Los inversores deben empezar a familiarizarse con la tasa Tobin, cuya aplicación bien podría coincidir con el inicio de 2015, ya que supondrá una retención más que tendrán que afrontar en renta variable. Su tipo estará en torno al 0,10%, aunque no está cerrado el gravamen definitivo. Toda esta información se desprende de la reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin), donde se han puesto las bases para la implantación del nuevo impuesto en 11 países de la Unión Europea, entre los que se encuentra España. Ante esta noticia, los pequeños y medianos inversores se preguntan cómo les afectará esta medida. Esta cuestión, además de si alcanzará también a otros productos de renta variable o de si habrá alguna estrategia para evadir de forma legal este impuesto, se desvela en el siguiente artículo.
Qué hay que saber de la tasa Tobin
1. ¿En qué consiste?
Los ahorradores que quieran operar en los mercados de renta variable tendrán que prepararse para asumir un nuevo impuesto a las transacciones financieras (ITF) que, en mayor o menor medida, afectará a sus operaciones.
2. ¿Cuándo empezará a ser efectiva?
Todavía no hay una fecha fijada, pero se estima que podría ponerse en marcha con el comienzo de 2015. En cualquier caso, no influirá en las operaciones que se realicen en Bolsa los próximos meses, y habrá que esperar un poco más para comprobar sus efectos sobre el bolsillo de los ahorradores.
3. ¿Afectará a todos los productos de renta variable?
En principio, se aplicará de forma gradual. Las acciones y derivados serán los primeros en sentir los efectos del nuevo impuesto. En función de su evolución, podría ampliarse a otros productos financieros.
4. ¿Cuál será su cuantía?
Tampoco está definido este extremo, aunque todo parece indicar que el gravamen se aproximaría al 0,10% en compraventa de acciones y derivados. Será un tipo fijo (nunca variable), con independiencia del capital invertido, que concierne a todos los inversores por igual.
5. ¿Implica a todos los mercados bursátiles europeos?
Solo a 11 países de esta área económica, en la que está España. Junto a ella, las plazas bursátiles de Bélgica, Alemania, Estonia, Grecia, Francia, Italia, Austria, Portugal, Eslovenia y Eslovaquia aplicarán este nuevo impuesto.
6. ¿Cuánto dinero tendrían que pagar los inversores por esta tasa?
Si se da el caso de que el inversor decide comprar o vender 5.000 euros en acciones, se pagaría un total de cinco euros por la operación, siempre y cuando se confirme la aplicación de este tipo (0,10%). La cantidad se elevaría de forma progresiva, a medida que las aportaciones de capital fuesen mayores.
7. ¿También se verán afectados los fondos de inversión?
En principio no. Solo en función de la evolución de esta tasa se podría trasladar a estos, al igual que a otros productos de gran predilección entre los minoristas.
8. ¿Hay algún resquicio para no pagarlo legalmente?
Se puede acudir a los mercados bursátiles en donde no se implantará esta medida, entre las que destaca por su importancia la Bolsa de Londres. Tampoco afectará a los mercados del otro lado del Atlántico, con Estados Unidos al frente, ni a las plazas asiáticas o los mercados emergentes correspondientes a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
A pesar de ser un impuesto que no grava en exceso los intereses de los pequeños inversores, se puede aminorar su influencia en la cuenta corriente, a través de una sencilla línea de actuación que parte de las siguientes actuaciones:
Elegir las mejores comisiones del mercado. De una a otra puede haber un diferencia de entre el 10% y el 30%.
Acudir a mercados bursátiles donde no esté implantada esta normativa, aunque quizás no compense al aplicar sus Bolsas unas comisiones más elevadas.
Tratar de ampliar el nivel de plusvalías al que se quiere llegar en las operaciones de renta variable, como fórmula para compensar los gastos.
Dirigir la operación de compra de acciones al medio y largo plazo, con objeto de no verse penalizado por demasiadas operaciones, ya que habría que afrontar estos gastos en cada una de ellas.
Intentar evitar una mala operación en Bolsa, pues además de las minusvalías generadas, comisiones y corretajes que conlleva cada operación bursátil, habrá que añadir el abono de esta tasa.