Cuando se llama al perro por su nombre y no responde, lo habitual es pensar que está ignorando a quien reclama su atención. Sin embargo, hay buenas razones para creer que no siempre sea esta la razón del desaire. Y es que los problemas de audición no son extraños en los canes. De hecho, afectan a dos de cada diez animales. Además, esta sordera crece con los años, como les ocurre a los humanos. En este artículo se descubre por qué aparece la sordera en los perros. También se dan las claves para saber si el peludo amigo tiene problemas para escuchar, se explica cómo cuidar y limpiar sus oídos en casa de forma segura y se comenta el motivo por el cual los problemas de audición son más frecuentes en los perros de color blanco.
Cómo saber que el perro pierde oído
Dos de cada diez perros tienen problemas para oír, una sordera que puede ser parcial o total, según la Asociación Americana de Veterinarios. Estos problemas de audición, además, crecen con la edad, un aspecto en el que los humanos no se diferencian mucho de los canes.
«Los perros sordos o con importantes mermas auditivas dejan de reaccionar ante sonidos que antes llamaban su interés«, explica la veterinaria Leticia Navas. Los canes que oyen mal suelen dormir más, porque les cuesta más despertarse con los ruidos ambientales que no aprecian. También tienen problemas para localizar el origen de las llamadas.
Cuando un perro ensordece puede ladear la cabeza y sufrir caídas inesperadas. No es extraño. Su oído no solo es responsable de escuchar, ¡también es el encargado de ayudarle a mantener el equilibrio!
¿Cómo se pueden detectar sus problemas de audición? Algunas pruebas caseras ayudan a conseguirlo. La forma más sencilla es hacer ruidos con un objeto o juguete sonoro que sea familiar para el amigo de cuatro patas y esperar su reacción. El ruido de un manojo de llaves o hacer sonar una campanilla también sirve para discernir los problemas auditivos en canes. Otros especialistas recomiendan hablar e ir aumentando el volumen hasta captar su atención. Ante cualquier sospecha de deficiente capacidad de atención, lo mejor es hacer una pronta visita al veterinario.
Y, ¿cómo son los cachorros sordos? Estos perros tienden a morder de forma excesiva cuando se divierten, puesto que no oyen los lamentos de sus compañeros de juegos. Existe otra señal de alarma a la que atender en las crías caninas que, se sospecha, sean insensibles al ruido: el perrito no se despierta para mamar con los gritos de sus hermanos y necesita ser empujado por la madre u otro cachorro para despertar.
¿La sordera de mi perro es pasajera?
La sordera de un can puede ser temporal o pasajera. Esto ocurre cuando los problemas de audición se deben a una infección leve del oído. Sin embargo, cuando esta dolencia se agrava, la sordera puede hacerse crónica, por lo que este es un motivo de peso para acudir con rapidez al veterinario al detectar un comportamiento extraño en el peludo compañero.
No todas las sorderas del perro, sin embargo, tienen como origen una contaminación o infección. Un tapón de cera, como les ocurre a las personas, también conlleva mermas auditivas temporales, en este caso debidas a una higiene escasa del animal. Para solucionarlo, se pueden seguir ciertas pautas para limpiar los oídos del can en casa de forma segura.
Perros blancos con sordera
La vejez del perro implica, como en los humanos, una reducción paulatina en su capacidad de escuchar ciertos sonidos. Pero también algunas lesiones y enfermedades son responsables de otras pérdidas auditivas permanentes.
Sin embargo, el tipo de sordera más frecuente en canes es la hereditaria, la que se esconde en los genes del animal. «La discapacidad auditiva por anomalías en el material genético es la causa más común de sorderas en perros», dice Navas.
Una de estas sorderas genéticas del perro es la que está relacionada con el color de su piel. La ausencia de pigmentos en la piel perjudica su capacidad para oír, de ahí que el porcentaje de canes blancos con sordera sea mayor que la media. ¿Por qué? «Estas células sin pigmentos de color también están en el oído interno de los perros blancos; y por un procedimiento genético, provocan que las terminaciones nerviosas del oído se atrofien y mueran durante las primeras semanas de vida del cachorro», explica Navas.