La depresión posparto es un problema cuyas causas todavía no han podido ser determinadas con exactitud por los científicos, pero que afecta al 13% de las madres recientes. Un problema más leve y mucho más frecuente es la llamada tristeza posparto, que aqueja a cuatro de cada cinco mujeres pero que desaparece con naturalidad. Este artículo recoge consejos para reducir esa tristeza también llamada melancolía de la maternidad y prevenir la depresión posparto: procurar un buen descanso y una buena alimentación, aceptar la ayuda de los demás, buscar tiempo para la distracción y la diversión y cuidar la intimidad con la pareja.
La tristeza y la depresión posparto
La depresión posparto es un fenómeno que afecta a un 13% de las madres españolas, según un informe del Hospital Universitario Vall d’Hebron, de Barcelona. Las causas por las cuales se produce todavía no están del todo claras, pero sí existen factores que contribuyen a su desarrollo. Entre los más comunes, se encuentran un parto traumático, los problemas de salud en el bebé y los cambios en la vida de la madre.
Pero es importante distinguir la depresión de la tristeza posparto, también conocida como melancolía de la maternidad o, en inglés, baby blues. Este es un trastorno leve que afecta a cuatro de cada cinco madres durante las dos primeras semanas posteriores al parto. Sus principales causas son los cambios hormonales, el cansancio y la falta de sueño normales en esos días. Por lo general, se supera de forma natural una vez transcurrido ese tiempo.
A continuación se ofrecen cinco consejos para reducir la tristeza posparto y que ayudan también a prevenir la depresión. De todos modos, como esta última depende de otros factores -en ciertos casos, incluso genéticos-, cuando se reconocen sus síntomas (tristeza profunda, ansiedad, insomnio grave, crisis de pánico, incapacidad para cuidar del niño, etc.), se recomienda acudir a un profesional.
1. Contra la depresión posparto: descanso
El sueño es uno de los aspectos que más se alteran con la llegada de un bebé. El pequeño no tiene horarios fijos y, aunque duerme muchas horas al día, exige una atención permanente. Un informe del Servicio de Salud de Irlanda recomienda «aprovechar cualquier ocasión para descansar» e, incluso, que la pareja alimente al niño por la noche con leche materna extraída con anterioridad, para facilitar la continuidad del sueño de la mujer.
Además, para descartar posibles agobios, la Asociación Psicológica de Estados Unidos aconseja no preocuparse por tareas domésticas que no sean de mucha importancia. El hecho de que una casa con un recién nacido esté desordenada no solo es normal, sino que puede resultar hasta saludable.
2. Alimentarse bien
La alimentación es otro ámbito fundamental para el cuidado de la mujer después de dar a luz, sobre todo si da de mamar a su bebé. Algunas de las claves para una buena alimentación en este periodo son practicar una dieta equilibrada, con alimentos nutritivos (como los frutos secos), grasas saludables y mucha agua, que evite el riesgo de deshidratación. Por supuesto, alimentarse bien no quiere decir comer mucho. De hecho, comer más de lo normal puede ser uno de los síntomas de la depresión posparto.
3. Aceptar la ayuda
Uno de los principales consejos de los expertos durante los primeros días del niño en casa consiste en pedir ayuda a familiares y amigos para su cuidado y, si hace falta, también para gozar de más y mejor tiempo de descanso. Por eso, siempre que otras personas ofrezcan su ayuda, la recomendación es aceptarla. El cuerpo y la mente lo agradecen.
4. Buscar tiempo para la distracción y diversión
Aunque sea por poco tiempo, es aconsejable que la madre tenga ratos no solo para el descanso, sino también para la distracción y el entretenimiento. Un estudio de la Universidad de Maryland sugiere «salir de casa siempre que sea posible». La mujer también puede procurar ver programas de televisión breves o llevar consigo algún libro para aprovechar momentos en que el bebé esté tranquilo.
Por otra parte, anima a caminar y hacer ejercicios físicos moderados desde el momento en que pueda. Es otra manera de despejar la mente y cargar energías para la ardua tarea de ser madre de un recién nacido.
5. Cuidar la intimidad con la pareja
No son pocos los casos de parejas que entran en crisis después del nacimiento de un bebé. El conflicto puede ser por partida doble: por un lado, los problemas con la pareja en sí mismos y, por el otro, la falta del apoyo y la contención que constituyen el rol que, en teoría, la pareja debe representar.
Por ello, los especialistas recomiendan no perder la intimidad con la pareja. Algunas claves para lograrlo son dialogar mucho, tratar de mantener la calma en todo momento, pensar en la pareja como un equipo o expresar el cariño. Un beso o una caricia se dan en un momento y pueden ser de gran valor.
Lea más sobre el parto.