En España, durante el pasado mes de agosto se incrementó tanto el número de viajeros que optó por utilizar el Tren de Alta Velocidad (AVE) -un 17,2% más que en 2013- como el de quienes lo hicieron en avión, que fueron un 5,7% más que el año anterior, según señala el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ambos medios de transporte se encuentran entre los favoritos de las personas que desean realizar viajes con rapidez y seguridad. ¿Cuáles son las ventajas de uno y otro? ¿Y sus inconvenientes? A continuación se desgranan estos aspectos y se debate la posibilidad de su convivencia para el transporte interior de pasajeros.
Avión y AVE, frente a frente
¿Viajar en tren de alta velocidad o en avión? ¿O utilizar ambos medios? La decisión final está en los pasajeros, ya que hay múltiples factores que influyen en el viajero en el momento de comprar un billete de AVE o adquirir uno de avión. Pero, además, hay otras consideraciones que ponen frente a frente a estos dos medios de transporte tan utilizados.
Los trenes de alta velocidad se promocionan desde hace años como una alternativa al tráfico aéreo. Tienen atractivos que cada vez seducen a más pasajeros, entre los que prima la comodidad de llegar y salir del centro de las ciudades y no tener que estar con demasiada antelación en la estación. A ello hay que unir el confort durante el viaje, sin turbulencias, con acceso a Internet y con posibilidad poder caminar, algo difícil de conseguir en el interior de una aeronave. Desde el punto de vista medioambiental, el AVE se vende también como más eficiente, ya que emite en su conjunto menos CO2 que los aeroplanos.
El AVE requiere una gran inversión en infraestructuras y trenes, además de que es caro
Sin embargo, otras voces señalan que la introducción de los trenes de alta velocidad suponen eliminar rutas alternativas (más lentas pero más baratas) y obligan al viajero a optar por este producto o a abandonar el ferrocarril para siempre. Además, el AVE es una tecnología muy cara e importada que requiere una gran inversión en trenes y en infraestructuras, mientras que otros trenes, mediante el acondicionamiento de las vías de forma adecuada, pueden circular a una velocidad media solo un 15% o un 20% inferior.
Y para viajar con mayor rapidez que en ferrocarril, las mismas voces defienden el avión como un excelente medio de transporte, cuyas infraestructuras ya están realizadas (o se han modernizado, en los casos en que era conveniente) y que, además, tiene precios cada vez más competitivos.
Algunos aspectos que deben comparar los pasajeros
Al margen de sus costes, su rentabilidad o su repercusión en el medio ambiente, los viajeros son los protagonistas en la disyuntiva de escoger entre el avión o el tren de alta velocidad. Y son ellos quienes mejor conocen las ventajas y los inconvenientes que les brindan. Sin tener en cuenta la libertad de desplazarse hasta lugares lejanos, que por supuesto es mucho mayor en aeronave, hay otros aspectos que permiten hacer una comparativa entre ambos, más enfocada al transporte interior:
1. Rapidez:
El avión no tiene competencia en este aspecto. Un aeroplano promedio de una línea aérea viaja a unos 800 kilómetros por hora, más rápido que cualquier otro medio.
2. Seguridad::
Respecto a la seguridad, aunque sus accidentes son muy espectaculares, la siniestralidad del avión es muy baja. A pesar del miedo de muchas personas a volar, es el medio de transporte más seguro.
3. Comodidad:
En este punto, gana el tren. El AVE es más cómodo que una aeronave: hay más distancia entre los asientos y es posible levantarse y estirar las piernas, dar paseos por los vagones… Asimismo, aunque en el aire ya se puede usar el móvil en algunos vuelos y rutas, en tren siempre es posible hacerlo, así como conectar ordenadores portátiles, utilizar Internet, etc.
4. Logística:
El AVE deja a los viajeros en el centro de las ciudades a las que llega. Esto es una gran ventaja respecto al avión y permite a los usuarios ahorrar tiempo y dinero en transporte.
5. Puntualidad:
El tren de alta velocidad sale siempre a su hora y no tiene apenas retrasos (se bonifica a los pasajeros cuando el retardo sobrepasa un tiempo establecido por la compañía). Las aeronaves muchas veces acumulan retrasos desde el origen del vuelo y las esperas en los aeropuertos se hacen interminables.
6. Equipaje:
Llevar equipaje en el AVE es gratis. En cambio, en las líneas aéreas cobran por facturar las maletas y, a veces, hasta se pierden. Además, en el caso del tren no hay que esperar a recoger las pertenencias en una cinta tras llegar al lugar de destino.
7. El precio:
El AVE es un tren caro, a pesar de que hay billetes con importes reducidos (no en los horarios más solicitados) y cada vez más ofertas. Aunque el avión es un medio de transporte que en principio tampoco es barato, hoy en día se pueden encontrar numerosas ofertas, pues las compañías aéreas brindan un número de plazas a bajo coste, sobre todo en los casos de la compra del billete con mucha antelación. Además, ya hay varias compañías de bajo coste con las que es posible volar por muy pocos euros.
8. Las vistas:
Si el asiento que se tiene está al lado de la ventanilla, se puede disfrutar más en un aeroplano. Las vistas son espectaculares e incomparables desde el cielo. En el caso del AVE, no es posible gozar del paisaje con la tranquilidad que se hace en un tren convencional, debido a la rapidez.