Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades mentales que surgen durante la adolescencia o la adultez temprana, se caracterizan por una preocupación intensa por la forma o el peso del organismo y pueden acarrear serias consecuencias. Los más conocidos son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, además de los trastornos inespecíficos. Este artículo explica la importancia del entorno familiar, escolar y social en su prevención, detección y tratamiento y detalla qué hábitos saludables son claves en la prevención de los trastornos de conducta alimentaria.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son un grupo de trastornos mentales que se caracterizan por una conducta alterada tanto en la ingesta de alimentos como en el desarrollo de comportamientos que persiguen disminuir de peso y tienen repercusiones físicas y sociales. La anorexia y la bulimia nerviosa y los trastornos de la conducta alimentaria no especificados (TCANE) son algunos de ellos.
Desde casa, es fundamental fomentar la autoestima de los hijos para que descubran sus capacidades y sus limitaciones y aprendan a sentirse bien consigo mismos
Las dietas milagro, la obesidad o el culto al cuerpo y su relación con los trastornos de la conducta alimentaria son aspectos que preocupan tanto a progenitores como a las autoridades sanitarias. Los estudios de prevalencia realizados en España señalan que es más frecuente entre los 12 y los 24 años, con una tendencia a aumentar. Además, es en las etapas iniciales de la adolescencia cuando se es más vulnerable. Es en este momento donde el papel que adopta el entorno familiar, escolar y social es determinante para el desarrollo de los adolescentes, igual que lo es para la detección precoz de estos trastornos y su posterior tratamiento.
Por este motivo, según la Asociación Española de Pediatría, los centros escolares pueden ser un recurso de valor que tener en cuenta, para alumnos y padres, relacionado con la divulgación de información sobre los trastornos de conducta alimentaria y también con la actitud del profesorado y compañeros ante la sospecha de un caso, que puede ser determinante en la detección de la enfermedad. La prevención en casa se basa, sobre todo, en una adecuada relación familiar y la promoción de un ambiente que favorezca el diálogo.
Hábitos saludables para prevenir TCA
Los especialistas del hospital materno infantil Sant Joan de Déu, de Barcelona, mediante la plataforma digital FAROS, aconsejan una serie de medidas para prevenir los trastornos alimentarios en los hijos ya desde la infancia:
- Enseñar desde pequeños la importancia de seguir unos hábitos saludables: establecer horarios de comida regulares, repartir la comida en cuatro o cinco tomas al día, evitar saltarse las comidas y no picotear entre horas.
- Comer en familia siempre que sea posible, en un entorno apacible que facilite la conversación.
- La dieta debe ser sana, equilibrada y variada que incluya todos los alimentos necesarios, con limitación de dulces y postres industriales y comida rápida.
- Ofrecer verduras y frutas de forma variada.
- Fomentar la autoestima del hijo para que descubra sus capacidades y sus limitaciones, las acepte y aprenda a sentirse bien consigo mismo.
- Reforzar su autoestima y animarlo a que tenga sus propias opiniones. Esto lo reforzará frente a los mensajes sobre estética, cánones de belleza y alimentación (como dietas milagrosas y productos dietéticos) que lanzan algunos medios de comunicación y la publicidad.
- Conversar sobre estos mensajes, razonar las verdades y los mitos y enseñarle a valorar la salud por encima de todo.
- Animar a practicar ejercicio físico con regularidad porque, además de ser beneficioso para su salud, ayuda a mantenerse en forma.
- Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares.
- Establecer una buena comunicación dentro del entorno familiar ayuda a que los hijos se sientan seguros.
Además, es importante adoptar y mantener unos hábitos saludables, no solo con lo relativo a la alimentación, sino también a otros aspectos como la constancia en la práctica de actividad física y en el vida saludable.
El estudio “Trastornos de la conducta alimentaria en España: Revisión de estudios epidemiológicos”, realizado en 2010 sobre los estudios de prevalencia de los TCA en las distintas comunidades autónomas, aportan cifras similares a las obtenidas en otros países desarrollados: entre el 1% y el 3% de la población adolescente y joven de ambos sexos sufre un trastorno de este tipo; en torno al 4%-5% corresponde al sexo femenino.
Según los autores, María Ángeles Peláez (Universidad de Málaga), TCANE) y, en menor proporción, los denominados completos, la anorexia y la bulimia nerviosa.