Muñecas con cuerpos poco realistas, cinturas de avispa y pechos superdesarrollados son, desde hace tiempo, objeto de críticas. Muchos las acusan de promover valores negativos, debido a que las proporciones de sus cuerpos son irreales y el afán de parecerse a ellas podría derivar en problemas de autoestima o trastornos de alimentación en niños y niñas. Algunos artistas han intentado invertir esta tendencia y diseñan muñecas de proporciones más realistas y saludables. Sin embargo, como se explica a continuación, los especialistas destacan que estos juguetes son solo una parte de un problema mucho más amplio, que también atañe a los varones.
Muñecas más reales buscan su hueco en el juego de los niños
La polémica no es nueva. Algunas muñecas muy famosas son acusadas de promover un ideal estético inalcanzable y de ser, por lo tanto, una influencia negativa para las niñas que aspiran a «ser como ellas». De hecho, un estudio británico concluye que las menores de entre cinco y ocho años expuestas a muñecas de proporciones imposibles mostraban una estima más baja hacia su propio cuerpo y mayores deseos de ser delgadas. Y esto, afirmaban estos científicos, aumenta el riesgo de que, más tarde, sufran de trastornos alimentarios.
Las niñas expuestas a muñecas de proporciones irreales tiene una menor autoestima, según un estudio británico
Artistas y asociaciones de promoción de la salud han tratado de dar respuesta y crear muñecas de proporciones «más realistas». Una de las iniciativas más recientes a este respecto es la de un artista estadounidense llamado Nickolay Lamm, quien ha diseñado una muñeca que respeta unas proporciones corporales mucho más realistas. La ha llamado Lammily, y tiene las medidas promedio de las chicas de 19 años en Estados Unidos, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Lamm consiguió en menos de un día a través de financiación colectiva por Internet (crowfunding) los 95.000 dólares que necesitaba para poner en marcha su proyecto.
Los juguetes, solo una parte del problema
Pero, ¿son las muñecas el único problema? «El modelo de muñecas irreales influye, pero creo que no es determinante», afirma Alicia García, directora del departamento de psicología de la asociación Protégeles y responsable de la línea de ayuda sobre trastornos de la conducta alimentaria. «Son muchos los factores que influyen. Hay un modelo estético centrado en un cuerpo en exceso delgado, que hace las niñas se formen un esquema mental de lo que se supone que es un cuerpo normal, bonito, ideal, pero que es irreal», continúa.
Los especialistas enfatizan que muñecas de proporciones poco realistas, en realidad, son la cara más visible de los discursos dominantes que se reproducen a través de múltiples vías. «Estas muñecas son solo una cosa más entre todo lo que nos venden la publicidad y los medios de difusión», coincide Maria Ángeles Fernández, psicóloga de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER).
Peso saludable en niños y una buena autoestima
Fernández pone énfasis en los estereotipos forjados a través de los anuncios, el cine y la televisión, en productos tanto para pequeños como para adultos. «Siempre aparece una persona rellenita o gorda que representa el papel del torpe, el gracioso, el simpático, el mejor amigo o la mejor amiga; pero que no liga tanto ni tiene tanto éxito. Nos lo venden como que ser gordo es lo peor del mundo», afirma esta experta.
Cada persona es diferente, no existe un único tipo de cuerpo al que todo el mundo deba aspirar. Y, como afirman desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, «el peso saludable de un menor no es una dieta, sino un estilo de vida». «Si conseguimos defender estos mensajes, lograremos niños y niñas con una mejor autoestima y habilidades sociales», explica Fernández.
Pero no solo las niñas, también los chicos están expuestos a estas influencias. “Los muñecos de sexo masculino, de unos años a esta parte, representan a hombres cada vez más musculados, un cuerpo difícil o imposible de conseguir“, explica García. Si bien las estimaciones de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia indican que solo uno de cada diez casos de trastornos alimenticios corresponden a varones, el bombardeo de mensajes podría dar lugar a vigorexia u otros desórdenes, advierten los expertos.
Por todos estos motivos, los especialistas celebran la aparición de juguetes que, como la muñeca Lammily, muestran proporciones más “normales” y la variedad de los cuerpos reales. Pero señalan también la importancia de ver la cuestión en su conjunto y todos los demás factores que forman parte del problema.