Los fideos chinos son uno de los alimentos más consumidos en el mundo, y no solo en Asia, sino también en los países occidentales. Entre sus cualidades más apreciadas destacan que son económicos, fáciles de hacer y que se cuecen muy rápido. De hecho, entre los fideos más populares están los ramen, elaborados con agua, trigo y sal, que se comercializan en botes herméticos, listos para ser rehidratados y con guarnición, sabores y salsas para añadir. Sin llegar al modelo de comida rápida y precocinada, es posible preparar en casa de manera muy sencilla unos exquisitos fideos chinos, con sabores y texturas diferentes, mucho más saludables. En este artículo te damos algunos trucos y sugerencias.
Tres detalles importantes sobre los fideos chinos
Antes de ponerte a cocinar, ten en cuenta estos tres aspectos sobre los fideos:
🍜 De qué están hechos
La composición de los fideos depende, en buena medida, de las regiones donde se elaboren y sus respectivas tradiciones gastronómicas. Así, hay fideos hechos de trigo (los más típicos al norte de China) y fideos de arroz, que son más populares al sur del país. También hay algunos que se fabrican con almidón de frijol mungo, también conocido como soja verde (Vigna radiata).
🍜 Cuál es su tiempo de cocción
Los fideos chinos se cuecen más rápido que otros fideos, ya que su tamaño y su constitución permiten hacerlos en menos tiempo. Por lo general, cinco minutos en agua hirviendo son suficientes, aunque también hay fideos a los que basta con agregarles una taza de agua caliente para que estén rehidratados y listos para comer en apenas un minuto. Es recomendable mirar las etiquetas del envase.
🍜 ¿Ya tienen sal?
¡Ojo con la sal! Los fideos chinos más simples suelen tener un poco de sal en su composición, mientras que hay otros que incorporan esencias de marisco, pollo o ternera. Este es un detalle muy importante, ya que al estar elaborados con aromas y especias, no es necesario añadir sal en el agua de cocción.
Fideos chinos: sugerencias de preparación
🍜 Sopa de fideos chinos
Unos de los fideos chinos más famosos son los noodles. Están hechos con harina de trigo y son un poco más gruesos de lo normal. Son idóneos para preparar una deliciosa sopa de verduras, pescado o marisco.
Si nos gusta el sabor marinero, se puede hacer una sopa con langostinos. Se pelan primero los langostinos crudos. Durante media hora a fuego suave se hierven sus cáscaras y cabezas en un litro de agua junto con un poco de zanahoria y puerro, cortados en tiras. Después hay que colar el caldo, añadir unas gotas de salsa de soja e introducir los fideos chinos y los langostinos pelados. En cinco minutos estará lista la sopa.
🍜 Fideos chinos fritos o salteados
Los fideos fritos o chow mein son una de las recetas más conocidas de la cocina china. Para hacerlos, el truco es cocerlos (o rehidratarlos) primero. Una vez que estén blandos, se saltean en un wok junto con verduras frescas como cebolleta, espinacas o pimientos. Se añaden también unos brotes de soja o de bambú y se sazona en el último momento con un toque de salsa de soja.
Es un plato sano y muy práctico, que se hace en pocos minutos. En el recetario de Eroski Consumer está la preparación detallada.
🍜 Fideos con toque oriental
Los fideos chinos más gruesos, más allá del cereal con el que se hayan elaborado, admiten preparaciones del recetario occidental (en general, cocidos y con una salsa al gusto). Sin embargo, lucen todo su potencial cuando se les da un toque más oriental.
Para ello, lo mejor es utilizar productos típicos de Asia, como brotes de bambú, salsa de soja, capullos de lirio seco, aceite de semillas de sésamo, castañas de agua, especias chinas en polvo, hortalizas de Sichuan en conserva o setas chinas desecadas. A la combinación que se elija se le añadirá después un salteado de verduras, pollo, carne o marisco y, después, se terminará de cocinar todo el conjunto en el wok.
🍜 Fideos chinos como guarnición
Los fideos que se rehidratan con mucha facilidad también pueden servir como guarnición. El resultado es espectacular si se usa la técnica de la fritura, como si fuesen churros.
Para ello, se fríen directamente los fideos en un cazo con abundante aceite, muy caliente. Al introducir unos pocos fideos secos, tal cual salen del paquete, se ve que al contacto con el aceite se inflan. Se sacan al instante y se colocan en un plato con papel de cocina para eliminar el aceite sobrante. Estos fideos fritos sirven como decoración o como base para colocar sobre ellos una ensalada, un poco de marisco salteado o unas verduritas apenas cocidas.