con el pan de molde tradicional, tal como lo compramos empaquetado, o con las rebanadas un tanto aplanadas con el rodillo, como se ha explicado antes. Este detalle hará que el pan adquiera un aspecto más compacto y diferente. Por supuesto, también podemos trabajar con panes de molde de semillas, de centeno, integrales… En la cocina podemos experimentar con las distintas variedades, combinándolas con técnicas también diferentes: desde un típico tostado hasta una apuesta algo más novedosa, como el rebozado y el frito. La presentación de los platos también marca la diferencia. Solo un consejo, por precaución: antes de evolucionar una receta clásica, debemos de dominar la original.
1. Sándwich vegetal. Se compone, por lo general, de lechuga, tomate y huevo, aunque muchas veces se le añade bonito y, en ocasiones, incluye espárragos, judías verdes y pepinillos. Los ingredientes se aderezan con mayonesa. El pan puede ir tostado por una de sus caras, o sin tostar. Si va tostado, no se le cortan los bordes. Si lo servimos sin tostar, se le recortan. El sándwich vegetal se presenta cortado en dos mitades, bien en diagonal (formando dos triángulos), o a lo largo, en dos rectángulos.
- 2. Sándwich de jamón y queso (mixto). Cogemos dos rebanadas de pan y untamos con mantequilla sus caras superiores. Sobre una de ellas se coloca una loncha de jamón york, después se pone una loncha de queso y se igualan con los bordes del pan, cortándolas con el cuchillo. A continuación, se cubre con la otra rebanada de pan por la parte untada de mantequilla. Extendemos la mantequilla en la parte exterior y colocamos sobre la sartén antiadherente por esta cara. Hacemos lo mismo del otro lado y apretamos con suavidad contra la sartén, para conseguir su rápida terminación. Retiramos el sándwich de la plancha y lo cortamos en diagonal antes de servir (sin quitarle la corteza).
3. Sándwich de huevo. Untamos con mantequilla dos rebanadas de pan y tostamos en una sartén antiadherente por ambos lados. Colocamos el molde para huevos (de forma cuadrada, por lo general) sobre la plancha y en su interior depositamos una bolita de mantequilla. Dejamos caer la clara dentro del molde y, por último, vertemos la yema en el centro. Mientras se cuaja el huevo, se pasan las rebanadas de pan a un plato. Con ayuda de un cortapastas circular, se hace un agujero en el centro de una de las rebanadas. Recogemos el huevo con la paleta y colocamos sobre la tostada que está entera. Tapamos con la otra tostada, de forma que el agujero coincida sobre la yema.
- 4. Sándwich club. Este sándwich es de dos pisos y se elabora con pechuga de pollo, huevo duro, bacon, lechuga, tomate y mayonesa. Para hacerlo, pelamos un huevo duro, lo cortamos en rodajas y cortamos también tres delgados filetes de pechuga de pollo, cocida o asada, pero ya fría. Untamos con mantequilla, por sus dos caras, tres rebanadas de pan y las colocamos sobre la plancha. También ponemos un par de tiras de bacón. Cuando estén hechas, las retiramos a un lado menos caliente de la plancha. Debemos estar atentos al tostado simultáneo de las rebanadas de pan, dándoles la vuelta para evitar que se quemen. Una vez tostadas, se retiran del calor. Sobre la primera rebanada ponemos los filetes de pechuga, cubriéndolos con tres o cuatro rodajas de huevo cocido. Encima, ponemos otra tostada y, sobre ella, las dos lonchas de bacón. Añadimos una hoja de lechuga, cortada en dos partes, y un par de rodajas de tomate. Aderezamos con mayonesa y cubrimos con la tercera tostada. El sándwich puede servirse caliente, cortado en dos con ayuda de un cuchillo de sierra (y sin presionar demasiado, para evitar que se derrame el contenido).