La recomendación de ingerir suplementos de ácido fólico antes del embarazo y durante las primeras semanas de la gestación se realiza desde hace tiempo, con el fin de evitar problemas como la espina bífida y otros relacionados con el tubo neural. Sin embargo, diversas investigaciones han descubierto que también podría ser beneficioso para prevenir problemas emocionales, autismo y retrasos en el habla en los niños. A continuación se describen estos hallazgos y se explica qué mujeres son las que, en general, presentan mayores carencias de este nutriente.
Ácido fólico antes del embarazo: beneficios para el bebé
Es conocida la importancia de contar con buenos niveles de ácido fólico durante la gestación, ya que su carencia genera problemas en el tubo neural del feto y un mayor riesgo de que padezca de espina bífida.
Los suplementos de ácido fólico se recomiendan en las cuatro semanas previas a la fecundación y en las primeras ocho de gestación
Pero ahora, una investigación ha hallado también asociaciones entre la cantidad de ácido fólico ingerida por las mujeres embarazadas y problemas emocionales de sus bebés en el futuro. «Hemos encontrado un riesgo más alto de problemas emocionales en niños de tres años en los hijos de madres que hicieron un uso inadecuado de los suplementos de ácido fólico», concluyen los autores del trabajo, científicos del centro Médico Erasmus, de Rotterdam (Paises Bajos). Los expertos añaden que los pequeños cuyas madres presentaron una deficiencia de folatos en la primera parte de la gestación tuvieron al nacer, además, un peso inferior.
En los países desarrollados, la insuficiencia de ácido fólico en el organismo no se debe a una alimentación escasa, sino a una dieta desequilibrada y los malos hábitos alimenticios. Por eso, se aconseja el consumo diario de suplementos de ácido fólico al menos en las cuatro semanas anteriores a la fecundación y durante las primeras ocho semanas del embarazo. En general, un suplemento de ácido fólico de un miligramo por día se considera como dosis recomendada, aunque esto debe estar prescrito por el médico especialista, quien lo indicará en función de las características y la condición de cada persona.
Este trabajo de los científicos holandeses -cuyos resultados se publicaron en la revista especializada The American Journal Clinical Nutrition– forma parte de Nutrimenthe, un proyecto que analiza la incidencia de determinados nutrientes durante la gestación. Con sede en la Universidad de Granada, Nutrimenthe coordina la labor de una veintena de equipos en toda Europa.
Ácido fólico en el embarazo: contra el autismo y retrasos en el habla
Otro estudio reciente destaca otro probable beneficio del consumo de suplementos de ácido fólico en las semanas previas y en la primera etapa del embarazo: podría ser un factor de prevención del autismo en los niños. Así lo afirman expertos noruegos en un artículo publicado en la revista The Journal of the American Medical Association.
Este trabajo se basa en una muestra significativa de 85.176 niños. Los especialistas analizaron todos los casos de trastornos del espectro autista (desde el autismo de bajo funcionamiento hasta el síndrome de Asperger) y encontraron que el porcentaje entre los hijos de madres que no habían consumido suplementos de ácido fólico antes y en la primera etapa del embarazo duplicaba la cifra de los pequeños de madres que sí lo habían tomado. Los científicos no encontraron, sin embargo, ninguna relación de causalidad entre la ingesta de ácido fólico y el autismo, por lo que señalan la necesidad de nuevos estudios sobre la cuestión. Pero destacan que este hallazgo viene a apoyar la promoción de los suplementos de ácido fólico.
Uno de los factores que reducen el ácido fólico en el organismo es el uso prolongado de métodos anticonceptivos hormonales
Hay más. Esta investigación se enmarca en el Norwegian Mother and Child Cohort Study, un proyecto de largo alcance desarrollado en ese país nórdico.
Un trabajo anterior, desarrollado en este mismo contexto, había revelado que, a la edad de tres años, los niños tienen un riesgo mayor de padecer retrasos en el habla, si sus madres no han tomado suplementos de ácido fólico, en comparación con los hijos de madres que sí los tomaron.
La carencia de ácido fólico es más significativa en mujeres que han utilizado métodos anticonceptivos hormonales durante mucho tiempo, que han tenido un alto consumo de drogas o que han recibido tratamientos con determinados fármacos, como anticonvulsivantes o quimioterápicos. También, por supuesto, las que presenten algún grado de nutrición insuficiente o desnutrición.