En caso de cometer una infracción al circular por una ciudad española, se paga la multa impuesta, en algunas ocasiones por miedo a que no abonarla pueda salir al final más caro. Sin embargo, cuando se viaja al extranjero, una gran parte de conductores se relaja y cree que se puede dejar de pagar una multa de manera impune, ya que al regresar a su país no sucederá nada. En 2011 Bruselas aprobó la Directiva 2011/82/UE para evitar que esto sucediera. Aunque fue anulada en mayo de 2014 por un defecto jurídico, se corrigió en julio y está en vigor de manera provisional hasta mayo de 2015. Como se señala a continuación, esta directiva comunitaria implica el intercambio de información sobre algunas infracciones que cometa un conductor en cualquier país de la UE, como el exceso de velocidad o circular sin cinturón de seguridad.
Las multas se pagan por ley
Un idílico viaje en coche por la Provenza francesa o por la germana selva negra puede acabar en un serio disgusto si no se cumplen las normas de tráfico. Saltarse el código de circulación acarrea una sanción y la imposición de una multa. A veces se comunica en el acto, y en otras ocasiones, tras las vacaciones, puede llegar una sanción a casa. En ambos casos hay que pagarla. Muchas personas piensan que las leyes de tráfico no se aplican al salir al extranjero, pero esto no es así, aunque hasta hace poco tiempo la gran mayoría de las infracciones que se cometían en las carreteras de la Unión Europea -fuera del país de origen- quedaban impunes, porque las autoridades no podían perseguir a sus autores más allá de sus respectivas fronteras.
Hasta hace poco tiempo la mayoría de las infracciones de tráfico que se cometían en la UE fuera del país de origen quedaban impunes
Pero una directiva de la UE (tras la anulación de la anterior en mayo en Tribunal de Justicia de la UE por un defecto jurídico) impide a los infractores no pagar. La nueva norma aprobada en julio reescribe la anterior y corrige la base jurídica por la que la suprimió el Tribunal. Ahora, se ampara en la seguridad vial, y no en la cooperación policial, pero no introduce más modificaciones importantes. Por esta razón, el alcance de esta directiva es el mismo que el de la anterior, que se aplica de forma provisional hasta mayo de 2015.
Cómo funciona
La directiva comunitaria permite que los Estados miembros puedan acceder en otros países a los datos nacionales relativos a la matriculación de vehículos. De esta manera, les es posible identificar a la persona responsable de la infracción. Además, implica el intercambio de información entre países de la UE relativa a ocho infracciones en materia de seguridad vial:
- 1. Exceso de velocidad.
2. No usar el cinturón de seguridad.
3. No pararse ante un semáforo en rojo.
4. Conducir bajo los efectos del alcohol.
5. Conducir bajo los efectos de las drogas.
6. No emplear el casco.
7. Circular por un carril prohibido.
8. El uso ilegal de un dispositivo de comunicación.
Hasta que se aprobó la directiva de la UE, eran numerosos los conductores infractores que regresaban a España con una multa impagada, y muchas las sanciones que prescribían sin ser abonadas. Las consecuencias eran muy distintas, según el tipo de vehículo utilizado:
Coche de alquiler
En el caso de quienes viajaban en un vehículo de alquiler por cualquier país de la UE, el impago de la multa era temporal y pocos se libraban de abonar al final lo que debían. Porque, al tener conocimiento de la misma, la empresa de renting la cargaba de manera directa en la tarjeta del cliente.
Coche particular
En el caso de circular con el propio automóvil, era más difícil para las autoridades competentes poder reclamar la sanción y cobrarla. Pero, en ocasiones, llegaban a España aunque fuera meses después de haber visitado el país en el que se cometió la infracción.
Aun recibiendo la comunicación, muchos conductores no abonaban las multas por infracciones cometidas en el extranjero, a la espera de que prescribieran. En algunos casos, es un error grave, ya que hay países en los que la sanción queda registrada, y si algún día se regresa allí con intención de trabajar o realizar cualquier operación comercial o financiera, quizás haya sorpresas y problemas, al aparecer como moroso.